Sevilla

La nueva orilla de Triana

  • Al paseo fluvial junto a la Pelli, el gobierno suma ahora la apertura del Muelle Camaronero Comienza a instalarse una baranda que cambiará la estética y la seguridad en la calle Betis

Revitalizar el cauce del Guadalquivir sigue siendo una asignatura pendiente. Las iniciativas llevadas a cabo en los últimos ocho años son insuficientes para el caudal de oportunidades que ofrece el río. En estos dos primeros meses de gobierno, Juan Espadas ha iniciado ya varias actuaciones que, de momento, supondrán un lavado de cara a la orilla de Triana. El próximo mes se abrirá al público el Muelle Camaronero, un espectacular mirador de la ciudad. En esta misma fecha, la zapata ya contará con una baranda de 375 metros de longitud, que reforzará la seguridad de la zona más concurrida del barrio de Triana. Una nueva imagen que se reforzará cuando concluya el anunciado paseo fluvial que partirá de la Torre Pelli.

Para la apertura del muelle, paseo flotante que discurre entre la comisaría de Policía y el espacio libre al sur del Quiosco de las Flores, no hará falta que se ejecute ninguna actuación previa. La pasarela fluvial cuenta con una barandilla para evitar caídas al agua y que sigue en buen estado. Además, durante el mes de julio se realizó una limpieza y se adecuó la vegetación en las que se acondicionó la zona para su uso. Este proyecto lo inició Alfredo Sánchez Monteseirín después de que la Autoridad Portuaria le concediera el espacio y Juan Ignacio Zoido proyectó la instalación de veladores y un restaurante, una iniciativa que se paralizó dadas las dificultades para abrir un negocio así en una zona que ya está declarada Zona Acústicamente Saturada (ZAS).

Por ello, el nuevo gobierno ha descartado esa idea y el Muelle Camaronero hará las veces de mirador y de lugar paseo. La intención municipal es que en él se organicen diferentes actividades recreativas. El delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Urbanismo, Antonio Muñoz, explicó ayer que, después de la inversión realizada, la imposibilidad de poner veladores no debe ser ningún obstáculo para abrir esta pasarela. Su construcción, que finalizó hace más de cinco años, contó con una inversión de 1,7 millones de euros. La Gerencia de Urbanismo pidió en abril de 2014 que el Puerto de Sevilla cediera 500 metros cuadrados de suelo para ampliar el ámbito espacial de la concesión y que se pudiera abrir el restaurante que el equipo de Zoido quería.

Del Muelle Camaronero no hubo ninguna novedad más hasta ayer. Dieciséis meses después, el actual gobierno municipal se niega a que los barrotes impidan otro año más la entrada a este mirador privilegiado, que puede suponer un gran atractivo para el turismo.

Muñoz indicó ayer que el paseo se abrirá en septiembre "o, como muy tarde, en octubre". La fecha de apertura variará dependiendo de cuando se decida quién se va a ocupar del mantenimiento del muelle, si el Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento o el Distrito de Triana. La plataforma flotante tiene 1.500 metros cuadrados, a los que se suma un terreno aledaño, al nivel de la calle Betis, de 330 metros cuadrados y un talud ajardinado.

Esta promoción del margen derecho del río se une al paseo fluvial que unirá Triana con la isla de la Cartuja y que está previsto que se inaugure en la primavera de 2016. Las obras de este parque de cuatro hectáreas, ubicado junto a la Torre Pelli, supondrán el adecentamiento de una zona actualmente ocupada por un aparcamiento. Además, se arreglarán los jardines que mantienen diferentes estructuras heredadas de la Exposición Universal de 1992 y que están abandonadas.

La calle Betis comenzará el otoño con una nueva cara. A las iniciativas para rentabilizar el turismo y aprovechar las inversiones anteriores se une el refuerzo de la seguridad. A partir del próximo mes, el Puente de Triana se contemplará también a través de los barrotes con los que contará la zapata. Con la baranda que se está instalando en la parte superior de la bancada se pretende evitar un accidente como el ocurrido el noviembre pasado. La caída desde el poyete que le costó la vida a la joven polaca que participaba en el programa Erasmus cuando hacía un selfie planteó la necesidad de reforzar las medidas de protección en la zona. A las actuaciones, que comenzaron ayer y finalizarán en cinco semanas, se han destinado alrededor de 32.000 euros.

La altura de la baranda será de 65 centímetros en casi toda la vía, a excepción de un tramo central, donde el banco de piedra es más alto con respecto al pavimento y en él la baranda medirá 25 centímetros. De esta forma se equiparará con el resto y se logrará la uniformidad en todo el recorrido de la calle Betis.

La instalación de la barandilla, que se extenderá por una longitud de 370 metros, cuenta con el aprobado de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico. Su visto bueno era necesario dado la proximidad de la calle Betis con el Puente de Triana, considerado Bien de Interés Cultual (BIC). La estructura metálica sobre la zapata y sus aros guardan similitud con el puente y evitan el impacto visual. De esta forma se ha salvado cualquier impedimento por parte de la citada comisión, unos reparos que en el anterior mandato llevaron a Zoido a descartar colocar una valla y optar, como alternativa, por una nueva señalización de peligro. No obstante, el delegado admitió que Patrimonio ha sugerido que, a largo plazo, se apliquen otras alternativas para reducir el impacto.

En pocos meses una de las orillas del río lucirá una nueva imagen. La margen izquierda también está en proceso de transformación con las obras del paseo Marqués de Contadero, donde habrá un nuevo centro de atención de visitantes.

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