La Audiencia elige al jurado para enjuiciar al asesino del vicario de San Isidoro

José Eugenio Alcarazo, que declara el lunes, se enfrenta a una pena de 20 años de cárcel

El acusado, José Eugenio Alcarazo, custodiado por la Policía.
El acusado, José Eugenio Alcarazo, custodiado por la Policía.
Jorge Muñoz

30 de septiembre 2016 - 05:03

La Audiencia de Sevilla elige este viernes a los nueve miembros del jurado popular que, a partir del próximo lunes, enjuiciarán a José Eugenio Alcarazo Fernández por el asesinato del vicario de San Isidoro Carlos Martínez Pérez, de 75 años y que fue apuñalado en la tarde del 16 de julio de 2015.

El magistrado José Manuel de Paúl Velasco, presidente de la Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla, será el encargado de presidir este jurado. El sacerdote fue hallado muerto en el portal de su domicilio, en la calle Francisco Carrión Mejías, sobre las 20:07 del 16 de julio del año pasado. El presbítero murió prácticamente en el acto, desangrado en el rellano de su bloque, tras recibir nueve cuchilladas, una de las cuales le alcanzó en el pecho y le afectó a órganos vitales. Acababa de decir una misa en el monasterio de San Leandro, donde era capellán, y se dirigía a su casa, a un paso de este templo.

La Fiscalía de Sevilla reclama una condena de 20 años de cárcel para José Eugenio Alcarazo, al que atribuye un delito de asesinato en el que, no obstante, le aprecia una circunstancia atenuante de enajenación mental, debido al "trastorno de adaptación" que padece, pero que no afecta a su capacidad de conocer. La Fiscalía pide que indemnice con 50.000 euros a un hermano de la víctima y con 20.000 euros a cada uno de sus sobrinos.

El Ministerio Público asegura en su escrito de acusación que el procesado tenía "odio y animadversión" hacia el vicario por el apoyo que éste daba a la esposa de José Eugenio -que era sobrina del presbítero- y a sus tres hijos de una relación anterior, lo que provocó que la relación se deteriorara.

El acusado "ideó un plan para presionar" a la mujer para que volviera con él, para lo cual ingirió el 7 de julio numerosas pastillas, llegando a "grabar" esa ingesta y enviársela por whatsapp a su esposa, lo que motivó su hospitalización.

El 16 de julio, cuando iba a ser trasladado a la unidad de Psiquiatría del hospital Virgen del Rocío, se escapó, cogió su vehículo y fue a abordar a su esposa tratando de convencerla para que volviera con él. Ante su negativa, "comenzó a idear un plan para acabar con la vida" del vicario, a quien "consideraba la causa principal de sus problemas y de la ruptura con su esposa", por lo que compró dos cuchillos en un bazar chino de la calle San Jacinto y a continuación perpetró el crimen.

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