Ciencia

El suelo marciano está en Sevilla

  • Científicos del CSIC hallan en Cobre las Cruces unas bacterias que respiran sulfato y han creado un yacimiento mineral único, que podría ser similar al de Marte.

"En Marte, de existir vida, tendría que ser de este modo". Un estudio internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto un gran ecosistema de organismos extremófilos a 150 metros de profundidad en la mina sevillana de Cobre las Cruces. El trabajo, publicado en la revista Nature Communications, expone que la gran actividad microbiana que ha tenido lugar en los últimos cinco millones de años en la zona ha sido capaz de formar un yacimiento mineral inédito en el mundo. Además, los autores creen que la biomasa subterránea de la Tierra podría ser mucho mayor de lo que se pensaba y que situaciones similares podrían estar sucediendo en Marte y en otros planetas, como apunta el investigador del CSIC Fernando Tornos, del Instituto de Astrobiología: "Hemos encontrado evidencias geológicas y geoquímicas de la existencia de un bioreactor gigante en el subsuelo de la Faja Pirítica Ibérica. Se trata de una colonia de organismos capaces de vivir en condiciones extremas. Se alimentan de restos de materia orgánica simple, como metano y otros hidrocarburos, y, ante la ausencia de oxígeno atmosférico, respiran gracias al sulfato presente en su entorno".

Este hallazgo es un primer paso que permitirá avanzar en la búsqueda de vida en el planeta rojo, no en vano, desde la NASA ya han solicitado la investigación y científicos japoneses también se han interesado. "Esto es un punto de partida. Un comienzo. Nos puede ayudar a comprender qué protocolo hay que seguir para hallar vida en Marte, buscando restos de bacterias o rocas de este tipo". Los científicos saben que los primeros organismos que vivieron en la Tierra eran bacterias como las existentes en Sevilla.

Es la primera vez que estas bacterias que viven en unos ambientes extremos se encuentran en estas cantidades. Su tipo de alimentación y respiración provoca importantes cambios químicos en el hábitat donde viven y esto ha dado lugar a la formación de varios millones de toneladas de rocas ricas en carbonatos, galena y minerales de hierro, plata y oro: "Así es como obtienen la energía para vivir. Son estos minerales que producen lo que nos lleva a deducir que allí hay bacterias. Lo que han hecho es crear una roca que es única en el mundo y hemos encontrado esas rocas transformadas por la colonia que revela que allí hay vida". Esta ciudad de bacterias sería la más importante y extensa que se ha encontrado hasta la fecha, con una dimensión de 40 hectáreas, equivalentes a unos 60 campos de fútbol.

Estos científicos del CSIC trabajan en el yacimiento de Cobre las Cruces desde la apertura de la mina: "En los sondeos que se hicieron ya vimos que había unas rocas que no eran habituales. Rápidamente nos pusimos a ello y formamos un equipo de especialistas españoles en distintas materias para  su estudio. Hay que decir que desde Cobre las Cruces han sido todo facilidades" .

Tornos incide que lo que les llamó la atención es que son rocas muy raras, formadas por bacterias y que se trata de una colonia reciente: "Se trata de un sitio de excepción en el que seguir trabajando". Antonio Delgado, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra destaca, igualmente, la importancia del yacimiento: "Las Cruces es probablemente uno de los mejores y casi únicos ejemplos a escala mundial de cómo la vida modifica y modela una mineralización. Es un proceso reciente, que puede que siga ocurriendo ahora, y nos muestra lo importante que es la función de las bacterias en la química de los ambientes subterráneos. Puede que la vida primigenia en la Tierra se diera en escenarios similares y que lo mismo esté sucediendo en Marte y otros planetas".

Un hallazgo muy relacionado con  el de Río Tinto

La investigación llevada a cabo en el yacimiento sevillano de Cobre las Cruces, un enclave situado entre las localidades de Gerena, Guillena y Salteras, tiene mucho que ver con la que se ha desarrollado en los últimos años en la localidad onubense de Río Tinto. Allí, el proyecto MARTE realizó un análisis de los microorganismos extremófilos que viven en la zona y del estudio de las causas que dan lugar a sus condiciones mineralógicas y geológicas. Fernando Tornos también colabora en este proyecto y ahora son los biólogos que trabajan en Río Tinto los que se encargarán de verificar que en el yacimiento sevillano hay bacterias, como se puede desprender de las investigaciones llevadas hasta ahora.

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