Gutiérrez Solís gana el Andalucía de la Crítica con su obra más desnuda

El cordobés se impone con 'El escalador congelado' en narrativa 'Posdata', de Ángel García López, mejor poemario

Salvador Gutiérrez Solís, ayer, en Sevilla.
Salvador Gutiérrez Solís, ayer, en Sevilla.
Alfredo Asensi, Córdoba

07 de abril 2013 - 05:00

Su novela "más exigente" y "más desnuda" le ha valido a Salvador Gutiérrez Solís el Premio Andalucía de la Crítica en la modalidad de narrativa. En otras ocasiones rozó este galardón y ayer lo conquistó con El escalador congelado, la obra que más implicación emocional le ha exigido, publicada en noviembre del pasado año por Destino. En poesía, el jurado consideró que la mejor obra del pasado año fue Posdata del gaditano Ángel García López, mientras que el premio a la ópera prima recayó en el también gaditano José Lupiáñez por El chico de la estrella, su primera incursión en el género del relato.

"Emocionado" tras recibir la llamada del jurado, que se reunió ayer en Málaga (en la sede del Centro Andaluz de las Letras) para dar a conocer el fallo, Gutiérrez Solís confesó la "sensación abrumadora" que le producía ingresar en un palmarés en el que figuran nombres como los de "Juan Eslava Galán, Antonio Soler, Justo Navarro, Luis García Montero, Pablo García Baena o Isaac Rosa". Un "orgullo" y, espera, "un trampolín para llegar a más lectores". El cordobés recogerá la estatuilla creada por el escultor Andrés Alcántara en un acto que se celebrará el 3 de mayo en Huelva. Los premios, que cumplen 19 ediciones, carecen de dotación económica.

Antonio Garrido, José Antonio Santano, Antonio Moreno Ayora, Francisco Huelva, Ricardo Bellveser, José Sarria, Antonio Enrique, Pilar Quirosa-Cheyrouze, Manuel Gahete y Francisco Morales Lomas (presidente de la Asociación de Críticos andaluces) integraron el jurado que se decantó por El escalador congelado frente a Hablar solos de Andrés Neuman, Los amores oscuros de Manuel Francisco Reina, Palabras insensatas que tú comprenderás de Salvador Compán, El chico de la estrella de José Lupiáñez y Las estaciones del viento de Molina Caballero.

"Me llega en un momento apropiado", subrayó Gutiérrez Solís, "por la edad y por el tipo de libro que es, mi novela más madura, a la que he dedicado mucho esfuerzo y un especial cariño". El cordobés realiza aquí un retrato generacional a partir de una serie de personajes que navegan entre la insatisfacción y la ilusión, la melancolía y la necesidad de soñar con un futuro mejor, la soledad y la búsqueda de evasiones. Escaladores del día a día congelados en las alturas.

Una obra, además, "muy andaluza", ambientada en distintas ciudades de la comunidad autónoma. Y es que el autor de El sentimiento cautivo reivindica su condición de escritor del Sur, no sin reconocer que "a veces los escritores andaluces tenemos ciertos complejos". E incluso socialmente identifica alguna resistencia "a apreciar que uno de los nuestros puede hacer obras con la misma calidad que los escritores de fuera". En este punto, aporta una anécdota: "Pablo García Casado me dijo hace poco: 'Si tu libro lo hubiera escrito un brasileño sería un best-seller".

Nacido en 1968, Gutiérrez Solís ha desarrollado una trayectoria literaria centrada en la narrativa, con títulos como La novela de un novelista malaleche (1999), que fue finalista del Premio Nacional de la Crítica, Más de cien bestias atrapadas en un punto (2003), El sentimiento cautivo (2005), finalista del Fernando Lara y el Andalucía de la Crítica, El batallón de los perdedores (2006), la biografía Barnaby Conrad, una pasión española (2007) y El orden de la memoria (2009), con el que dio el salto a la colección Áncora y Delfín de la editorial barcelonesa Destino. Columnista del Grupo Joly, ha sido traducido a varios idiomas y también ejerce la crítica literaria.

En el apartado de poesía, Posdata del roteño Ángel García López se impuso a Barroco de José Luis Rey, Canción en blanco de Álvaro García, Los héroes derrotados de Enrique Barrero, Las categorías de Kant no funcionan en la noche de Julio César Jiménez, Danaide de María Sanz, La mala letra de Domingo F. Faílde y Últimas mareas de José Antonio Moreno Jurado. El jurado estuvo integrado por Antonio Hernández, Rafael de Cózar, Manuel Urbano, José García Pérez, José María Barrera, Paloma Fernández Gomá, Rosa Díaz, Carlos Clementson, Manuel Gahete y Francisco Morales Lomas.

García López obtuvo en 2011 con esta obra el XXVI Premio Unicaja de Poesía, dotado con 10.000 euros y la publicación del libro en la editorial Visor. Posdata mezcla poemas meditativos y epigramáticos, en la estela de los poetas clásicos latinos. Un poemario que destaca por la brillantez de su escritura y su indagación en las posibilidades del lenguaje. García López nació en Rota en 1935 y entre sus títulos figuran A flor de piel, Elegía en Astaroth, Trasmundo, De latrocinios y virginidades, Mester andalusí y Memoria amarga de mí. El Adonais, el Nacional de la Crítica y el Generación del 27 figuran entre sus reconocimientos.

Finalmente, Lupiáñez logró el premio en el apartado de ópera prima por El chico de la estrella, publicado por Port-Royal Ediciones. No se trata de un primer libro sino de una primera aproximación a un género, el relato. Es una selección de narraciones cortas en las que el escritor recrea pasajes de su infancia. Lupiáñez nació en La Línea de la Concepción en 1955, vivió en El Puerto de Santa María y realizó sus estudios universitarios en Barcelona y Granada. Desde joven comenzó a colaborar como poeta y crítico en numerosas publicaciones españolas y extranjeras y en 1975 fundó junto a José Ortega la colección Silene, que se inició con su primer libro, Ladrón de fuego. Posteriormente dio a la imprenta obras como Río solar, El jardín de ópalo, Amante de gacela,Música de esferas, Arcanos y Puerto escondido, entre otras muchas.

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