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Crítica ópera

Un día de locos en el Maestranza

Las bodas de Fígaro. Ópera buffa en cuatro actos con música de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto de Lorenzo da Ponte. Dirección musical: Pedro Halffter. Dirección de escena: José Luis Castro. Dirección del coro: Íñigo Sampil. Escenografía: Ezio Frigerio. Vestuario: Franca Squarciapino. Coreografía: Cristina Hoyos. Iluminación: Vinicio Cheli. Intérpretes: Paul Armin Edelmann (Conde de Almaviva), Yolanda Auyanet (Condesa de Almaviva), Olga Peretyatko (Susana), Roberto Tagliavini (Fígaro), Jana Kurucová (Cherubino), Anna Tobella (Marcelina), Carlos Chausson (Don Bartolo), Manuel de Diego (Don Basilio), José Manuel Montero ((Don Curzio), Aurora Amores (Barbarina), Giancarlo Tosi (Antonio). Inmaculada Águilas/ Rocío Botella (Campesinas). Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Coro de la A.A. del Teatro de la Maestranza. Lugar: Teatro de la Maestranza. Fecha: Jueves 29 de septiembre. Aforo: Lleno.

La vuelta al Maestranza de José Luis Castro, director artístico del teatro en una década (1994-2004) que fue la que sirvió para construir un repertorio y labrarle una imagen de excelencia, se vio respaldada por un éxito notable, pues su trabajo escénico sobre Las bodas de Fígaro, estrenado en octubre de 1999, no sólo se mantiene vigente, sino que ha ganado en enjundia. Pequeños cambios (como la eliminación del juego de trampillas en el jardín al final de la obra) lo han mejorado sin duda, pero además muchos detalles, vistos ahora, pasada una década de tanto experimentalismo en las escenas líricas, hacen que la propuesta resulte de una eficacia que es a la vez sugerente y sutil.

A ello contribuyen desde luego la escenografía de Ezio Frigerio, que fija con rotundidad la acción en un palacio barroco de la nobleza sevillana, el riquísimo vestuario de época de Franca Squarciapino y sobre todo la iluminación de Vinicio Cheli, que consigue unas gradaciones de asombroso realismo. No hay que olvidar que toda la acción de la ópera transcurre en un solo día, del amanecer a la noche, y esos rayos del sol inundando el dormitorio de la Condesa al principio del segundo acto o la evolución de los matices del atardecer en el tercero resultan un auténtico prodigio. En el montaje se integra con naturalidad la coreografía de Cristina Hoyos, esta vez sin castañuelas.

Pedro Halffter ha hecho con la ROSS un trabajo intenso de adecuación estilística: al reducir cuerda, las maderas ganan en protagonismo consiguiendo así el colorido tornasolado que más se ajusta a la partitura. Pero además el maestro madrileño ha logrado de su orquesta una articulación mucho más nítida de las frases, una acentuación más incisiva y un aligeramiento de tempi que hacen teatralmente verosímil esa folle journée, esa jornada loca que se anuncia en el título. Nada que ver con la pesante dirección de Alain Lombard de hace 12 años.

Elenco en general joven y brioso, que respondió muy bien en el terreno dramático y con algunos desequilibrios en lo vocal. Triunfó la pareja noble. Yolanda Auyanet con voz ligera (acaso demasiado para ser la Condesa), pero fraseo elegante y distinguido. Sus dos arias fueron de lo mejor de la noche, especialmente emotivo ese Porgi amor bañado por la luz torrencial de la mañana. Paul Armin Edelmann con un registro de barítono lírico para una voz aún juvenil y bien proyectada. Empezó algo rígido en el terreno expreresivo, pero se fue soltando a lo largo de la representación. Soberbia la jovencísima mezzo eslovaca Jana Kurucová como un Cherubino de voz solar. Entonó sus canzonettas con auténtica delectación por cada palabra (esos ritardandi del final del Non so più son de los de encoger los corazones). Más floja la pareja de sirvientes. La bellísima voz de Olga Peretyatko, su indudable elegancia expresiva (delicadísima su aria final), se vieron perjudicadas por una proyección problemática, que afectó al volumen. Algo parecido le pasó al Fígaro de Roberto Tagliavini, voz colocada demasiado atrás, lo que le obliga a engolar más de la cuenta. Soberbio, de libro, el Don Bartolo de Carlos Chausson y muy correcto el resto, incluido el coro.

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