Un rincón que renace en el Parque de María Luisa

Patrimonio

La Glorieta de la Virgen de los Reyes recobra su esplendor con ocasión del centenario de la apertura del Parque de María Luisa al libre acceso de los sevillanos.

El estado actual de la glorieta, con Raúl Pérez dando los últimos retoques a la Virgen de los Reyes
El estado actual de la glorieta, con Raúl Pérez dando los últimos retoques a la Virgen de los Reyes
Virginia Lesmes

21 de julio 2014 - 05:03

La Glorieta de la Virgen de los Reyes se encuentra en lo más íntimo del Parque de María Luisa, en las traseras del Museo Arqueológico. Es, quizás por su recóndita localización o por el estado ruinoso en el que se encontraba, por lo que sólo la visitaban los patinadores que iban a la pista que tiene delante. Tras un proyecto fallido en 2007, este año se está terminando la reconstrucción de un monumento que prácticamente desapareció a mediados del pasado siglo. El presupuesto con el que ha contado la obra es de 153.879,75 euros. Y se ejecuta con motivo del centenario de la apertura del parque al libre acceso de los sevillanos.

Construida con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929, la glorieta tenía forma de semicírculo y estaba construida en ladrillo. En el lugar privilegiado del centro del muro se encontraban tres hornacinas separadas por pilastras. En medio, con mayor tamaño, se cobijaba una imagen de la Virgen de los Reyes, debajo de la cual salía el agua de una fuente. En los laterales, por una parte las figuras de San Fernando, San Isidoro y San Leandro, y por la otra las Santas Justa y Rufina, representadas con la Giralda. Las figuras de entonces fueron modeladas y vidriadas en cerámica blanca y azul, en la fábrica trianera Montalván.

Alrededor de los años 40 del siglo pasado se destruyó la fuente. Se desconoce el destino de las figuras, salvo la de la Virgen de los Reyes, que fue trasladada sucesivamente para evitar su deterioro. Hoy se encuentra en la Residencia de Sacerdotes de la calle Becas.

El proyecto de restauración que se está acometiendo incluye la reactivación de la fuente y la recuperación del muro central de ladrillo. La imagen de la Virgen en bulto relieve seguirá presidiendo el monumento,pero las esculturas laterales de los santos han sido sustituidas por azulejos. Según los planes, se espera que la glorieta recupere parte de su dramatismo para volver a ser escenario de representaciones teatrales y musicales, al menos durante el transcurso de las actividades con motivo del centenario del parque.

Dos profesionales de la cerámica han trabajado en los nuevos protagonistas de la plaza. El proyecto se le encargó a Claudio Sabariego, que comenzó a trabajar en noviembre y ha terminado la labor esta semana. También ha restaurado los remates de cerámica que completan el muro y algunos azulejos que adornan la parte baja de la pared. El escultor ha hecho el diseño a partir de las consignas de tamaño y forma que facilitó el Ayuntamiento.

Para llevar a cabo la estatua, lo primero es un proceso de modelado de la imagen, después se hace un molde y de ahí se saca la reproducción. Una vez se tiene la figura, se cuece, se pinta y se vuelve a cocer. Así el producto se hace más resistente, ya que está hecho para aguantar a la intemperie. Claudio Sabariego explica que "la pintura es al fuego y en el horno alcanza los 980º. A continuación se dan los esmaltes que son óxidos cerámicos que se cuecen y se cristalizan". Como la imagen es grande se ha hecho por partes que se unen más adelante, sin embargo el cuerpo de la Virgen y del Niño son piezas completas.

Cuando ya se han incorporado las figuras de cerámica a la construcción de ladrillo, el último paso es empastar el llagueado, es decir, disimular los espacios que quedan entre las piezas.

El trabajo lo ha realizado el escultor con la ayuda de otro profesional de la cerámica y los moldes, Raúl Pérez, con quien ya había colaborado. Éste no ha sido ni mucho menos el primer trabajo de Sabariego, que aprendió de su padre desde pequeño y comenzó sus tareas de aprendiz a los 14 años. Algunas de las construcciones más emblemáticas de Sevilla le deben a este escultor su esplendor. Él repuso los azulejos del Rectorado de la Universidad de Sevilla, las farolas de la Plaza de España y los remates y azulejos de los Jardines de Murillo, entre otras obras.

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