Que vienen los rusos

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Encuentro hispano-ruso. El Zenit de San Petersburgo, equipo de la mítica Leningrado, es rival del Sevilla y comparte sitio en una quiniela con partidos de la liga Rusa de fútbol.

El entrenador del Zenit  de San Petersburgo, Andre Villas-Boas, celebra con su jugador Hulk la victoria ante el Torino el pasado 19 de marzo.
El entrenador del Zenit de San Petersburgo, Andre Villas-Boas, celebra con su jugador Hulk la victoria ante el Torino el pasado 19 de marzo.
Francisco Correal

08 de abril 2015 - 01:00

Amenos de cincuenta días de las elecciones municipales, hay dos ciudades gobernadas por el mismo partido que sin embargo mantienen un pulso de hegemonías, una sana competencia. Me refiero a Málaga y Sevilla, limítrofes en La Roda de Andalucía, el pueblo donde Silvio limita con Luzbel. En los signos externos, Málaga está dando pasos de gigante: el Centro Pompidou, Antonio Banderas de nuevo en su cofradía, Juanmi en la selección. Banderas, por cierto, fue pregonero de la Semana Santa de Málaga y este año llamó por teléfono a quien ha tenido ese honor, Rafael de las Peñas, cofrade, rociero, hermano de mi amigo y compañero en este mismo periódico Juan Luis de las Peñas. Le salió a Rafael un pregón hermoso, sencillo, sentido, cargado de compromiso, con sutilezas locales como ese viaje por los cafés de Málaga de los solos a las nubes, paradigma celestial.

Son Málaga y Sevilla dos ciudades unidas por diferentes motivos con San Petersburgo, la mítica Leningrado. Por primera vez en la memoria que uno tiene de quinielista aparecen en un boleto de las Loterías y Apuestas del Estado cinco partidos de la Liga Rusa junto a los partidos de la liga nacional en jornada partida. Sevilla y Málaga se enfrentan a sendos rivales azulgrana y ninguno es el Barça: los de Nervión jugaron ayer en el feudo del Levante, cuyo estadio salía en la novela de Vicent Tranvía a la Malvarrosa; los de la Rosaleda lo hicieron en Ipurúa frente al Éibar.

Justo debajo del partido Eibar-Málaga aparece el Terek-Zenit. A continuación, el Kuban-Ural, que suenan a escenarios de Miguel Strogoff. El boleto se cierra con dos derbis moscovitas, Lokomotiv de Moscú-Torpedo de Moscú y CSKA de Moscú-Dinamo de Moscú cerrando el soneto de catorce el Arsenal Tula-Spartak de Moscú. Creo que fue el Dinamo moscovita el que apeó al Betis de la Recopa de 1978 en la encerrona de Tbilisi, en Georgia, la misma semana que la duquesa de Alba se casó con Jesús Aguirre, boda oficiada por el recientemente fallecido José María Martín Patino.

Tendría gracia hacerse millonario gracias a cinco equipos de Moscú, uno de San Petersburgo y otro de los Urales. Ésa sí que sería una buena revolución rusa dos años antes de su centenario, tres antes del Mundial de Rusia. Sevilla y Málaga están unidas con San Petersburgo. El Zenit de esa mítica ciudad donde tantas veces ha ido a tocar el órgano José Enrique Ayarra es el rival del Sevilla en los cuartos de final de la Liga Europa.

El Málaga compite en otros parámetros. Su particular Zenit de San Petersburgo tiene sus cinco magníficos: Vassily Kandinsky, Marc Chagall, Karl Brulov, Ilya Repin y Casimir Malevich. Son los cinco artistas de la Colección del Museo Ruso de Málaga, un viaje hasta San Petersburgo que se inició el 25 de marzo, tres días después de las elecciones andaluzas. Málaga tiene el Museo Picasso, el museo Thyssen, el centro Pompidou. Se ha convertido en la capital artística del sur de Europa. Sevilla, como recordaba Juan Ruesga, vuelve la mirada a un esplendor sin oropeles, esa Cita en Sevilla que trajo a los mejores de la música contemporánea, desde Miles Davis a Joe Cocker, a una ciudad sin teatros ni auditorios. A un descampado convertido en Parnaso.

Que vienen los rusos. Y no es un guiño a Podemos. Futbolistas de San Petersburgo en Sevilla, pintores de San Petersburgo en Málaga. Y la sombra del gol de Marcelino a Yashin cuando el marxismo era de Groucho.

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