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Un galimatías para Emery

  • Rami entrena con evidentes síntomas de debilidad física, mientras Kolodziejczak se queda en el hotel sin fuerzas. Sin Carriço ni Pareja, Luismi y Krychowiak son las otras opciones.

Cuarenta y ocho horas mal contadas restan para que se dispute la Supercopa de Europa y toda la planificación ideada por Unai Emery, Monchi y José Castro para que su Sevilla llegara con ventaja sobre el Barcelona parece haberse venido abajo. La razón es evidente y estriba en la carencia de centrales para afrontar el encuentro contra los azulgrana. Rami se entrenaba en la mañana de ayer con el resto de sus compañeros, aunque lo hacía evidentemente mermado por el brote de samonella que ha padecido el futbolista corso, pero Kolodziejczak ni siquiera acompañó al resto de la expedición al campo de entrenamiento ante su estado de debilidad, algo que corroboraba él mismo durante una visita a la piscina del hotel Hilton tras el desayuno para que le diera al menos el aire al francés de origen polaco.

Resulta curioso que el pasado viernes se subieran al avión que condujo a los sevillistas hasta el aeropuerto de Atenas todos los centrales que existen en la plantilla, incluido también algún refuerzo del Sevilla Atlético. Así, Carriço y Pareja acompañaban a Rami y Kolodziejczak, junto al resto de los poseedores de las fichas que ahora mismo están ocupadas, incluido también el último que firmó su contrato, el canterano Luismi, que en el filial ha alternado la posición de defensa central y de medio centro, aunque Emery parece que lo ha requerido para esta última.

Paradójicamente, Luismi es junto al canterano Diego González el único que estaba ayer en plenitud de condiciones físicas cuando el cuadro de Emery se fue a entrenar a la ciudad deportiva del AEK de Atenas. Rami tomó parte también en el entrenamiento, pero los síntomas físicos de su debilidad fueron evidentes incluso durante el primer cuarto de hora de la sesión preparatoria, que fue el tiempo que el entrenador vasco dejó con las puertas abiertas antes de obligar a que todo se mantuviera en secreto a partir de ese instante. El recién llegado central francés tuvo que visitar con rapidez el vestuario durante ese corto periodo con síntomas evidentes de estar aún padeciendo las secuelas de la samonella que le ha afectado, algo ayer confirmado incluso por la versión oficial del Sevilla en su propia web.

Prácticamente a la misma hora algunos aficionados se cruzaban con Kolodziejczak en la zona donde está ubicada la piscina del hotel Hilton, muy próxima al comedor acotado para los futbolistas para el Sevilla. Acompañado siempre por una botella de bebida energética, el rostro del defensa zurdo no podía ser más fiel delator de su estado, pues quienes lo han visto desde la llegada a Atenas rubricaban su palidez a pesar de su tez. Kolodziejczak, que parece además tremendamente decaído, apuntaba a algunos que seguía padeciendo algunas décimas de fiebre. Siguiendo con los centrales, Pareja también está por Grecia para acompañar a sus compañeros en esta final europea, pero al argentino, pese a su tenaz trabajo diario para tratar de acortar los plazos, aún le quedan unos meses antes de recuperarse de la lesión de ligamentos que sufriera en un salto con Rondón en Rusia. La fractura se produjo a finales de abril y habitualmente estas lesiones obligan a una recuperación no menor a los siete meses. Basta con sumar.

Además de los franceses y Pareja también se ha desplazado Carriço en su condición de ser uno de los principales líderes del vestuario, pero el portugués sufrió durante la semana pasada una rotura de grado uno en el recto anterior de la pierna derecha. Es absolutamente imposible que el luso pueda tomar parte en el partido del próximo martes contra el Barcelona. Ése es el parte de los cuatro centrales que hay en la plantilla, además del joven Luismi. Y qué piensa Emery al respecto. El técnico se muestra huidizo, ni siquiera quiere intercambiar opiniones con los enviados especiales como en él es habitual en otros compromisos europeos, pero su entorno sí admite que la situación no es nada agradable para él al haberse producido una ruptura en toda su planificación para este encuentro contra el coloso Barça.

Ayer aún quedaban tres días para el partido, pero una salmonela no es algo que sane de un día para otro y, sobre todo, deja evidentes secuelas de debilidad en el aspecto físico para cualquier persona, algo aún más determinante para un futbolista. Rami tal vez pueda llegar, aunque esa aseveración haya que dejarla aún en un condicional, pero Kolodziejczak no mejoró ayer en exceso. El resultado es que Emery deberá improvisar con uno o con los dos centrales. ¿Luismi? ¿Krychowiak? Con esa pareja probó anoche. Cualquier opción es válida, pero hay que tener en cuenta que con la del polaco se cumpliría el refrán de desvestir a un santo para vestir a otro, ya que Nzonzi es el que peor está de todos y el centro del campo quedaría muy debilitado sin el futbolista que ejerce el liderazgo a la hora de dotar de equilibrio al equipo. De cualquier manera, hoy se decidirá si el galo puede sumarse a la expedición, aunque nadie apuesta por ello.

Habrá que esperar a la evolución en los días que restan, pero Emery tiene un evidente dolor de cabeza y tampoco hay mucho tiempo para hallar pócimas mágicas...

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