El chapapote es ahora menos negro
MEDIO AMBIENTE Una investigación que ayudará a limpiar las mareas negras
Un equipo universitario determina la estructura molecular de este residuo y halla un disolvente válido para limpiarlo
En España, un país con miles de kilómetros de costa y gran tráfico de grandes barcos, es de sumo interés el tema de los vertidos contaminantes. Desastres como el del petrolero Prestige, frente a las costas de Galicia, despertaron el interés por las nefastas consecuencias de las mareas negras, que amenazan la salud medioambiental de playas y costas.
De momento, -hay que tocar madera-, en el Estrecho de Gibraltar no ha habido un desastre ecológico de la magnitud del ocurrido en las costas gallegas, pero accidentes de mayor o menor envergadura avisan periódicamente de que el riesgo es alto.
Un grupo de científicos de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, dirigido por el profesor Bruno Martínez, ha conseguido determinar la estructura molecular del chapapote y su comportamiento en disolventes verdes, lo que será muy útil en las labores de recogida y limpieza que deben seguir a cualquier vertido de petróleo en el mar.
Los resultados de la investigación, recientemente publicado en la revista Energy & Fuels, forman parte del proyecto de excelencia Reconocimiento supramolecular y selectividad quiral estudiados mediante técnicas láser y espectrometría de masas de última generación, proyecto incentivado con 298.000 euros por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía.
El equipo de la Universidad Pablo de Olavide ha estado dirigido en esta investigación por el profesor Bruno Martínez Haya, del Departamento de Sistemas Físicos, Químicos y Naturales, quien detalla el contenido de la investigación: "Hemos utilizado técnicas láser y de espectrometría de masas bastante sofisticadas para estudiar los componentes microscópicos de la materia y el reconocimiento de las moléculas".
Martínez Haya recuerda que han sido los recientes desastres naturales, como el del Prestige, lo que ha despertado el interés por realizar estudios sobre el chapapote. "A raíz del Prestige, detectamos un aumento del interés por todo lo relacionado con el chapapote. Decidimos que era el momento de encarar un trabajo de este volumen y nos pusimos a trabajar", comenta el científico.
La novedad del estudio del equipo de la Olavide no consiste únicamente en el estudio de la estructura molecular del chapapote, sino en la observación de larespuesta ante disolventes verdes. ¿Qué es esto? "Es un nuevo producto que viene a sustituir a los disolventes orgánicos, que son los que se utilizan actualmente en la industria química. Estos disolventes tienen dos problemas principales: son volátiles y su estructura molecular es cancerígena", asegura Martínez Haya. Así pues, el uso de disolventes verdes supone un forma de recogida de los vertidos menos agresiva con el medio ambiente.
En cualquier caso, aclara Martínez Haya, la investigación sólo contribuye a determinar la estructura molecular del chapapote. "Ahora es papel de otros, sobre todo de la industria química, el saber cómo se limpia el chapapote", añade.
"Nuestra aportación ha sido resolver la controversia que existía sobre los compuestos químicos del chapapote, término que, al contrario de lo que se cree, no es tan reciente, ya que aparece en un texto de fray Bernardino de Sahagún fechado en torno al año 1500, en el que se le define como 'un betún que sale del mar, y es como pez de Castilla, que fácilmente se deshace'".
Ahora, determinar cómo se limpia el chapapote es labor de los ingenieros químicos del siglo XXI.
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