Luis Rey: adiós a un pedagogo ejemplar

1. Una foto que define a la perfección la vida de Luis Rey Romero: con su bata blanca en el laboratorio. El fallecido fue uno de los mejores profesores de Química de la Sevilla de los años 60 y 70 2. Con su familia, también implicada en el proyecto del colegio San Francisco de Paula: su mujer, Maribel Goñi, actual directora de la Escuela Infantil, y su hijo, Luis Rey Goñi, quien ha cogido el testigo al frente del centro. 3. Luis Rey Romero, el día en el que Sevilla le dedicó una calle, junto al alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y el entonces portavoz popular, Jaime Raynaud.
1. Una foto que define a la perfección la vida de Luis Rey Romero: con su bata blanca en el laboratorio. El fallecido fue uno de los mejores profesores de Química de la Sevilla de los años 60 y 70 2. Con su familia, también implicada en el proyecto del colegio San Francisco de Paula: su mujer, Maribel Goñi, actual directora de la Escuela Infantil, y su hijo, Luis Rey Goñi, quien ha cogido el testigo al frente del centro. 3. Luis Rey Romero, el día en el que Sevilla le dedicó una calle, junto al alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y el entonces portavoz popular, Jaime Raynaud.
L. S. M.

15 de septiembre 2009 - 05:03

No deja de ser una triste ironía el que, en unos momentos en los que en España se mantiene el enésimo debate sobre la necesidad de mejorar la educación de los jóvenes tanto humana como académicamente, haya fallecido una de las referencias de la pedagogía en Sevilla: Luis Rey Romero, director durante 20 años del colegio San Francisco de Paula.

Después de una larga enfermedad degenerativa, Luis Rey Romero murió ayer en Sevilla a los 74 años de edad, dejando viuda a Maribel Goñi, que actualmente dirige la Escuela Infantil, y huérfano a Luis Rey Goñi, quien continúa la labor de su padre al frente del colegio San Francisco de Paula. El funeral se celebrará hoy, a las 11:30, en la parroquia de San Pedro.

Nacido el 5 de enero de 1935, Luis Rey Romero no surgió por generación espontánea. Puede decirse que fue un eslabón más de una larga saga familiar de pedagogos sevillanos que desde 1886 dirige un colegio que puede considerarse, hoy por hoy, como uno de los mejores del panorama educativo hispalense. Aunque de formación científica -se licenció en Químicas con Premio Extraordinario y fue Doctor Cum Laude-, los que le conocieron destacan su visión integral de la educación de los jóvenes, en la que se conjugaba la excelencia académica con los valores humanos.

Luis Rey Romero llegó al San Francisco de Paula como profesor en 1957, siendo jefe de Estudios entre 1973 y 1977, año en el que se haría cargo de la dirección del colegio hasta 1997. Pese a las turbulencias socio-políticas de la Transición, Luis Rey Romero supo conservar las señas de identidad del colegio: trabajo y estudio como base de la formación académica y respeto a las ideas políticas de los demás como principio vital. El San Francisco de Paula siempre ha reivindicado su condición liberal e ilustrada.

Entre los logros del fallecido están, según manifestó ayer el propio colegio en una nota de prensa, "la restauración del carácter mixto del centro, que ya existía durante la Segunda República y fue eliminado durante el franquismo". Asimismo, fue decisión suya eliminar el internado y el no acogerse al proceso de concertación ofrecido por la Administración para así, según el propio colegio, "preservar la independencia y hacer posible la convergencia hacia los parámetros de calidad europeos".

"Fue un enamorado de la ciencia y de la docencia". Así lo definía ayer un compañero de sus años de estudiante en el mismo San Francisco de Paula, José Luis Manzanares , director general de Ayesa. "Cogió el testigo del centro en los momentos difíciles de la Transición para continuar con su espíritu liberal y de rigor académico. Gracias a sus predecesores y a él, el San Francisco de Paula es hoy el mejor colegio de España, un lugar donde se enseña a trabajar con rigor y sin complejos. Si todos los centros privados y públicos de la ciudad copiasen su ejemplo, este país sería mucho mejor."

Por su parte, el actual presidente del Colegio de Farmaceúticos de Sevilla, Manuel Pérez, no dudó en calificar a Luis Rey Romero como "figura irrepetible en el campo de la docencia química. Dejó una profunda huella en muchos estudiantes". Pero, para Manuel Pérez, las virtudes del fallecido no se limitaban a lo académico. "Yo estaba interno en una época en la que Luis Rey vivió también en el colegio con su mujer y su hijo recién nacido. Era una persona muy cercana a nosotros y demostraba su talante liberal propiciando la lectura de periódicos como Pueblo o Informaciones. Era el curso 73-74, todavía con Franco vivo"

El ex alcalde de Sevilla y ex alumno del centro, el socialista Manuel del Valle, destacó que gracias a la labor docente de la familia Rey el colegio ha podido dar figuras como un embajador ante la ONU, Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, o un director del Museo del Prado, José María Luzón. "Luis Rey perteneció a ese tipo de profesores que inculcan la responsabilidad, el esfuerzo y la disciplina, tres virtudes básicas en la educación de un joven y que ahora también son reivindicadas por el presidente de la Junta, José Antonio Griñán ".

El fundador y actual presidente de Proyecto Hombre, Francisco Herrera, destacó especialmente la importancia que tuvieron las enseñanzas de Luis Rey a la hora de lanzarse a montar en Sevilla este programa cuyo principal objetivo es la reinserción en la sociedad de toxicómanos severos. "Más allá de la labor docente, de la Química, del rigor y disciplina, él me enseñó el valor del compromiso, algo que nunca he olvidado".

Esta vez la ciudad supo corresponder y Luis Rey Romero no engrosa la larga lista de sevillanos brillantes cuya labor apenas ha sido reconocida por sus conciudadanos. De hecho, el 12 de junio de 2006, el Ayuntamiento decidió dedicar una calle a este maestro. "Un acto de justicia para uno de nuestros mejores ciudadanos, que ha contribuido con su labor docente a formar a muchas generaciones de sevillanos, transmitiéndoles el gusto por el conocimiento y la necesidad de ser personas libres, justas y responsables", según dijo en su discurso de inauguración el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín.

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