En un lugar de Amor de Dios

calle rioja

Celebración. El instituto San Isidoro organiza una exposición con ejemplares del Quijote en distintos idiomas y formatos para conmemorar el cuarto centenario de la segunda parte.

En un lugar de Amor de Dios
En un lugar de Amor de Dios
Francisco Correal

27 de noviembre 2015 - 01:00

HONGNING He y Ya Rong Mao, alumnos del instituto San Isidoro, renunciaron a varios recreos y se pusieron a traducir al castellano la ficha técnica de un Quijote editado en chino por el Instituto Cervantes de Pekín en colaboración con la Universidad de Wuhan, Hubei. Una joya. Una de las muchas que se pueden ver en la entrada del instituto más antiguo de Andalucía, que se suma a la conmemoración del cuarto centenario de la segunda parte del Quijote.

"En la Biblioteca del instituto tenemos más de cincuenta ejemplares del Quijote en diferentes idiomas". Lo dice Mari Luz Casares, alma de la exposición, ex directora del centro y paradójicamente profesora de Matemáticas. Como quien no quiere la cosa, después de viajar con el periodista por las entrañas de Agramante, se va a dar una clase de Trigonometría y otra de Gráficos de Funciones.

Quijotes en chino, en ruso, en árabe, en italiano, en francés, de Ediciones Gallimard. Para sonrojo de los seguidores de Shakespeare, que celebrará el mismo 2016 el cuarto centenario de su muerte, Cervantes encontró dos insólitos aliados: la versión inglesa, con traducción de Edith Grossman, tiene una introducción de Harold Bloom; un turista británico que paseaba por la calle Amor de Dios entró al instituto, vio este prodigio de libros, dibujos y facsímiles y sugirió que colocaran en la puerta las palabras Free Entrance. Pocos reclamos turísticos más eficaces que la fuerza volcánica del caballero andante y su escudero.

Hace diez años, el instituto celebró el cuarto centenario de la primera parte del Quijote. El peso de aquella exposición lo llevó Pilar García del Bello, profesora de Literatura que ya está jubilada. El instituto da al cine Cervantes, donde ponen Ocho apellidos catalanes, y tiene salida trasera a la calle Cervantes. Todo es cervantino en sus aulas. La más universal de nuestras novelas se enseña en primero de Bachillerato, alumnos que hoy asistirán a una conferencia del profesor Héctor Brioso, de la Universidad de Alcalá de Henares, la patria chica de Cervantes, un experto en este autor y en el Siglo de Oro sevillano. Oro puro de muchos quilates.

Llaman la atención una serie de ejemplares de distinta fecha y condición que tienen en común haber sido donados por Manuel Chaves González. "Vino a la exposición de abril de 2005, la del cuarto centenario de la primera parte", explica la profesora Casares. "Fue muy emotivo, porque alumnos inmigrantes del instituto leyeron la primera página en cada uno de sus idiomas. Chaves se quedó sorprendido y nos preguntó que cómo habíamos adquirido esos fondos. Le dijimos que no teníamos ni para tiza".

Como los pabellones autonómicos de la Expo, cada comunidad editó su propio Quijote. "Se los intercambiaron como regalos institucionales y algunos de ellos son los que ha donado Chaves". Hay alguna excentricidad como los Capítulos Barceloneses del Quijote, con dibujos de Alfredo, una reducción al absurdo como si Cervantes fuera el noveno de los ocho apellidos de la película.

Están en clase los alumnos, salvo los que juegan al baloncesto en el patio. El balón rueda por las escaleras y lo para con el pie Pedro Juan Barrera, profesor de Religión del instituto. Con la Iglesia hemos topado. Los alumnos cambian el básket por el salto de molino con adarga en astillero.

La exposición ha estado abierta al público todo el mes de noviembre. Debía clausurarse hoy, pero hay prórroga. He aquí algunos de los alicientes para quien se anime a acercarse a este instituto en el que estudiaron Bécquer, los hermanos Álvarez Quintero, Manuel Machado o Severo Ochoa.

Hay una edición de refranes del Quijote, la especialidad de Sancho, libro editado en Melilla en tamazight, el idioma de los bereberes del desierto. Con primicias como: "La sangre se hereda y la virtud se adquiere". El instituto se ha implicado. Hay un ejemplar donado por el catedrático Luis Herrera; una antigua alumna, la rumana Gabriela Topada, le regaló al instituto una edición corregida por el profesor Emil Paraschiviou, de Bucarest.

En 2016 "si conseguimos vitrinas", matiza la coordinadora, pretenden incorporar al fondo de QuijotesLa Galatea y las Novelas Ejemplares. Para la muestra actual, las vitrinas se las dejó la Fundación de Comisiones Obreras. A diferencia del libro original, aquí sería Sancho el que enloquecería ante tal multiplicación de ingeniosos hidalgos. Hay un Don Quichotte (francés), un Don Quixote (inglés), un Don Chisciotte (italiano). En esa torre de Babel, el fiel escudero prefiere seguir dormido en uno de los 109 grabados de Gustavo Doré: "... y llamó a su escudero Sancho que aun todavía roncaba".

Destaca un Quijote escrito por alumnos de primaria del colegio Miguel de Cervantes de Marbella; tapices quijotescos de una edición hecha por Castilla-La Mancha con un museo de Dallas; el ejemplar que Manuel Rivadeneyra editó en la imprenta que instaló en la cueva de Medrano, Argamasilla de Alba, corregido por el académico Hartzenbusch. Facsímiles de Joaquín Ibarra, cervantino señero. Ruso, chino, árabe... Y extremeño. Una florida edición que incluye un Libro de Uso del Quijote con un Diccionario Temático de Cervantes.

stats