Economía

Toxo: "Ahora sí creo que hay que anticipar las elecciones y oír a los ciudadanos"

  • El líder sindical afirma que ha habido cambios en las relaciones con el Gobierno, pero la presión de los mercados financieros crea una situación muy difícil.

HUBO una huelga general y ya nada ha sido igual. Los sindicatos mayoritarios acaban de presentar una Iniciativa Legislativa Popular contra la reforma laboral. El día después, Ignacio Fernández Toxo nos recibe en la sede confederal de CCOO en Madrid para analizar la difícil situación laboral que vive España, con una crisis que multiplicado el paro.

-Han pasado más de dos meses desde la huelga general. ¿La ve ahora como un éxito o un fracaso?

-El éxito o el fracaso lo determinará el resultado final. No me conformo con el éxito de participación, que cubrió los objetivos. Hay que ver los resultados.

-Según los resultados actuales, no parece que haya servido para mucho….

-Terminarán aflorando. Ha habido cambios en las relaciones con el Gobierno, pero la presión de los mercados financieros crea una situación muy difícil. También la situación de la CEOE, a la espera de sus elecciones, dificulta la negociación colectiva. Hemos decidido reconducir la reforma laboral, a través de la Iniciativa Legislativa Popular que hemos presentado. Y espero que se note una mejor voluntad en la negociación de las pensiones.

-¿Reforma laboral y pensiones van a centrar la batalla de los sindicatos?

-La huelga general era una respuesta a la reforma laboral, pero también preventiva respecto a la reforma de pensiones. El Gobierno está cometiendo errores, y el más importante es vincular una crisis coyuntural con reformas estructurales. El sistema de pensiones hay que contemplarlo a 40 años vista, y no se puede admitir una relación perversa, que condiciona el debate para lograr un acuerdo que permita la sostenibilidad de la Seguridad Social.

-¿Se ha roto el consenso para el sistema de pensiones?

-Es un error poner en cuestión el Pacto de Toledo, que tiene 15 años y ha permitido la estabilidad. Las reformas de consenso han dado solvencia a la Seguridad Social. Correr el riesgo de que se convierta en campo de batalla electoral es un error, y condiciona cualquier acuerdo social. Y encima parece que se han contraído compromisos que no han sido explicados.

-¿Es imposible llegar a un acuerdo con los sindicatos para reformar el sistema de pensiones?

-No veo complicado un acuerdo sobre las pensiones. Es relativamente sencillo si se hacen las apuestas adecuadas. Lo primero es reproducir el Pacto de Toledo, que debe ser prioritario para el Gobierno, sin limitarse a pactar con partidos nacionalistas, sino un acuerdo de amplio espectro. En segundo lugar, no equivocar las piezas del tablero. Hay retos a los que se debe dar respuesta, como el cambio demográfico y la cantidad y calidad del empleo que necesitamos para sostener la Seguridad Social. Debe haber correspondencia entre eso y el cambio de modelo económico. Habrá que pagar más pensiones y hay que buscar la forma de pagarlas.

-¿Por qué no quieren que se amplíe la jubilación a los 67 años?

-Esos desafíos no se corresponden con medidas como ampliar la jubilación a los 67 años. Esto puede impedir el acuerdo, si el Gobierno se empeña en retrasar la edad. Ya hay una jubilación flexible, porque España tiene la edad más alta de Europa, como media, y ha sido fruto del consenso. El Gobierno se instala en la crisis, y debería explicar que si se retrasa la jubilación habrá 500.000 puestos de trabajo menos para que los ocupen personas más jóvenes.

-¿Puede haber otra huelga general, si no llegan a un acuerdo?

-Yo no descarto ningún escenario. No obstante, CCOO hace una apuesta seria por el acuerdo. Hay voluntad de consenso. La Seguridad Social es algo muy serio. Afecta a pensionistas y jubilados, pero también a todos, a la cohesión del país. Intentaremos todo por alcanzar un acuerdo, y es posible.

-La tasa de paro española es muy superior a la europea. ¿Por qué?

-Es cierto que tenemos ese problema. Ocurría incluso en los tiempos de bonanza económica, cuando no bajamos nunca del 8%. En este periodo de crisis se ha destruido más empleo que en el entorno europeo. Tiene que ver con la situación de la que partíamos, con una economía sumergida que es un 5% superior a la media de la UE, y con un modelo económico de pies de barro. El crecimiento se basó en la construcción y el sector inmobiliario, con un mercado de trabajo muy precario.

-En Andalucía la situación es todavía peor…

-En Andalucía y Canarias, con tasas de paro en torno al 30%, se ve lo perverso de este modelo. En el periodo de bonanza, la temporalidad de la construcción en Andalucía era del 60%, mientras en Cataluña era del 25%. Mucha gente del medio rural se desplazó a la construcción y después ha retornado. La economía andaluza tiene el contraste de un desarrollo tecnológico importante, que convive con sectores como la construcción y el primario que deben transformarse. También necesita más potencial en la industria.

-¿Por qué no se hace un gran pacto estatal por el empleo?

-Ese pacto es deseable. Ya se ha visto que esta reforma laboral no crea empleo. El gran pacto debería favorecer un acuerdo de rentas, que contemple los excedentes empresariales y el tratamiento fiscal de las rentas altas. La UE dio un giro radical al priorizar el control del déficit público, y el Gobierno abunda en ello. Un pacto de empleo debe vincularse a la expansión del gasto productivo de la Administración Pública de forma eficiente. Es mejor gastar en empleo que en subsidios. También es determinante que el crédito de los bancos sigue sin fluir a las empresas y las familias. Hay que mejorar el desarrollo tecnológico y hacer un pacto energético y un pacto en la educación. Son los problemas a resolver para crear más empleo.

-¿Qué le parece Zapatero como presidente del Gobierno? Ahora lo critican más que antes

-A nivel personal no opino. Sus políticas han sido erráticas. Pasó de no reconocer la crisis a dar un bandazo radical. Esa falta de percepción derivó en que las medidas fueran menos eficaces y crearon un déficit público brutal. Después pasa al otro extremo y apuesta por lo que renegó, dificultando la salida de la crisis y generando más desempleo, con un retroceso en los derechos sociales.

-¿Cree que Zapatero será el candidato del PSOE en las elecciones generales de 2012?

-No lo sé. Y tampoco sé si la legislatura aguantará hasta 2012, ni si es conveniente que llegue al final. Me parece que ha llegado el momento de someter las políticas al escrutinio de la ciudadanía. Este no es el programa con el que el PSOE se presentó a las elecciones.

-¿Anticipar las elecciones sería lo mejor en estos momentos?

-Yo no tenía claro que anticipar las elecciones fuera lo mejor para afrontar la crisis, pero ahora sí me parece necesario oír la voz de los ciudadanos.

-¿A quién prefiere como nuevo presidente de la CEOE?

-Al que elija la CEOE. Si señalo a alguno no le haría un favor. No me gusta que nadie interfiera en CCOO, así que yo tampoco lo hago.

-¿Mejorarán las relaciones con el nuevo presidente de CEOE?

-A poco que mejoren ya lo serán. Ahora, a la vista está, no son eficaces. La negociación de convenios colectivos está bloqueada. Santiago Herrero reconoció el viernes que no funciona la reforma de convenios. Espero que la situación de CEOE se resuelva bien, porque a los sindicatos no les interesa una organización empresarial débil.

-Usted trabajó en la Bazán de Ferrol. ¿Cree que los astilleros siguen teniendo futuro?

-Sigo pensando lo mismo que entonces, cuando se decía que la construcción naval era un sector propio de países poco desarrollados. Sin embargo, en los astilleros hay trabajadores, seguimos teniendo construcción naval. Es una industria de tecnología avanzada, que aporta valor añadido y hay que apostar por ella. En zonas como la Bahía de Cádiz, Ferrol, o incluso Sevilla, es importante que se mantenga para el empleo.

-¿Espera seguir como secretario general de CCOO, o prefiere prejubilarse pronto?

-Procuro vivir el día a día, que requiere mucha atención. No me preocupa mi futuro, no lo sé. Estaré el tiempo que pueda ser útil, sin perpetuarme. Yo siempre he pensado que no se puede ser un tapón en una organización. Además en CCOO hay un antídoto, que es la limitación a dos mandatos, por ocho años, y sólo se permite el tercero en casos excepcionales.

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