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Fútbol en el césped y la grada

  • El Betis, obligado a vencer al Recreativo para no descolgarse más y evitar un presumible alboroto en Heliópolis. El consejo tendrá seguramente el necio plebiscito que ha provocado.

¿Es bueno ganar hoy? Aunque la pregunta pueda parecer absurda y fuera de lugar, hay más de un bético que lleva días haciéndosela. En la certeza de que su equipo no va a ningún sitio mientras Julio Velázquez continúe siendo el principal inquilino de su banquillo, hay quien se pregunta si no habrá más tiempo hoy de enderezar la nave, aun perdiendo, que seguir con el salmantino haciendo la goma y tomar la decisión que hoy se antoja necesaria dentro de una semana, dos o un mes. ¿Sería entonces quizá ya tarde? ¿Qué debería hacer hoy el impresentable consejo de administración si el equipo empata? Porque aquí no vale acudir a la imagen del equipo, ya que se antoja impensable que ésta vire 180 grados. El Betis no jugará bien, eso se puede incluso firmar. ¿Están Alexis y Chuti Molina capacitados para designar un nuevo entrenador? ¿Debería irse el canario también si el equipo pierde y Velázquez es destituido? ¿Se escucharán cánticos de apoyo a Mel e incluso a Lopera desde el tañido inicial o aguardará la grada a algún desenlace contrario?

Son muchas las incógnitas que envuelven a este partido de fútbol que se jugará sobre el césped de Heliópolis y, sobre todo, en los asientos de su graderío. Porque los desmañados dirigentes béticos han convocado para hoy, en medio de un inoportuno homenaje a Luis del Sol, un plebiscito sobre la figura del entrenador del equipo que ya acudió a las urnas con el resultado consabido la noche del Lugo pese a la clasificación copera. Un referéndum, además, que se les ha vuelto en contra por cuanto a ellos, es de temer, no los salvará ni un resultado favorable. Si Velázquez huele a pasado en el Betis a no ser que gane, gane y gane -tantas veces como solía repetirlo el añorado Luis Aragonés-, los que manejan las riendas del club están aún más sentenciados y, además, alguno merece sufrir en sus carnes lo que el respetable estime oportuno decirle por el daño quizá irreparable que le ha producido a la entidad por puro afán de notoriedad o quién sabe qué intereses más espurios.

Sí, es difícil hablar de fútbol en el Betis. Pero es que, para más inri, quien aún lo entrena tiene al equipo secuestrado desde que llegó. Si en una semana normal abre las puertas de la ciudad deportiva una vez a ese bético que se deja la piel y la cartera para apoyar a su equipo y que, en muchos casos, lamenta sus lunes al sol, en la presente el encierro ha sido absoluto, tal vez temeroso de que le canten cuatro verdades. Así las cosas, como para que el periodista acierte si el salmantino continuará con su absurda y fracasada defensa de tres centrales o volverá a la de cuatro, si jugará con tres centrocampistas, entre ellos Dani Ceballos acostado a una banda, o lo hará sólo con dos; si meterá de una vez a Kadir por el inoperante Cejudo, si Jorge Molina acompañará a Rubén Castro arriba o lo hará Rennella...

Incógnitas, muchas, también sobre el tapete. Y el mejor defensa, Perquis, en su casa, como si no fuese suficiente castigo no haber jugado en Leganés o soportar los contumaces fallos de Jordi partido tras partido. Si importante es que el central zurdo lo sea, más lo es que jueguen los mejores y nadie lo haga sólo por esa particularidad al no abundar.

Y, enfrente, el Recreativo, un equipo mejor clasificado que el Betis y con la vitola de que sólo le han hecho seis goles en nueve partidos. Un conjunto, pese a que lo entrene José Luis Oltra, diseñado para el contraataque, con muchos efectivos por detrás del balón y que le regalará tan esencial elemento a un equipo que a la fecha no ha sabido qué hacer con él. Quizá por ello, Velázquez apueste por nutrir el centro del campo con gente de toque y juegue sin extremos, sobre todo en el costado izquierdo, para que el equipo se siente más junto y arropado a lo ancho. Porque lo que sí está claro es que como el Recreativo marque primero en la grada de Heliópolis se desata la batalla.

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