La zona norte del Parque de Miraflores, la más cercana al barrio de Pino Montano, acogió a principios de este año un nuevo acto inaugural con motivo de la última remodelación urbanística que tuvo lugar en este espacio verde. Las obras dotaron al recinto de nuevas instalaciones, mobiliario urbano e, incluso, vigilancia privada, consiguiendo un lugar muy adecuado para pasear, llevar a los más pequeños o hacer deporte. Sin embargo, tan sólo seis meses después de la apertura, son muchas las señales de la falta de mantenimiento y conservación que aparecen a lo largo del parque. No hay que caminar mucho para observar este hecho, ya que nada más entrar en el recinto llama poderosamente la atención una papelera rebosante de cartones, latas, restos de comida y todo tipo de basuras.

La rápida degradación de esta zona de Miraflores se comprueba también en lo que hace unos meses fue una amplia extensión de césped verde y fresco. La ausencia de un riego adecuado ha originado el crecimiento vertiginoso de malas hierbas, así como el aspecto seco y amarillento de las lomas del parque. Sólo aguantan firmes los árboles más robustos, encargados de dar sombra a los pocos transeúntes que se encuentran en los caminos asfaltados.

A la situación de deterioro de la vegetación y el mobiliario público se le suma además la suspensión de las labores de limpieza. No queda ni una papelera libre de basura, todas han llegado al límite de contención donde algunas latas recuerdan a malabaristas manteniendo el equilibrio en lo más alto de un montículo. Los cristales y restos de botellonas se extienden por todo el perímetro del lago y se mire por donde se mire la suciedad es la protagonista. "El parque se parece cada vez más a un basurero. No entiendo el porqué el Ayuntamiento no mantiene lo que construye", se lamenta un usuario.

No obstante, el problema de la conservación insuficiente no es lo único que preocupa a los vecinos de Pino Montano, que ya han alzado voces de protesta contra este abandono. La empresa de vigilancia privada, contratada para mantener el orden en el interior del parque, dejó de funcionar de la noche a la mañana con la consecuente aparición del vandalismo y los robos. Aunque esta zona de Miraflores tiene definido un horario de apertura y cierre, los gamberros han encontrado la manera de penetrar en el jardín, dando lugar al robo de algunos animales de la granja escuela que se encuentra en las inmediaciones del parque.

Otra inquietud para los vecinos es la existencia de menudeo de drogas bajo los dos puentes cercanos al Polideportivo de Pino Montano, además de las evidencias de que ese mismo lugar sirve de refugio para indigentes que logran colarse por las noches.

Esta lamentable realidad se ha ido formando desde el pasado mes de junio. Para el presidente del Comité Pro Parque Educativo Miraflores, Manuel Lara, todo comenzó con el cambio de gobierno en el Consistorio. "La administración anterior debería haber previsto un contrato para el mantenimiento del parque por un año. El mal estado de Miraflores empezó a destacar tras las elecciones de mayo", comenta Lara.

Sin embargo, fuentes de la delegación de Medio Ambiente han aclarado que el abandono de esta zona verde es un problema del anterior gobierno y que ya han iniciado un proceso de modificación en el presupuesto de parques y jardines para dotar al parque de un contrato de conservación y vigilancia. Estas mismas fuentes han explicado que la gerencia actual se encontró con la falta de un contrato de mantenimiento, debido a que la anterior jefatura agotó todo el presupuesto para las obras finalizadas en el último semestre.

El líder vecinal de Pino Montano, Francisco Delgado, ya ha realizado una solicitud de mejoras en esta zona del parque al delegado del Distrito Norte, Juan García. Para Delgado "si la zona sur está siendo reparada, la norte también se lo merece".