Calle rioja

El lunes de Feria de 2006

  • Momentos en el recuerdo. Ricardo Suárez hizo en la portada de Feria una réplica del palco de la puerta del Príncipe de la Maestranza. Por él se marchó a Miami.

HOY es lunes de Feria, un nuevo aniversario (y van 23) de la inauguración de la Exposición Universal de Sevilla. Recuerdo otro lunes más cercano. Era la Feria de 2006. Un año inolvidable para mí: con dos días de diferencia, nació mi hijo y murió mi padre. Aquel lunes de Feria me dirigía por la calle Asunción hasta el real. En la esquina con Virgen de Luján, donde Asunción dejaría de ser peatonal, un matrimonio tomaba un café antes de dirigirse a la caseta de unos amigos. Para los dos era una Feria muy especial. El hijo de José Antonio Suárez, sevillano nacido en Asturias, y de Dolores Guadalupe, era el autor de la portada de Feria de ese año, que reproducía el palco del Príncipe de la Maestranza.

Los saludé a los dos y les pregunté por Ricardo Suárez. El pintor, tan machadiano, se había quitado de en medio y estaba en Miami. En su primavera de gloria, huía de la hoguera de las vanidades. He recordado esa escena porque ésta será la primera Feria que Ricardo viva en ausencia de su madre. Echamos de menos al pintor cuando en Becerrita entregamos el Homo Cofrade a Marcelino Manzano. Estaba allí el Sanedrín de las cofradías: el presidente del Consejo, los hermanos mayores de la Macarena y Pasión, los ex hermanos mayores de la Iniesta, Baratillo y Silencio. La primera vez que faltaba Ricardo, que acompañaba a su madre en su agonía.

Se murió el Domingo de Ramos. Cuando hablé con el artista para darle el pésame me dijo que no me podría haber enterado de su fallecimiento en mejor sitio. Fue el Jueves Santo, con la plaza de San Lorenzo llena de gente para ver al Gran Poder. La noticia me la dio Manolo García, hermano mayor de la Macarena, que departía con miembros de la junta del Gran Poder cuya basílica esa misma tarde visitarían los armaos.

La conversación por teléfono móvil con Ricardo para darle las condolencias tuvo lugar en la calle Espíritu Santo, junto a la antigua academia de baile de Enrique el Cojo, que accedía por la puerta trasera de Dueñas para darle clases a su alumna Cayetana de Alba, que también se va a perder la primera Feria de su vida. Una calle que hace honor a su nombre: quietud casi mística, sin apenas transeúntes, aromas de obrador antiguo y casero.

Es Ricardo Suárez un artista nada convencional. No conoce el endiosamiento. Currante y currista. Inauguró su exposición en Villasís el 20 de octubre de 2012. Ese día Eta anunciaba el alto el fuego, los rescoldos de la primavera árabe acababan con la vida de Gadafi y Pepe Mel presentaba su primera novela. A pesar de lo cual, el hijo de Dolores Guadalupe puso el imaginario cartel de no hay billetes en su exposición. Tengo un Ricardo Suárez en mi casa. El primer día de esta última Semana Santa quedó huérfano de madre y yo lo evoco ausente en Miami, con su madre orgullosa aquel primer día de la Feria de 2006, cuando su hijo salió con los pinceles velazqueños por la puerta del Príncipe.

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