En el club lo tienen ya decidido: el objetivo para jugar en la zona como cinco es Cedric Simmons. Ésa es la opción para sustituir el vacío en la zona dejado por Slokar y para ofrecerle un oxígeno a Balvin, cuyo concurso en número de minutos apenas ha disminuido de los 30 minutos en los partidos precedentes.

Así, el club se ha lanzado concienzudamente a por la incorporación del pívot norteamericano con pasaporte búlgaro, a sabiendas además de haber sido descartado oficialmente por el Maccabi, club en el que había estado de pruebas hasta ayer. El margen de error es pequeño: ni pueden contratar a quien quisieran, por los evidentes motivos presupuestarios, ni es dable la capacidad de reacción en el caso de que tampoco funcionara.

Es tal el interés de la entidad sevillana en el fichaje de Simmons, información adelantada en estas mismas páginas el pasado jueves, que los negociadores han llegado a preguntar por su actual estado físico a Zan Tabak, cuyo informe no ha resultado negativo, señalan fuentes cercanas a la negociación. Las características de Simmons pueden resultar idóneas para lo que busca el equipo de Luis Casimiro en esa posición en el perímetro.

Se trata del segundo intento decidido del Baloncesto Sevilla por la contratación de un interior después de tres semanas. Lanzadas las redes la semana anterior por Shawn James, Simmons se convierte en la segunda diana real para reemplazar la baja de Slokar, cuyo bajo rendimiento recomendó su corte junto al del base canadiense Anderson.

Cedric Simmons, un veterano que ya jugó en el Estudiantes en la 2011-12, acaba de finalizar un contrato de dos semanas firmado con el Maccabi. El norteamericano, aunque con pasaporte búlgaro, no estuvo convocado en el choque que el cuadro hebreo disputó el pasado miércoles frente al Nizhny Novgorod en la Eurocup. Sólo ha disputado un encuentro y todo hace indicar su inmediata salida.

Simmons (2,06 metros y 30 años) jugó con el Estudiantes 31 de los 34 partidos de la competición en la temporada 2011-12. Con una trayectoria ciertamente irregular, Simmons promedió al final de la campaña seis puntos por partido, cuatro rebotes y seis de valoración en una media de 18 minutos jugados por jornada. Entre sus altos y bajos, destaca un doble-doble logrado frente al Río Natura Monbus, jornada en la que anotó 12 puntos, capturó 11 rebotes y sumando 20 puntos de valoración. Fue su mejor actuación, aunque es de reseñar cómo, según avanzaba el campeonato. Tanto fue así que, en la recta final, el pívot norteamericano fue teniendo cada vez menos protagonismo en el equipo.