Andalucía

Los cambios de piel de Doñana

  • La Red de Información Ambiental de Andalucía para el proyecto Duspanac propicia una radiografía de lo que será el parque natural atendiendo a escenarios de desarrollo dispares

La piel de Doñana es fina y sus cambios se perciben a vuela pluma. Aunque hablemos del espacio natural europeo mejor monitorizado por la ciencia, poco se sabe acerca de cómo terminarán afectando a su territorio y, en definitiva, a su rica biodiversidad las continuas presiones que padece. Doñana vive en una permanente dicotomía: la necesidad de un alto grado de conservación con el desarrollo que se ha venido produciendo en una comarca tradicionalmente deprimida.

Estas dos esferas se mantienen en un equilibrio constante de fuerzas. Por un lado, mientras ha aumentado el grado de protección del espacio natural, el turismo y la agricultura intensiva han mantenido un desarrollo al alza, lo que ha provocado que las zonas limítrofes al espacio protegido se hayan ido degradando paulatinamente. "A pesar de que la causa del problema es evidente, nos encontramos con un modelo de desarrollo regional guiado por una economía cortoplacista poco respetuosa con el medio natural, su solución no lo es tanto debido a la estrecha vinculación existente entre la economía regional y el modo de desarrollo (explotación intensiva de los recursos) que amenaza el espacio natural", asegura Richard Hewitt, investigador de la Universidad de Alcalá de Henares que trabaja en el proyecto Duspanac (modelización de las dinámicas de usos del suelo en los Parques nacionales españoles y su entorno).

De entre los 15 parques nacionales, el proyecto, financiado por el Organismo Autónomo de Parques Nacionales, ha centrado su foco en Doñana al detectar una elevada tasa de cambio entre usos antrópicos (agricultura intensiva, infraestructuras, uso urbano), y naturales (marisma, matorral) entre 1990 y 2006. "Los cambios detectados son potencialmente peligrosos para los valores naturales de Doñana, por lo que este trabajo nos permite extender las tendencias observadas en las dinámicas de los usos del suelo hasta un horizonte de 25-30 años, generando así escenarios futuros, simulaciones de posibles configuraciones de los usos del suelo", asegura Hewitt.

A través de herramientas y sistemas de información geográfica (SIG), Hewitt, Verónica Hernández y Francisco Escobar han estudiado los diferentes cambios de ocupación del suelo de Doñana en el último medio siglo con imágenes y mapas proporcionados por la Red de Información Ambiental de Andalucía (Rediam). En total, más de 50 colecciones de datos, a diferentes escalas; y han aplicado modelos basados en autómatas celulares (para desarrollar escenarios futuros de ocupación del suelo).

"La modelización de los cambios de los usos del suelo nos ofrece una metodología robusta para la proyección de caminos alternativos hacia el futuro mediante la creación de escenarios futuros, expresados en forma de mapas de usos del suelo simulados, a través de los cuales se intenta replicar los procesos o dinámicas claves de cambio en el territorio en cuestión. La construcción de escenarios permite la previsión de posibles consecuencias eventuales de procesos de cambio ya en marcha", señala Hewitt.

Una de las novedades de este trabajo ha sido el diseño de metodologías participativas a través de entrevistas y talleres de discusión con la población objetivo, investigadores y otros grupos de interés. Este, precisamente, es el punto diferencial del proyecto. El futuro de Doñana depende de sus habitantes y el proyecto Duspanac ha logrado sentar en una misma mesa a decisores (alcaldes), gestores (responsables de área o empresas) y sociedad civil (ecologistas, cazadores, colectivos de agricultores, etc.).

Con todo este arsenal de datos, el grupo de la UAH ha realizado sus predicciones atendiendo a tres escenarios posibles.

El primero es el denominado BAU (bussiness as usual, o la forma tradicional de hacer negocios); un segundo escenario, en donde existe una ampliación de núcleos urbanos e infraestructuras turísticas (Anuit); y un tercero, con una expansión masiva de cultivos de fruta (EMF).

Para los expertos, de seguir la tendencia actual (BAU) "este escenario indica que los alrededores del espacio natural continuarán experimentando presión sobre los recursos si no se toman las medidas necesarias para prevenirlo".

Para el segundo de los escenarios, con una mayor intensificación de la presión humana, los expertos indican las ubicaciones más vulnerables en el caso de una presión sostenida en favor de este tipo de desarrollo. Por último, EMF indica las ubicaciones más vulnerables en el caso de una presión sostenida a favor de este tipo del aumento sostenido de cultivos de frutales.

Para Francisco Cáceres, jefe de servicio de Información Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, el territorio es "un lienzo en donde queda plasmada la actividad humana. Es la expresión de cómo vivimos, qué hacemos y cómo nos desarrollamos. La ordenación de nuestros suelos, su gestión, es clave para la distribución de las especies e incluso puede influir en el clima".

Cáceres subraya que estas modelizaciones han sido posibles gracias a las colecciones de datos que la Rediam ha venido recopilando desde 1957. "Las proyecciones se han realizado con un nivel de precisión importante, a escalas únicas (entre 1:25.000 y 1:10.000)".

Además de las realizadas por el equipo de Hewitt, el territorio de Doñana ha sido objeto de otro estudio sobre proyecciones futuras. El laboratorio de Socioecosistemas de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la organización ecologista WWF, han realizado un segundo diagnóstico de lo que será la futura Doñana. En el estudio Hacia un nuevo modelo de gestión del sistema socioecológico de Doñana basado en la construcción de una visión compartida sobre sus ecofuturos, los investigadores de la UAM han profundizado sobre cómo afectará al espacio natural la intensificación o reducción de diferentes inputs: I+D, agricultura, población local, biodiversidad, turismo, empleo e inmigración, entre otros.

Según Ignacio Palomo, Berta Martín-López, César López y Carlos Montes, autores del estudio, "estos escenarios futuros nos orientan respecto a los distintos impulsores de cambio que actúan en Doñana de forma que podemos analizar sus consecuencias de cara a la construcción de un futuro común". Los investigadores proponen una nueva forma de gestión de Doñana, "entendida bajo el paraguas conceptual y metodológico de los sistemas socioecológicos, que implica la comprensión de las interacciones entre la naturaleza, las sociedades que la habitan, y el bienestar humano".

La pregunta que se hacen aquí los expertos es qué ocurriría en el caso de producirse un gran avance tecnológico. La UAM y WWF no tienen dudas: Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) se convertirán en elementos clave para consolidar una sociedad más informada, concienciada y participativa. Este uso de las TIC abrirá la puerta de una mayor participación y aumentará el protagonismo de los agentes sociales. En este escenario se promoverá la investigación multidisciplinar de Doñana a través de procesos de investigación participativos. La investigación en métodos de protección y restauración ecológica aumentará, y se financiará una I+D orientada hacia una producción agrícola responsable

Como consecuencia, se optimizarán las técnicas agrícolas para hacerlas más eficaces y productivas, fomentando una mayor concienciación por parte de los empresarios agrícolas. El consumo del agua se racionalizará debido a la aparición de técnicas más eficientes.

En general, aumenta la concienciación ambiental de la sociedad de Doñana, la cual está más informada y es más responsable (efecto de la participación).

Gracias a la concienciación sobre el valor del capital natural, se producen grandes inversiones gubernamentales en conservación de la naturaleza y restauración ecológica. Como consecuencia, la biodiversidad se consigue mantener, potenciando el prestigio internacional de Doñana. A pesar de todo, queda la incógnita de cómo acabarán los procesos de dragado del Guadalquivir, su salinización y la erosión de las orillas.

El turismo se verá sensiblemente beneficiado por la mejora de infraestructuras, pero será un turismo proveniente del centro y norte de Europa fundamentalmente, de calidad, respetuoso, y ambientalmente responsable.

El empleo se verá fomentado por las nuevas tecnologías aplicadas al desarrollo de la comarca, aunque exigirá un proceso de adaptación y formación de los trabajadores. Por último, la cada vez mayor desigualdad entre países provocará nuevos fenómenos migratorios, que dada la buena situación socioeconómica y del capital natural en Doñana hacen que ésta se convierta en foco atrayente de personas, principalmente, del norte de África. Sus consecuencias podrían ser negativas por superpoblación y escenarios de competencia y confrontación con la población local.

Doñana como marca, como producto, como mercado, con oferta y demanda. Este segundo de los escenarios es el más pesimista de todos y aborda las consecuencias de una liberalización de los mercados y cómo afectará esta barra libre al espacio natural. La radiografía realizada por los investigadores de la UAM traza dos líneas importantes. Por un lado, la globalización favorecerá la aparición de nuevas empresas de gran capacidad en la comarca, provocando el desplazamiento de pymes locales y artesanos. La segunda de las claves guarda relación con serios desajustes en las emisiones de gases de efecto invernadero, reservas de agua, productividad agrícola y biodiversidad.

Para los expertos, esta nueva industrialización provocará un efecto llamada de la población del norte de África hacia Europa y del Sur de Europa al norte de la misma.

En el estudio, los autores señalan que la reducción de la inversión pública en aras de la privada provocará la aparición de gigantes agroindustriales, un urbanismo más especulativo y un turismo masificado.

Este escenario de Doñana como marca transformará el sistema tradicional de cultivos hacia un sistema de monocultivo de transgénicos, con rentabilidades a corto plazo. El uso del agua, consecuentemente, será mucho mayor que en cualesquiera de los escenarios. El descenso de las reservas de agua y la escasa capacidad de recarga hídrica provocará conflictos en la comarca y una reducción de la biodiversidad. "Peligra el espacio protegido de Doñana, que queda desvirtuado", relatan los autores.

El cambio climático es el argumento principal de este escenario. La pregunta es qué pasará si esta gran alteración global produjese una situación de crisis ambiental obligando a adaptarse a sus consecuencias. La respuesta es que Doñana sufrirá desequilibrios ecológicos y sociales por la falta de agua y se volverá más frágil. Para los autores, la búsqueda de soluciones a estos problemas, se ayudará de los adelantos tecnológicos y la iniciativa de los agentes locales, que se unirán con objeto de propiciar una mejor distribución de los recursos y servicios. "Asimismo, se incrementarán los intentos de compatibilizar conservación y desarrollo, a través del ensayo de soluciones de ordenación y optimización de usos compatibles con la sostenibilidad".

El consumo de agua se racionalizará su consumo al priorizarse abastecimientos, lo que afectará a la agricultura, que tendrá que volver a cultivos menos dependientes del agua.

El sector energético también buscará soluciones a través de fuentes renovables y la ecoconstrucción, mientras que el sector turístico sufrirá un fuerte descenso vinculado a la crisis ambiental de Doñana, por lo que será inevitable un aumento del desempleo. Esto provocará un aumento de las desigualdades sociales y la emigración hacia otras regiones o países para buscar empleo.

El último escenario es el de mayor participación y los cambios se articulan en torno a un nuevo concepto de gestión sostenible dirigido a preservar la dinámica hídrica, las cuencas y, por supuesto, el humedal. La gestión del sistema socioecológico de Doñana comienza con la restauración de áreas perdidas de marisma. Su efecto inmediato es un notable incremento y recuperación del capital natural, que permitirá el desarrollo de actividades y usos productivos basados en modelos tradicionales bien adaptados al territorio, mejorados en lo posible con la ayuda de la tecnología (I+D+i). La carga impositiva aumenta con el fin de mejorar la educación y la sanidad y reducir las desigualdades sociales, buscando un aumento del bienestar humano. Se potencian los vínculos entre investigación, educación y gestión, lo que permite ir aumentando el nivel cultural de la sociedad del SED y produce una mejora cualitativa de la gestión.

La gestión del agua se descentraliza y Doñana se hace referente de nuevas tecnologías agrarias que optimizan el uso del agua.

La agricultura y el turismo serán clave al promover actividades sostenibles dirigidas a nuevas tecnologías agrarias que optimizan el uso del agua; y hacia un turismo alternativo, de calidad y sostenible, en especial el de naturaleza y cultural, evitando la masificación y la proliferación urbanística. Las infraestructuras viarias dejan de crecer, e incluso se desmantelan algunas, permeabilizándose al máximo para la fauna. Como compensación se mejora el transporte público con tecnologías ahorradoras y menos contaminantes.

Por otro lado, el tejido empresarial se basará en las pymes y cooperativas locales, que desarrollarán una cultura de sostenibilidad ecológica, económica y laboral a largo plazo, mediante una oferta basada en la calidad y valor añadido del ecosistema Doñana. Las actividades desarrolladas por las empresas, se sustentan en un sistema de formación y cualificación técnica especializada en usos compatibles con el territorio y el capital natural.

Como consecuencia, la identidad de la comarca se verá fuertemente reforzada y su prestigio internacional como territorio puntero de eco-gestión crece mucho, en especial en lo que se refiere a optimización del uso del agua. "La sociedad resultante, y a la vez responsable, de esta situación, se sustenta sobre una sólida cultura democrática. Su profunda educación cívica permite un alto grado de cohesión, solidaridad y creatividad, con un alto grado de autogestión y resiliencia. La imagen hacia el exterior de Doñana se convierte en referente, como exitoso laboratorio de investigación ecológico, tecnológico y socioeconómico", concluyen los investigadores.

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