Las Atarazanas de Sevilla se integran en el Arenal
Las grandes arcadas hacia la calle Dos de Mayo ya se han abierto para integrar el edificio en la ciudad con una nueva entrada
El aspecto de las Atarazanas de Sevilla tras su rehabilitación enciende de nuevo el debate
La Atarazanas ya son permeables hacia el barrio del Arenal. En los últimos días se han retirado las protecciones y vallas que ocultaban la obra y ha quedado a la vista una de las principales intervenciones realizadas en el astillero medieval. Los grandes arcos que miran a la calle Dos de Mayo, han sido abiertos. Hasta ahora sólo disponían de una ventana de comunicación con el exterior. A partir de ahora, las Reales Atarazanas quedarán abiertas a la ciudad mediante estos arcos.
El proyecto redactado por Guillermo Vázquez Consuegra contemplaba no sólo la preservación del astillero alfonsí, sino que perseguía crear un nuevo contenedor cultural que permita la reactivación del barrio del Arenal, la aproximación del conjunto monumental (Catedral, Alcázar y Archivo de Indias) al río, generando nuevos flujos turísticos, culturales y económicos. La actuación ha permitido abrir visualmente las Atarazanas a la calle Dos de Mayo, generando así esa conexión con la ciudad.
El edificio se ha abierto visualmente hacia la calle Dos de Mayo, aunque se mantendrá el acceso principal en la actual ubicación de la calle Temprado que coincide con la nave central. “Parece que puede ser coherente con la configuración histórica del edificio y su relación con el espacio público, como, por ejemplo, el uso mantenido durante el siglo XVI como lonja de pescado”, señalaba el proyecto a este respecto. Se permitirá el acceso desde Dos de Mayo a través de dos de los ocho arcos existentes, siempre entendido como acceso secundario y como vía de evacuación. “Entendemos que si bien las restauraciones respetarán las aportaciones de todas las épocas existentes, en este caso se propondría suprimir un cerramiento añadido, cuya eliminación pudiera ser necesaria para una mejor interpretación histórica y cultural. Se podrá recuperar la vinculación histórica del inmueble con su entorno, por lo que la solución enfatizará la conexión física y visual entre la calle y la sucesión de naves, manteniendo la alineación hacia la calle mediante unas cancelas permeables”, añadía el documento.
En estos días se dan los últimos retoques a las obras de rehabilitación que empezaron a principios del año 2022. En cualquier caso, los trabajos no estarán completamente terminados hasta el segundo trimestre del año 2025, tal y como avanzó en julio el entonces consejero de Cultura, Arturo Bernal. La intención es solapar la segunda fase de la intervención que desemboque en la esperada reapertura del edificio.
En cuanto a los usos que albergará este imponente edificio del siglo XIII, las cinco salas de exposiciones y el salón de actos se dedicarán a resaltar la relación y la vinculación de la ciudad con América. Bernal defendía entonces que esta idea se encuentra en sintonía con lo que el edificio supone e implicaría a cualquier tipo de disciplina. Es decir, las Atarazanas también se convertirán un contenedor cultural de primer orden. La actividad artística, que también refleja lo que Sevilla fue en aquella época, estará presente. La intención es vincular el espacio a ese gran fenómeno que fue la Sevilla capital del mundo, un momento singular en la vida de Europa y esa visión trasatlántica y en su regreso a Europa. Todos esos aspectos van a quedar reflejados tanto en lo artístico, como en lo comercial, como mostrando la historia del astillero que fue.
Aunque la Fundación Cajasol será la encargada de gestionar las Atarazanas durante 20 años desde el momento de terminación de las obras, la Junta ha pedido que las salas de exposiciones sean gestionadas directamente por la Consejería Cultura.
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