Rotundamente sevillana. Y de vuelta a los orígenes. Así es como arranca la temporada lírica, el próximo jueves, en el Maestranza con la reposición de Las bodas de Fígaro, ópera bufa en cuatro actos de Mozart, sobre libreto de Lorenzo Da Ponte, en una producción propia del teatro sevillano estrenada en 1999 bajo la dirección escénica de José Luis Castro. El que fuera director artístico del coliseo lírico regresa a esta casa con este título que invita a mirar con perspectiva la que es una de las producciones propias más aplaudidas y viajeras de los 20 años del teatro sevillano.

La pieza es "la obra perfecta y una de las obras maestras de toda la literatura operística en la historia de la música", en palabras de Pedro Halftter, director artístico del teatro. "Hay una sensación prerevolucionaria tanto en el desarrollo de los personajes, como de la trama y la música" porque "para parte de la alta sociedad es la última fiesta, se percibe la llegada de la Revolución francesa que cambiará también la percepción social de la realidad", explicó el director de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, que acompañará al reparto desde el foso. Una fiesta, al fin, que hace de esta pieza clásica una "maravillosa comedia de enredo", en palabras de Castro. "De la obra que hicimos hace 12 años, en la que intervinieron actores sevillanos y en la que estuvimos trabajando más de un mes, salió el diseño, la dramaturgia, los personajes y la coreografía final [creación de Cristina Hoyos] que en esta reposición se mantienen", afirma Castro, quien no habla sin atajos sobre la condición de los directores escénicos: "Tenemos mucho peligro porque vamos tirando de un hilo y... cuando te das cuenta has hecho otra obra. Y no. Hubiera sido maravilloso hacer otras Bodas, pero hubiéramos necesitado mucho tiempo. Ahora, sólo se ha reparado un poco la escenografía", obra del genial Ezio Frigerio y el vestuario original creado por la oscarizada Franca Squarciapino.

El tiempo -el paso de él- ha traído cambios inevitables al montaje original, el más evidente, el del reparto, del que el director artístico del teatro quiso destacar "la calidad" de las voces. La soprano rusa Olga Peretyatko interpreta el rol de Susana y Roberto Tagliaviani se estrena en el papel de Fígaro. La soprano canaria Yolanda Auyanet se mete, por primera vez, en la piel de la Condesa de Almaviva y Paul Armin Edelman dará vida al Conde. Anna Tobella, Manuel de Diego, José Manuel Montero, Aurora Amores, Carlos Chausson y Giancarlo Tosi, éste último que ya estuvo en el montaje de 1999, completan un numeroso reparto que irá introduciendo Cherubino, un entrañable personaje interpretado por Jana Kurucová. Y doce años después del estreno del título, Castro ha encontrado un reparto absolutamente entregado por la oportunidad de formar parte del reparto de una ópera que se desarrolla en Sevilla, la ciudad donde nació Fígaro. Además, el elenco valora de igual modo que se trate de una producción "clásica, natural" que, en palabras del austríaco Paul Armin es un "bálsamo" después de haber trabajado en versiones de este mismo título en teatros de Centroeuropa "extremadamente modernas".

De hecho, el deseo es girar de nuevo la obra. Para ello, Halffter anunció que el estreno coincidirá con una reunión de gerentes de teatros para que vean el montaje. Además, recordó que La Sonámbula, de Bellini, producción propia de 2006, "ahora se está ensayando en el Baluarte de Pamplona".

Las bodas de Fígaro. Teatro de la Maestranza. 29 de septiembre, 1, 3 y 5 de octubre. Entradas agotadas.