Urinarios públicos, asignatura pendiente

Los aseos permanecen sin uso desde hace tres años y medio, cuando terminó el contrato con Cemusa El Ayuntamiento no tiene previsto, por ahora, recuperarlos

Retrete de La Barqueta, junto al parque de los Perdigones. / Alejandro Sarria
Retrete de La Barqueta, junto al parque de los Perdigones. / Alejandro Sarria
Alberto Fraile

10 de octubre 2015 - 05:03

La escasez de sombra y de fuentes no son las únicas carencias de la capital en materia de mobiliario urbano. La inexistencia de aseos públicos es una de las reclamaciones históricas de turistas y ciudadanos que, sin embargo, sigue estando pendiente. En la ciudad hay nueve urinarios públicos, pero están inutilizados y abandonados. El contrato con la empresa concesionaria terminó en 2012 y, desde entonces, el Consistorio no ha dado pasos para recuperarlos. Al contrario. La dejadez de estas instalaciones es cada vez mayor y daña especialmente la imagen que se ofrece al transeúnte.

Las cabinas destinadas a servir de aseos públicos se ubican principalmente en los alrededores del Casco Antiguo y fueron instaladas en 2003. Cuentan con aspecto similar a las casetillas de Tussam y a los quioscos de prensa, lo que los hace pasar desapercibidos a priori. Todos están desmantelados y no tienen la cubierta en la que se insertaba el dinero. En estos huecos sobresalen, en su lugar, cables y restos de comida y latas.

El Parque de María Luisa cuenta con tres, dos frente a la Plaza de España y el tercero detrás del Pabellón Real. Otros dos permanecen plagados de pintadas y carteles en el Paseo de Catalina de Ribera, junto a los Jardines de Murillo. Los otros retretes se encuentran en la Avenida de Roma cerca del Hotel Alfonso XIII, en el Paseo de Colón, en la Plaza Nueva y en la Barqueta. Este último es uno de los que presentan peor estado. A estos nueve hay que sumar un décimo reconvertido para uso exclusivo de los trabajadores de Tussam en el Duque.

El contrato con la empresa concesionaria, la filial de FCC, Corporación Europea de Mobiliario Urbano S. A. (Cemusa), finalizó en abril de 2012. Tres años y medio después, los urinarios siguen sin uso. Desde la entidad aseguran que el Ayuntamiento ha hecho el amago por quedarse con algunas de las instalaciones "pero no ha movido ficha". "No hacemos mantenimiento porque el contrato terminó y tampoco nos han dicho que los retiremos", explican desde la empresa en relación al estado de abandono de los aseos, que no recuerdan el último encuentro con el Consistorio. "No nos aclaran, ni en un sentido ni en otro", indican. Según Cemusa, el acuerdo de los baños estaba asociado a unos paneles publicitarios, soportes que se retiraron cuando el contrato expiró, mientras que en el caso de los aseos, el Ayuntamiento no quiso retirarlos.

Fuentes municipales aseguran que la responsable de los urinarios es la Gerencia de Urbanismo y que, de momento, no está prevista ninguna acción para recuperarlos. El anterior delegado de esta área, Maximiliano Vílchez, admitió en junio del pasado año que los retretes serían sustituidos por un nuevo modelo "con menos impacto visual". La pelota está ahora en el nueva Corporación socialista. Los últimos movimientos, indica Cemusa, apuntan a la adquisición de los retretes de la Plaza de España. Precisamente es aquí, en uno de los monumentos más visitados, donde se ubica el único baño de todo el pulmón verde. Los que habían cerca de la glorieta de Bécquer o del estanque de los Lotos están cerrados. Éste se puede utilizar por 60 céntimos y está abierto de 10:00 a 19:00, lo que para operarios, quiosqueros y turistas parece poco tiempo. "A las siete de la tarde se queda el parque sin servicios. Sólo te queda ir al bar o a los matojos", afirma un asiduo del recinto.

El artículo 11.4 de la Ordenanza de Limpieza Pública y Gestión de Residuos Urbanos detalla que "se prohíbe escupir en la calle y satisfacer las necesidades fisiológicas en la vía pública", y lo recoge como infracción leve. Sin embargo, espacios verdes y callejones del casco histórico continúan siendo refugio para quienes prefieren no asaltar con descaro bares u hoteles. Mientras tanto, queda en el olvido todo este mobiliario.

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