Un grupo de diez ciudadanos agrupados en la ONG Tú sí puedes ha impulsado, sin ayuda oficial, un comedor social en Sevilla en el que darán gratis cien comidas diarias para paliar la demanda que prestan los servicios tradicionales que atienden a personas sin recursos, que están "desbordados". La presidenta de la asociación, la abogada Cristina García Ganz, ha reunido a diez personas que no se conocían entre sí y que querían "ayudar" de forma "urgente" ante la crisis económica, y de todos los proyectos que barajaron consideraron que el comedor social sería el más adecuado porque podrían ayudar de forma directa, ya que los tradicionales han duplicado la demanda.

Así, Cáritas de Andalucía ha cifrado en más de un 60% el aumento de solicitudes de ciudadanos que durante este año han hecho peticiones para cubrir necesidades básicas como la alimentación, la vivienda o el empleo.

La presidenta de la ONG y sus colaboradores buscan a 800 socios que paguen 15 euros al mes, "50 céntimos al día", dinero con el que podrían sufragar el coste del comedor social. Hasta ahora han logrado 300 socios, algunos con cuotas superiores a los 15 euros mensuales, y confían en reunir al resto de miembros en los próximos meses para abrir el comedor en el primer trimestre de 2010.

Los miembros de la ONG se muestran seguros de poder lograr ese objetivo porque están viendo que "la gente es generosa" y se hacen aportaciones aunque tengan dificultades financieras, según corroboraron otros dos miembros fundadores de la asociación, la abogada Lourdes Vidal y el periodista Pedro Ybarra. El comedor se abrirá en un local del centro de Sevilla que aún no pueden revelar y en él trabajarán siete profesionales (dos limpiadoras, dos trabajadores sociales, dos ayudantes de cocina y un portero), así como una veintena de voluntarios.

Las previsiones son abrir el comedor cuatro horas al día durante los siete días de la semana, y también quieren crear un servicio de recogida de ropa y otro de peluquería, un aspecto que persigue que las personas sin recursos "no pierdan su dignidad" por su aspecto físico, según García Ganz.