"Aquello fue una romería"

¿Qué falló en la investigación del crimen de Los Galindos, ese homicidio múltiple en el que perdieron la vida cinco personas en un cortijo de Paradas y que lleva sin esclarecer más de cuarenta años? Sencillamente, el problema fue que no hubo investigación. Así lo pusieron ayer de manifiesto distintos expertos en la materia, en unas jornadas que tuvieron lugar en la Real Academia de Medicina de Sevilla, donde se proyectó la película Los invitados, inspirada libremente en el crimen. Al término de la proyección, forenses como Joaquín Lucena y Alfonso Galnares, el ex fiscal jefe de la Audiencia de Sevilla Alfredo Flores y el director del filme, Víctor Barrera, destacaron los errores que propiciaron que los criminales sigan todavía libres, más de dos décadas después de que el caso haya prescrito.

Todos los ponentes coincidieron en que las circunstancias de la época provocaron que la investigación fuera nula. Era 22 de julio, el juez de Marchena estaba de vacaciones, el de Carmona también y al final tuvo que ir el de Écija. Nadie aseguró la escena del crimen. "Al final tuvieron que ser un cabo de la Guardia Civil y un número de este cuerpo los que dirigieran la investigación y, con todos mis respetos a la Guardia Civil, zapatero a tus zapatos. Hacían falta un jurista y un forense que no estuvieron allí. Aquello fue una romería porque todo el pueblo se acercó al cortijo", aseguró el fiscal Flores.

"A medida que avanzamos fuimos descartando varias hipótesis, como la de la plantación de grifa -la que aparece en la película-, que fuera un crimen pasional o que hubiera estraperlo de trigo por parte del capataz. Tampoco se hicieron análisis de balística ni hubo una inspección ocular seria. Fíjense si no la hubo que el primer día se buscaba al capataz, Zapata, como asesino, y estaba muerto en la puerta del cortijo y nadie lo vio", añadió Flores.

El ex fiscal jefe negó que hubiera presiones políticas o militares para que el caso quedara sin esclarecer. "Sí hubo presiones del marqués de Grañina -dueño del cortijo, que durmió la noche del crimen allí- para que no saliera su nombre. Nada más", dijo Flores, que quiso limpiar el honor de las víctimas. En la película, la mujer del tractorista, interpretada por la ex miss Universo Amparo Muñoz, mantiene una aventura con el capataz de la finca. "Nadie puede decir nada acerca de que la mujer del tractorista tuviera una relación con una tercera persona".

Las autopsias de las víctimas no las hizo un forense, sino el médico de Paradas. La primera investigación forense del caso no se hizo hasta siete años después, por obra del profesor Luis Frontela. Fue quien determinó la secuencia de las muertes y la forma en la que habían sido asesinadas las cinco víctimas. Aquello exculpó por fin al capataz, del que en un primer momento se creía que era el asesino. "A mí me quedan muchas dudas, pero que el marqués fuera a una boda con un 4L teniendo un Mercedes no es ninguna prueba, sino una charla de cafetería. En el pueblo hubo una especie de pacto de silencio, sobre todo cuando tocabas el tema pasional", recuerda el fiscal, quien asegura que al único testigo vivo fueron incapaces de sacarle nada en distintos interrogatorios.

"Hoy lo habríamos resuelto. Es un caso complejo y nos habría dolido la cabeza, pero en una semana sabríamos quiénes son los culpables", expuso el forense Joaquín Lucena. "No fue un crimen perfecto, sino que descubrir algo en aquellas circunstancias era sencillamente imposible. No había ni siquiera una data de la muerte. La inspección ocular y el levantamiento de los cadáveres son fundamentales para la investigación y allí toda esa información se perdió". Para el doctor Alfonso Galnares, la medicina forense en la España de los 70 implicaba a veces practicar autopsias sin agua, "en calzoncillos porque hacía mucho calor" o "teniendo que ir a comprar un cuchillo en la tienda más cercana".