Nadal a Djokovic: "Tras siete veces, gracias por dejarme ganar esta vez"

Tras un año 2011 en el que perdió seis finales en tres superficies diferentes con el serbio, el tenista español respira tranquilo y convencido de que su rival no es invencible.

Nadal a Djokovic: "Tras siete veces, gracias por dejarme ganar esta vez"
Nadal a Djokovic: "Tras siete veces, gracias por dejarme ganar esta vez"
Sebastián Fest (Dpa)

23 de abril 2012 - 12:37

Entre la húmeda noche del 13 de septiembre de 2010 en Nueva York y la soleada tarde del 22 de abril de 2012 en Montecarlo Rafael Nadal aprendió muchas cosas. Llegó a lo más alto, primero, y dudó como nunca, luego. En el medio, siempre el mismo nombre, siempre la misma frustración: Novak Djokovic.

"Tras siete veces, gracias por dejarme ganar esta vez", bromeó el domingo Nadal durante la ceremonia de premiación mientras el serbio le pasaba la mano por la espalda palmeándolo con afecto. Broma, y no tanto. Nadal difícilmente creyera que Djokovic le había dejado ganar, pero sí tenía buenas razones para expresar ante su verdugo y en público el alivio por una sensación que comenzaba a difuminársele en los pliegues de la memoria: salir sonriendo de la cancha tras enfrentarse a Djokovic.

Podría pensarse que el complejo Nole se enquistó en Nadal en ese 2011 en el que perdió seis finales en tres superficies diferentes con el serbio, pero en realidad viene de lejos, desde hace al menos cinco años. Sucedió en Montreal en 2007 tras perder con Djokovic en las semifinales. "A este tío no le puedo ganar, es mejor que yo", comentó Nadal a su grupo. En cierta forma se equivocaba, porque a partir de aquel partido derrotó a Djokovic 11 de las 16 veces que lo enfrentó. Pero entonces llegó el fatídico 2011 en el que el serbio se convirtió en una especie de "Doctor No".

Que Djokovic no jugó el domingo en su mejor nivel fue evidente, pero no menos acertado es el análisis que hizo Nadal al preguntársele si le había ganado al "Djokovic verdadero", teniendo en cuenta que el serbio jugó afectado por la muerte de su abuelo. "No, claro, Djokovic no fue el verdadero y mejor Djokovic. Y en otras finales que jugué ante él yo tampoco era el verdadero. Pero el verdadero es ambos. El verdadero Nadal es cuando juego bien y cuando juego mal, no sólo cuando muestro mi mejor nivel. Esto lo aplico a mí mismo y también a los demás".

El español jugará en Barcelona, un torneo relativamente menor que no pisaría de no tratarse de un certamen en su país. Pero a Nadal le gusta jugar en España, y tras 15 días sin entrenar debido a una tendinitis en la rodilla que considera controlada, lo que necesita es sumar partidos. Cualquier cosa excepto el séptimo título en el Conde de Godó sería una enorme sorpresa. Al fin y al cabo, Nadal no sabe lo que es perder en un mes de abril desde que en 2005 lo hiciera en Valencia ante el ruso Igor Andreev. Pero aquel era el Nadal de los primeros pasos, aún teenager.

Siete años después, un mito como el sueco Bjorn Borg declara a Nadal el mejor jugador sobre arcilla de todos los tiempos. Los números lo respaldan, porque el español ya suma 33 títulos en esa superficie, a 12 del récord del argentino Guillermo Vilas y a siete del austríaco Thomas Muster. Buscará además, en cuatro semanas, su séptimo trofeo en Roland Garros, un logro sin precedentes en la era del tenis profesional. Pero Nadal no da el brazo a torcer. "No te voy a decir jamás que soy el mejor de la historia", dijo tras conquistar Montecarlo. "No soy tan arrogante como para decirte esto".

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