Llama la atención que en una localidad de algo más de 11.000 habitantes, como es La Puebla de Cazalla, tenga cobijo un museo de arte contemporáneo que sólo en 2013, y teniendo en cuenta lo reducido de su horario de apertura, recibió un total de 3.133 visitantes. Un municipio que se abre a la cultura en otros cuatro museos pero que en éste pone en alza la memoria de uno de sus vecinos, uno de los máximos exponentes de la crítica moderna en España, José María Moreno Galván. Así, bajo el nombre de Museo de Arte Contemporáneo José María Moreno Galván, hoy este espacio cuenta con una significativa colección de obras, fundamentalmente pictóricas, que forman parte de la colección permanente. Una muestra que comparte edificio con otras exposiciones de carácter temporal que hacen del lugar un ejemplo de arte vivo.

El edificio que hoy alberga el museo es un pósito del siglo XVI que la Casa de Osuna poseía en La Puebla de Cazalla. La antigua Casa Panera o Casona Pósito, tras perder su primitiva función, pasó por diferentes usos, como prisión o almacén, hasta que en los años 30 se convirtió en Escuela Nacional, donde pasaron, entre otros, José María Moreno Galván o su hermano Francisco Moreno Galván. Tras permanecer en desuso un largo periodo de tiempo, el Ayuntamiento de la localidad decidió reformar el edificio en manos del propio Francisco Moreno Galván y ampliarlo para albergar la Casa de la Cultura primero (1987) y el Museo de Arte Contemporáneo después.

Convenientemente rehabilitado y acondicionado, dicho espacio fue inaugurado en 1995, lo que lo convierte en el primer museo de arte contemporáneo de la provincia de Sevilla. Desde entonces, su progresión en el tiempo ha sido desigual, realizando en algunos momentos importantes exposiciones, que convivían con la exhibición de la colección permanente, y languideciendo en otras etapas.

Su proceso de recuperación se inició en 2009, trabajándose de forma minuciosa en la restauración y catalogación de una de las colecciones de arte contemporáneo más completas de Andalucía y que, pese a su calidad, había caído en un abandono casi total. Desde 2009, aunque el uso de este museo para exposiciones temporales no ha cesado, se ha trabajado en la recuperación de una colección que alberga importantes obras de las vanguardias artísticas de Latinoamérica y España, con creadores como Robert Matta, Josep Guinovart, José Guerrero, Rogelio López Cuenca, Cristino de Vera, Diego Santos, Curro González, Félix de Cárdenas o Rolando Campos, entre otros. Esta significativa nómina de artistas llena la primera planta del museo, cuya colección permanente se completa con dos salas más, ubicadas en las torres del edificio y dedicadas a los pintores locales Francisco Moreno Galván, con una interesante muestra de pintura y cartelería flamenca, y Diego Ruiz Cortés, del cual se incorporaban el 28 de febrero de 2013, tras su reapertura, diez nuevas obras a la colección, algunas inéditas. La planta baja del museo, en cambio, está dedicada a exposiciones temporales, algunas itinerantes y otras de producción propia.

Dentro de las exposiciones temporales, en estos momentos, se exhibe la muestra de escultura Espacios en la Esfera. Hasta el próximo 16 de noviembre, se mantendrá este proyecto de Carmen Martínez Samper, quien presenta un ejemplo de su producción artística con un total de 19 piezas, donde la escultura es la protagonista en la sala. También se puede localizar una instalación y varias obras fotográficas. Todo ello bajo el concepto de dar forma a lo cotidiano, ligado al mundo femenino y a la casa como "acogedora" prisión.

En este museo no acaba la programación aquí y abre su abanico de acción organizando recorridos guiados de centros escolares, asociaciones y otros colectivos; fomentando un gabinete pedagógico que amplía la oferta formativa dentro del arte contemporáneo e incorporando a circuitos turísticos este emblemático lugar cada vez más reconocido como rincón cultural de imprescindible visita para conocer la Campiña y su cultura.