Francisco Guerrero, enfermo de esclerosis múltiple, pidió ayer por medio de Radio Córdoba que se despenalice la eutanasia, abriendo así de nuevo un debate sobre los límites de la Ley de Muerte Digna y sobre la necesidad de que el Código Penal no contemple como delito la ayuda que pueda prestarse a un paciente, cuando ésta sea su voluntad.
La enfermedad ha provocado que Guerrero, de 56 años y agente de la Policía Local de Córdoba, haya perdido durante los últimos diez año su autonomía. "En mi caso no me mata la enfermedad sólo me deja como un objeto sin voz, sin moverme sin comer, se trata de dignidad de vida", dijo ayer gracias a un programa de ordenador con el que consigue dar voz a todo lo que escribe. Guerrero ha perdido la movilidad, la voz y las facultades para poder ingerir alimentos. Su hijo ha mostrado su disposición a ayudarle llegado el momento.
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