Vivir en Sevilla

Para que el chino no suene a chino

  • Gerente de la Academia de Chino Oso Panda A sabiendas de la importancia que en un futuro próximo tendrá conocer la lengua china, esta arquitecta técnica dejó de lado su profesión para montar, junto a su marido, una academia donde aprender chino, a través de un método innovador, supone un juego para grandes y pequeños

Como otras tantas veces, las mejores ideas nacen de la necesidad. Cuando María Esther Franco y su marido, Manuel Serrano, se pusieron manos a la obra para buscar una academia de chino donde apuntar a la mayor de sus cuatro hijos comprobaron que en Sevilla "no hay academias de chino como tal". Así que optaron por embarcarse en una "aventura" que hoy ya da sus frutos como negocio e inversión de futuro. "Yo soy arquitecta técnica y trabajaba como directora de talleres de empleo y Manuel es ingeniero en Telecomunicaciones y trabajaba en una consultoría. Hoy nos dedicamos al cien por cien a nuestra academia". Viendo la importancia de aprender este idioma en la actualidad y con previsión de futuro, la Academia de Chino Oso Panda inició su andadura en la calle Palacio Valdés (Nervión) con un aula que acoge, en pequeños grupos, a niños con edades comprendidas desde el año de vida, o meses, hasta los 15 años, "aunque también formamos grupos de adultos". Su aceptación ha sido tal que el próximo mes se trasladarán a Santo Domingo de la Calzada, con el fin de ampliar instalaciones. "Allí tendremos cuatro aulas y una recepción mayor". Una profesora nativa es la encargada de impartir unas clases basadas en un aprendizaje natural, "equivalente a la lengua materna, donde primero se oye, luego se habla y después se escribe. Todo es muy dinámico y divertido a través del juego".

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