El Cholo le echa azúcar

Sevilla· atlético

Sin perder un ápice de su envidiable solidez, el Atlético ha ganado en posesión y toque este curso. La iniciativa se refleja en más remates.

Diego Simeone, a su llegada ayer al hotel Ayre de Sevilla.
Diego Simeone, a su llegada ayer al hotel Ayre de Sevilla.
Juan Antonio Solís Sevilla

23 de octubre 2016 - 05:02

Pocos equipos más ácidos en el fútbol moderno que el Atlético de Madrid que ha modelado -como él jugaba lo hacen sus pupilos- Simeone. Colosal el trabajo del Cholo, que, lejos de la autocomplacencia, se ha reinventado esta temporada. A saber: la llegada de Gameiro le hace apostar con más asiduidad por los dos puntas, y por tanto, multiplica las jugadas de ataque preconcebidas. Un 4-4-2 que se traduce en más iniciativa, más toque... y más remate. Un estilo más amable, un puñado de azúcar que rebaja la acidez. Pero sin perder la esencia, ese colmillo afilado que destroza a los rivales.

SIN BALÓN

Para jugar en la guardia pretoriana de Simeone hay que trabajar sin el balón por mucho que tu cotización en Transfermarkt refleje un número de ocho cifras. Griezmann y Gameiro son los primeros en hostigar y dificultar al contrario la salida del balón. Si Koke, el armador del juego, es el que más kilómetros hace, cómo no van a correr los demás... El giro de tuerca hacia una mayor posesión de balón lleva a la defensa a actuar más tiempo en zonas adelantadas, pero el colectivo sigue tan coriáceo como acostumbra. Su repliegue es asombroso por rápido y eficaz. Si el rival salva esa primera línea de presión, pocos ejecutan las faltas tácticas con la maestría de este Atlético. Siempre, o casi siempre, lejos de las zonas de riesgo. Cortar los ataques del enemigo es un arte como otro cualquiera. Y contragolpear a este Atlético, un pequeño triunfo.

Así, el rival se ve obligado a hincarle el diente a un Atlético ya bien pertrechado cerca de Oblak. Y ahí, en defensa estática, es admirable la capacidad para tapar líneas de pase... y ángulos en el remate a portería. Acumulan jugadores y tapan sin remilgos.

Giménez está casi inédito en la presente por su lesión. Y Savic, un central con cara de central que disfruta con el juego de contacto, lo ha aprovechado para asentarse junto a Godín.

Por fuera, Juanfran y Filipe Luis siguen siendo un ejemplo perfecto de cómo trabajar la banda. En fase de repliegue no corren el mínimo riesgo. El jogo bonito lo hacen cuando llegan al extremo.

CON BALÓN

Pocos delanteros son tan hábiles en los desmarques al espacio como Griezmann, Torres y Gameiro, veloz y liviano el primero y potentes en su carrera sostenida los otros dos. El Atlético mantiene, pues, uno de los rasgos impresos en su ADN, su gusto por el contragolpe. Pero esta temporada, el equipo tiene el 55% del tiempo la pelota -hasta la pasada temporada era de un 49% con Simeone-. ¿Cómo atacar a defensas más estáticas? Con la negación de referencias arriba, las permutas de los puntas con esos fantásticos llegadores que son Saúl, Koke, Yannick, Correa o Gaitán. Los tres últimos se han subido al carro y van ganando en peso específico: el equipo remata 17 veces por partido.

LO MEJOR

Jugar bien al fútbol, en el sentido más estricto del término, lo lleva haciendo el Atlético desde que llegó Simeone. Ahora, cada vez juega mejor... en el sentido que más gusta a los estetas.

LO PEOR

Una plantilla corta que le puede pasar factura con el tiempo por sus mayúsculas exigencias.

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