Un Giraldillo en miniatura y un cuadro de la Virgen de la Antigua. Estos fueron los presentes que el alcalde de Sevilla le entregó ayer al papa Francisco durante la visita que realizó como presidente de la Red de Ciudades Magallánicas, encuentro que Juan Ignacio Zoido aprovechó para invitar al Sumo Pontífice a la ciudad hispalense. Francisco pidió a Zoido que los sevillanos rezaran por su Pontificado. 

Dentro de cuatro años. Ésta es la fecha propuesta por el alcalde para que el Papa visite Sevilla. En 2019 se cumplirán cinco siglos de la primera vuelta al mundo, un hito histórico en el que la capital andaluza tuvo un indudable protagonismo. Zoido desea que tal aniversario cuente con la presencia de Francisco en la ciudad, motivo por el cual ayer le entregó una carta en la que le invita a que acuda a Sevilla. 

No sólo fue esta misiva la que recibió el Sumo Pontífice ayer por parte del primer edil hispalense, quien le regaló una miniatura del Giraldillo, la veleta que corona la Giralda, antiguo alminar almohade y que, según los expertos, representa la Victoria de la Fe cristiana. El segundo regalo consiste en un cuadro de la Virgen de la Antigua que se venera en el templo metropolitano sevillano. Esta advocación también tiene especial protagonismo en la primera vuelta al mundo, pues a Ella se enconmendó el navegante Fernando de Magallanes antes de iniciar dicha travesía y ante Ella oró Juan Sebastián Elcano para darle las gracias tras su conclusión.  

En esta visita, además de Zoido, participaron los alcaldes de Lisboa, Antonio Costa; de Puerto San Julián, Nelson Gleadell; de Sabrosa, José Manuel Carvalho; y de Punta Arenas, Emilio Bocazzi. Junto a ellos también se encontraban los responsables de la secretaría técnica de la Red Magallánica, José Manuel Núñez y Rafael Crespo. El objetivo de esta visita es acentuar las relaciones entre el Vaticano y las distintas ciudades que tuvieron un papel importante en la primera vuelta al mundo de cara a futuras actuaciones. 

El hecho de que se quiera contar con la cúpula de la Iglesia católica en el quinto aniversario de la mencionada gesta obedece al carácter religioso que tuvo la primera vuelta al mundo. La propia organización de la red magallánica recuerda que el navegante, además de un gran explorador, fue un hombre de "un profundo cristianismo" que nunca impuso su Fe para extenderla en los países en los que se adentraba.