La Liga que gusta a Tebas

La pelota de papel

Días después de ser vapuleados en Alemania, Barcelona y Real Madrid solventan sus 'difíciles' visitas al Calderón y San Mamés.Los blancos ni necesitaron a su estrella en el derbi madrileño.

Eduardo Florido

30 de abril 2013 - 05:02

El statu quo se acaba de oficializar en la Liga con el desembarco en su presidencia de Javier Tebas, factótum del duopolio que entronizan a Barcelona y Real Madrid. El ascenso a la presidencia de la LFP del polémico asesor jurista, sin recurso alguno en contra de su única candidatura, sanciona oficialmente el poder en el fútbol español. Ya manda con título el que lo hacía en el mandato de José Luis Astiazarán, con el beneplácito de los grandes y la inútil oposición de la clase media. Y su llegada al poder oficial coincide con una jornada ilustrativa de nuestro fútbol. Días después de ser vapuleados ante toda Europa Real Madrid y Barcelona pasearon sin mayor incomodidad su garbosa figura por dos estadios en teoría difíciles e inconfortables, el Vicente Calderón y San Mamés.

Los azulgrana casi cantan el alirón con cinco jornadas de antelación sin que Messi siquiera tuviera que ser titular ante el aguerrido Athletic Club de Bilbao. Un gol de Ander Herrera en el minuto 88 impidió que virtualmente el Barcelona ya fuera campeón con 15 puntos por disputarse. Bueno, en realidad, el barcelonismo habría tenido que esperar a la conclusión del derbi madrileño para cantar el alirón. Pero el Atlético fue, un año más y pese a que Mourinho dispuso un equipo suplente, incapaz de toserle a la insultante hegemonía blanca: 14 largos años.

El mejor y más bravo Atlético que se recuerda, el mismo equipo que ha modelado según su molde Simeone, que cuenta con el reconocido mejor delantero centro del mundo fue incapaz de vencer a su eterno rival pese al temprano gol de Falcao. La aparición puntual de una estrella secundaria como Di María bastó para echar por tierra las ilusiones rojiblancas. Cristiano Ronaldo ni viajó y sólo Diego López, Pepe y Khedira repetían respecto del once que fue zarandeado por un grupo de jovencitos en el Westfalenestadion.

El Barcelona, en cambio, sí necesitó de Messi. Tito Vilanova, menos encorajinado que Mourinho con la posibilidad de remontada en la Champions, apenas dejó en el banquillo a cuatro de los titulares que fueron goleados en Múnich: Bartra, Busquets, Iniesta y Messi. Y el Athletic no tembló hasta que compareció el astro argentino. Igualó el partido con una jugada individual marca de la casa, algo que apenas pudo intentar en Múnich por su mal estado físico actual, y también participó en el 1-2 de Alexis. Luego, con el cava ya puesto en frío, Ander Herrera y la incapacidad atlética en el derbi madrileño aplazaron el alirón.

En el fondo, Real Madrid y Barcelona pagaron en Alemania la facilidad con que se pasean por los campos españoles, aunque su poderío es tal que en ambas capitales suenan tambores de remontada. "En España no podemos obviar las locomotoras que tenemos", dice Tebas para justificar el desigual reparto de los derechos televisivos. Pero esas locomotoras sufren averías cuando les cambian las medidas de los raíles y no permiten que otros trenecitos lleguen a buen puerto. En otra frase que suena a vana retórica, el nuevo presidente de la LFP incluye a Atlético y Valencia. "Lo he dicho y lo repito: un Real Madrid y un Barcelona fuertes, igual que el Atlético o el Valencia, nos beneficia a todos. Si son débiles a nivel internacional, también nos debilita al resto". De momento, la realidad dista de este deseo y Atlético y Valencia se endeudan para mantener su prurito de pertenecer a una aristocracia ajada que no puede competir con la clase media europea. Y mientras se ratifica el actual sistema, continúa la fuga de cerebros de la Liga.

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