Con Deulofeu y la estrategia basta (2-0)

Liga europa · Sevilla-Feyenoord

Dos goles de Krychowiak y M'Bia en sendas faltas lanzadas por el extremo derecho catalán, el mejor del partido, dan los tres puntos a los de Emery en su inicio de la defensa del título. El equipo, con muchos cambios, sigue sin controlar los partidos.

Foto: Antonio Pizarro
Foto: Antonio Pizarro
A. Galiano

18 de septiembre 2014 - 22:56

Deulofeu y el balón parado. Sólo con eso le bastó a un Sevilla plagado de cambios para derrotar con claridad a un campeón de Europa venido a menos y muy inferior como el Feyenoord (2-0). Gerard Deulofeu, con sus luces (ganas y un descaro vertiginoso en el uno contra uno) y sus sombras (su excesivo individualismo), se erigió en el gran protagonista del encuentro gracias a un inagotable catálogo de regates y, sobre todo, dos asistencias a balón parado calcadas que fueron aprovechadas por Krychowiak y M'Bia. Dos goles que sirven para tapar en gran parte la incapacidad de un centro del campo tan poderoso para generar juego y controlar el partido; los errores en la salida de balón del debutante Kolodziejczak como central; y la incapacidad de Reyes para reclamar sobre el campo un hueco en el equipo. Se fue muy superior, hay solidez abajo y arriba sobra calidad, ahora falta pulir la elaboración de juego y el dominio del tempo de los encuentros.

Buscó el Sevilla intensidad desde que salió al campo presionando arriba a sabiendas de la apuesta del equipo holandés por sacar la pelota jugada. Sostenido por un centro del campo imponente integrado por Krychowiak y M'Bia (el camerunés da un salto de calidad al equipo) y con un Deulofeu insistente, los hombres de Emery empezaron pronto a buscar la meta holandesa. El jugador cedido por el Barcelona tuvo una primera ocasión, pero el portero Vermeer se anticipó a un pase que le dejaba mano a mano con él.

Deulofeu no desistió y encontró premio temprano. La movilidad del extremo derecho catalán hizo que fuera objeto de una falta en la banda contraria tras tirar una diagonal. Él mismo se encargó de lanzar la falta fuerte y cerrada para que Krychowiak ejecutara al portero rival en el área pequeña para anotar el 1-0 en el minuto siete.

La ventaja sin embargo adormeció al Sevilla, que dejó de lado la tensión inicial para volverse impreciso en la salida de balón y regalar opciones al Feyenoord. Especialmente dubitativo se mostró el debutante Kolodziejczak, que mostró un buen desplazamiento de balón en largo en un par pases a la espalda de la defensa holandesa, pero que perdió varios balones que comprometieron la ventaja hasta entonces mínima en el marcador.

Las dificultades del Sevilla para generar juego se plasmaban en la desaparición de Banega, que no recibía pelota alguna del doble pivote. Sin embargo, Deulofeu seguía queriendo el balón y generando peligro. Cuando el Sevilla andaba igual o más perdido que Reyes, el catalán lanzó a la media hora de juego otra falta calcada a la del primer tanto que esta vez encontró la cabeza de M'Bia antes de alojarse en la escuadra de Vermeer. La estrategia volvía a funcionar (esta vez con la colaboración de la defensa del Feyenoord) y los de Nervión encarrilaban el partido hacia una segunda parte tranquila.

Antes del descanso el panorama pudo complicarse y aclararse aún más todavía, pero los palos se aliaron doblemente con Sergio Rico en una falta lanzada desde la derecha y el juez de línea levantó la bandera en el alargue para anular un gol de Bacca por fuera de juego tras una gran jugada de Deulofeu.

Con el objetivo de cerrar el partido lo antes posible salieron los locales de nuevo al campo. Bacca disfrutó de una primera ocasión, pero se trabó cuando quería rematar algo escorado a puerta vacía. Más clara aún fue una ocasión de Reyes, que con toda la portería para él tiró la pelota por encima del marco tras una buena jugada de Banega caído en banda izquierda.

Al cuarto de hora Emery dio entrada a Denis Suárez y Aspas para dar descanso a Krychowiak y Bacca. Con el retraso de Banega, el Sevilla ganó en construcción, pero bajó en intensidad y continuó encomendado a las acciones individuales de Deulofeu para amedrentar a los holandeses.

El Sevilla se pudo quedar con uno menos al borde de la media hora del segundo tiempo, pero el árbitro dejó en amarilla un codazo de M'Bia a un contrario sin balón. Acto seguido, Iago Aspas desperdició su oportunidad de estrenarse como goleador sevillista en un balón largo que desaprovechó con una vaselina muy floja para salvar al portero.

Pese a que Deulofeu seguía en su salsa dejando atrás a su antojo a defensores holandes, el Sevilla no lograba hacer el tercero. El Feyenoord apretó en vano en el tramo final del encuentro en busca de recortar distancias. Así el partido fue languideciendo hasta dejar los tres puntos en un Ramón Sánchez-Pizjuán embelesado con un Deulofeu que empieza a justificar su fama, para bien y para mal, y con el regusto de que al equipo aún le falta algo.

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