La diócesis recibe un 37% más por IRPF con la nueva financiación

El Arzobispado de Sevilla sale bien parado del primer año de la puesta en marcha del último acuerdo económico Iglesia-Estado, aunque todavía resta por librar los pagos ahora obligatorios del IVA

La diócesis recibe un 37% más por IRPF con la nueva financiación
La diócesis recibe un 37% más por IRPF con la nueva financiación
Carlos Navarro Antolín

26 de julio 2009 - 05:03

La Diócesis de Sevilla ha salido ganando, en principio, con el nuevo esquema de financiación surgido del último acuerdo económico entre la Iglesia y el Estado, firmado en el segundo semestre de 2006. En virtud de este convenio, negociado en su día entre la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el cardenal Cañizares, quedó suprimida la dotación directa estatal a la Iglesia a cambio de aumentar el coeficiente de la asignación tributaria del IRPF de un 0,52% a un 0,7%. El Arzobispado de Sevilla trabaja este año con una previsión oficial de ingresos en concepto de asignación tributaria de 4,6 millones de euros, casi un 37% más que el año anterior, y un 43,11% más que hace dos años.

El sostenimiento económico de la Iglesia ha pasado a depender desde entonces más que nunca de los fieles que marcan la casilla a su favor en la declaración de la renta. El equipo económico del Arzobispado ya dispone de los datos correspondientes a 2007, primer año en que rigió dicho convenio. La Conferencia Episcopal reparte los fondos entre las diócesis españolas. La cantidad que recibe cada una de ellas no está determinada por el número de sus respectivos fieles que hayan marcado la casilla de la Iglesia en su declaración. Es decir, no por más sevillanos que marquen esa opción recibirá más dinero la Iglesia de Sevilla. Los fondos van a una caja común que la Conferencia Episciopal reparte en función de determinados criterios, como la población, el número de sacerdotes, el número de parroquias canónicamente erigidas e incluso el número de kilómetros cuadrados de la diócesis. De hecho, el Arzobispado ha de remitir cada año el listado actualizado de sacerdotes en ejercicio en la diócesis, pues la mayor parte del dinero que se recibe por asignación tributaria se destina al pago de los salarios de clérigos y de trabajadores del Arzobispado, fundaciones y otras entidades eclesiásticas. En segundo lugar, los ingresos por IRPF se dedican a los denominados "gastos propios de la Iglesia", donde figura el mantenimiento de los centros de formación, como son los distintos seminarios, y los gastos derivados de las muy diversas actividades pastorales.

La diócesis de Sevilla recibió en 2008 un 4,59% más de dinero, una de las mayores subidas desde 1999. Pero la previsión para 2009 comunicada por la Conferencia Episcopal incluye un aumento del 36,82%, todo un récord para las arcas de la Iglesia hispalense. La clave radica ahora en el IVA, pues también en virtud de ese último acuerdo de financiación, la Iglesia Católica está obligada a pagar este tributo en sus compras de bienes muebles e inmuebles, así como en las obras de construcción de nuevos templos o restauraciones. Los tiempos de la exención se acabaron definitivamente. Por este motivo, la fuerte subida en el concepto de asignación tributaria se verá necesariamente recortada cuando haya que hacer frente a este impuesto en función de la información que hagan llegar las parroquias. Un recorte del que se desconoce aún su alcance, pero que será considerable.

El equipo económico de la diócesis desconoce el número exacto de sevillanos que han marcado la cruz en la casilla de la Iglesia Católica. La Conferencia Episcopal sólo ha comunicado que ha aumentado respecto a la declaración de 2008, sin más precisiones. La asamblea de obispos españoles tiene por costumbre publicar datos generales de toda España, nunca por diócesis. En cualquier caso, parece que las campañas en favor de aportar el 0,7 de la renta a la Iglesia Católica en España han surtido efecto.

La segunda gran fuente de ingresos de la diócesis son las rentas que recibe por el arrendamiento de sus bienes inmuebles, un total de 500.000 euros. En este apartado destacan los alquileres del Palacio de Umbrete (en manos de una empresa de enseñanza secundaria), el Seminario de Pilas (arrendado a una empresa hostelera) o el Hotel Los Seises. En tercer lugar, los ingresos más importantes proceden de las aportaciones que realizan las parroquias, que en 2008 alcanzaron los 430.000 euros.

Otras grandes fuentes de ingresos de la Iglesia hispalense son las aportaciones de los fieles por medio de la suscripción, una vía que se ha potenciado especialmente desde la entrada en vigor del nuevo esquema de financiación general en previsión de posibles descensos. El Arzobispado recibió en 2008 un total de 195.000 euros mediante el sistema de cuotas por suscripción, y 317.000 euros procedentes de aportaciones directas, no regladas por suscripción, al Fondo Común Diocesano. El económo, Rafael Cano, admite que las suscripciones han aumentado, pero se aleja en todo momento de un mensaje conformista: "Cada vez hay más personas que se suscriben para ayudar a la Iglesia, pero las aportaciones siguen siendo escasas".

La Catedral supone otra vía de obtención de ingresos para las arcas del Arzobispado. El principal monumento de la ciudad se autofinancia gracias al turismo, aunque en los últimos tiempos está acusando con fuerza la caída de visitantes como consecuencia de la crisis económica, una tendencia a la baja que ya comenzó a notarse a lo largo de 2008. En el primer cuatrimestre del año ha perdido 55.000 visitas y 3000 euros. Una parte de lo que se recauda en la taquilla turística del templo metropolitano se destina a ayudar al Arzobispado en los gastos de construcción de nuevos templos y otras necesidades pastorales de la diócesis. En el último ejercicio, la Catedral transfirió a la economía de la diócesis una partida de 175.000 euros.

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