El juez envía a prisión a otros seis detenidos más en la operación antidroga de Alcalá de Guadaíra

Diez de los arrestados quedaron libres con medidas cautelares y dos más sin ellas, en unas comparecencias que se prolongaron hasta las tres de la madrugada

Prisión para los cinco policías nacionales del grupo de estupefacientes de Alcalá de Guadaíra

Un furgón de la Guardia Civil traslada al resto de detenidos a los juzgados de Alcalá, este jueves.
Un furgón de la Guardia Civil traslada al resto de detenidos a los juzgados de Alcalá, este jueves. / Francisco J. Olmo / EP

El juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Alcalá de Guadaíra decretó la madrugada de este viernes el ingreso en prisión de otros seis detenidos más en la operación antidroga desarrollada esta semana en la ciudad. Se trata de seis de los 18 detenidos civiles en esta redada, en la que cayeron también los cinco agentes del grupo de estupefacientes de la comisaría de la Policía Nacional. Los cinco policías fueron los primeros en pasar a disposición judicial y están en prisión provisional desde el mediodía de este jueves.

Durante la tarde fueron pasando ante el juez los otros 18 detenidos que la Policía llevó al juzgado. Antes había puesto en libertad a varias personas con una participación menor en la trama. Seis de estos 18 detenidos ingresaron en prisión provisional, comunicada y sin fianza, según indicaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Otras diez personas fueron puestas en libertad provisional con las medidas cautelares de comparecencia apud acta los días 1 y 15 de cada mes y la retirada del pasaporte. Los dos restantes quedaron libres sin medidas cautelares.

Las comparecencias en la sede judicial concluyeron a las tres de la madrugada de este viernes. En esta causa, que está declarada secreta, se investigan presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública, cohecho, contra la administración pública, descubrimiento de secretos, contra el patrimonio, falsedad documental, coacciones, omisión del deber de perseguir delitos, y tenencia ilícita de armas.

En sus respectivas comparecencias, los cinco agentes implicados únicamente respondieron a las preguntas planteadas por sus defensas. Las pesquisas policiales se iniciaron hace unos seis meses y han permanecido declaradas secretas durante todo este tiempo, una medida que aún se mantiene. En estos meses se han realizado escuchas, seguimientos, vigilancias y otras medidas propias habituales en este tipo de casos.

La operación la ha desarrollado la unidad de Asuntos Internos, desplazada desde Madrid para detener a los policías de Alcalá de Guadaíra. Los agentes de este grupo, con la colaboración de la Udyco central y de patrulleros de la brigada local de Seguridad Ciudadana, realizaron 27 registros en este municipio y otras localidades, como Utrera, Los Palacios, Mairena del Alcor, Morón de la Frontera o Dos Hermanas, entre otros municipios. En algunos de ellos se intervinieron distintas cantidades de droga, como un kilo de cocaína y pequeños paquetes destinados a la venta al menudeo. Estas sustancias no se hallaron en las casas de los policías, que se registraron sobre las cinco y media de la mañana, antes que las del resto de los implicados. Muchas de las entradas en domicilios se llevaron a cabo en la barriada de Rabesa, una de las más deprimidas de la localidad y precisamente donde se encuentra ubicada la comisaría.

Una de las cuestiones que se están investigando es la posible reventa de efectos intervenidos en operaciones antidroga. Para ello, los policías investigados requerían de la colaboración de un chatarrero de Alcalá, que también fue detenido en la operación. Este chatarrero era la persona encargada de hacerse con objetos y herramientas utilizadas para las plantaciones de marihuana, tales como focos, balastros, conectores y aparatos de aire acondicionado. En teoría, se las entregaban para que las destruyera y emitiera el correspondiente certificado garantizando la eliminación de estos residuos. Sin embargo, se le investiga por revenderlas y repartir supuestamente el dinero entre todos. No ha trascendido el grado de implicación de cada uno de los cinco agentes y si todos participaban de estas actividades irregulares, o al menos las conocían.

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