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Leyendas de la Semana Santa: el Cristo de Confalón, la imagen que apareció en un pozo de Écija

Imagen de archivo del Cristo de Confalón

Imagen de archivo del Cristo de Confalón

La Semana Santa de Écija es una de las más famosas de la provincia de Sevilla y uno de los festejos más importantes en el municipio astigitano. En el año 1998 fue declarada de Interés Turístico Nacional y es, tras Sevilla capital, la que cuenta con mayor número de hermandades de toda la provincia y una de las primeras de toda Andalucía.

Las primeras señas de la existencia de la Semana Santa en Écija datan del siglo XIII, poco después de haber sido reconquistada la ciudad. Desde ese momento y hasta ahora son 13 hermandades y una agrupación parroquial las que procesionan en Écija en Semana Santa. De todas ellas hay una que cobra especial importancia, quizás, por la historia que tiene detrás. Se trata de la Hermandad de Confalón. 

Hermandad de Confalón

El nombre completo de esta corporación es "Real y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Penitencia del Bienaventurado San Francisco de Paula, Santísimo Cristo de la Sagrada Columna y Azotes, Santísimo Cristo del Confalón, Nuestra Señora de la Esperanza y de la Purísima Concepción de María", aunque es popularmente conocida como la Hermandad de Confalón.

Se encuentra establecida canónicamente en la Iglesia Conventual de la Victoria y hace su estación de penitencia durante la tarde del Jueves Santo en la ciudad astigitana. 

Aunque se desconoce la fecha exacta de la fundación de esta agrupación, la referencia documental más antigua conocida la sitúa en 1470, en la desaparecida ermita de San Martín, también en Écija, que pasaría posteriormente a mano de los Mínimos de San Francisco de Paula.

No obstante hay documentos que hablan de esta agrupación citándola, por aquel entonces, con el nombre de Hermandad de la Columna. No sería hasta 1774 cuando se cita, por primera vez, al Santísimo Cristo del Confalón en unos escritos. 

La leyenda del Cristo de Confalón

Según la tradición oral, la imagen del Cristo de Confalón fue hallada por unos campesinos en el interior de un pozo centenario ubicado en la finca Los Multimentos, a unos 15 kilómetros de la localidad en dirección a El Rubio. 

Al parecer este grupo de trabajadores se disponía a sacar agua del interior del pozo cuando, al intentar elevar el cubo, comprobaron que la cuerda parecía haberse atascado. A pesar de que tiraban entre todos, ésta no cedía ni un centímetro.

Puesto que la superficie que había alrededor de dicho pozo estaba enfangada y eso provocaba que los campesinos se resbalaran intentando tirar del cubo, decidieron quitarse los zapatos para que sus pies se hundieran en el barro y pudieran tratar de extraerlo con más firmeza. En ese momento y según cuenta esta leyenda, del pozo emergió la talla de este Cristo. 

Ante tal hallazgo los campesinos decidieron transportar la imagen a la localidad de El Rubio, pero el buey que tiraba del carro no daba un solo paso al frente. Cuando los trabajadores consiguieron que el animal anduviera, éste lo hizo en dirección a Écija, viéndose sorprendidos en su llegada al pueblo por una gran tormenta. Serían los Mínimos de San Francisco de Paula quiénes le darían cobijo hasta que pasara la tempestad en el interior de su convento. Estos adoptarían, con posterioridad, esta imagen del Cristo aparecido en el pozo. 

Existen algunas teorías sobre por qué estaba esta talla en el interior de un pozo cerca de Écija. La que parece más plausible la relaciona con la invasión de las tropas francesas en la ciudad, el 27 de enero de 1810, y las expropiaciones y daños materiales que se llevaron a cabo en consecuencia. Esto podría explicar que la imagen del Cristo fuera escondida en el pozo para evitar que la robaran o acabaran con ella. 

Significado de confalón

La palabra 'confalón' significa, en realidad, estandarte o bandera larga. Estas eran utilizaban, originalmente, por las comunidades y cofradías medievales italianas y fueron los encuentros de estos grupos en Florencia, llamados gonfaloni, los que cedieron su nombre a este tipo de estandartes. 

Los confalones podían estar diseñados con un dibujo vistoso y funcionar de forma decorativa o hacerlo como escudo de armas para guiar a las tropas. Por tanto estas banderas se empleaban tanto en un contexto bélico como en ceremonias eclesiásticas y procesiones. 

De hecho, estos estandartes tuvieron gran importancia como objetos religiosos cristianos en Europa durante la Edad Media. Se pintaban con témpera u óleo y las imágenes elegidas eran las de los santos patrones de las ciudades, villas, hermandades o gremios, la imagen de la Virgen con el Niño Jesús o la de Jesucristo en la cruz. 

Por tanto, el Cristo de Confalón alude a la representación de un crucificado en uno de estos estandartes que podría haber acabado dando el mismo nombre a la propia talla.

La procesión 

Fue tal la importancia que cobró esta imagen en el primer tercio del siglo XIX, que es cuando podría haberse encontrado, que el nombre de la Cofradía de la Columna se modificó por el de Hermandad de Confalón. 

El Cristo de Confalón en su estación de penitencia El Cristo de Confalón en su estación de penitencia

El Cristo de Confalón en su estación de penitencia

Esta hermandad está íntimamente ligada a los trabajadores del campo, los labradores, que le pedían abundantes aguas al Cristo para regar sus cosechas. 

Aún a día de hoy los hermanos de paso del Confalón, encargados de llevar al Cristo sobre sus hombros, realizan su estación de penitencia descalzos. De hecho, para cualquier movimiento de la imagen que se vaya a realizar, las personas que lo porten deben descalzarse por completo.

Esto convierte a la procesión de la Hermandad de Confalón en una de las más singulares de toda la provincia de Sevilla y, posiblemente, de toda Andalucía. 

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