Otra bandera en las ruinas romanas

Atletismo

Ayelew, etíope de nacimiento aunque corre por Bahréin, se impuso en las ruinas de Santiponce, donde su 'compatriota' Jebet cedió ante Teferi.

Las imágenes del Cross de Itálica
Las imágenes del Cross de Itálica / Juan Carlos Vázquez
Texto: Pablo Salvago / Fotos: Juan Carlos Vázquez

15 de enero 2017 - 13:13

Santiponce/Desde hace años Bahréin busca su sitio en el plano deportivo mundial a golpe de talonario. Y sus nacionalizados empiezan a dar réditos. Es imposible saber cómo y cuánto paga este pequeño estado del Golfo Pérsico para nacionalizar, fundamentalmente, a atletas africanos, pero la rentabilidad es alta. En Londres 2012 se estrenó en unos Juegos con el bronce de Maryam Yusuf Jamal (etíope de nacimiento) en los 1.500 y ahora su bandera ondeó por primera vez en el Cross de Itálica en honor de Aweke Ayalew, otro etíope que ha cambiado sus colores para correr como bahrení y seguir extendiendo su gran momento de forma en la temporada invernal española tras sus triunfos en Atapuerca y Venta de Baños.

Casi hace doblete Bahréin en las ruinas romanas de Santiponce, ya que Ruth Jebet, oro en Río 2016 en los 3.000 obstáculos tras dejar atrás también su nacionalidad keniana, no pudo con el buen final de la etíope Senbere Teferi, subcampeona del mundo de 5.000 metros en el Mundial de Pekín 2015, que devuelve a su país el primer escalón del podio tras dos años de dominio keniano.

Sin tanto frío como se esperaba, sin la lluvia ni el barro de hace un par de años y con un sol que invitaba a todo, también a correr, a las 14:00 tomaron la salida los participantes de la prueba internacional masculina. Un disparo al aire y ¡tonto el último! La legión africana, como siempre, tomó pronto el control de la prueba, aunque sin imponer un ritmo demasiado alto de salida. El campeón europeo de cross, Ilias Fifa, se dejó ver en la cabeza demostrando su buen estado de forma. Zancada elegante, el español de origen marroquí no se dejó intimidar ni por los codazos que en las curvas sacaba alguno para ganar la posición ni por algún tímido cambio de ritmo de Leonard Komon, muy activo y con ganas de reeditar sus victorias de 2010 y 2011.

Pero ya no está el keniano para estos asaltos. Reverdecer viejos laureles en Itálica ya es complicado. Sobre todo no paran de salir del altiplano africano nuevas promesas año tras año. Cierto es que atrás quedaron las ediciones en las que grandes figuras mundiales, leyendas más bien, desplegaban por Itálica su clase como Haile Gebrselassie, Paul Tergat o Kenenisa Bekele. Eran otros tiempos y no hay que olvidar que no hace mucho (en 2013) la crisis económica a punto estuvo de tumbar una cita que en este 2017 alcanzó su trigésima quinta edición, por lo que seguir respirando, cada vez de manera más intensa, es una gran noticia para una prueba que muchos siguen considerando la mejor del campo a través nacional, más allá del dinero.

No fallan, por ejemplo, nombres de nuevo cuño como el propio Fifa o Adel Mechaal ni olímpicos de la talla de Javi Guerra o Toni Abadía, que mantuvieron una bonita lucha por ser el mejor español una vez que la legión africana dio el estirón definitivo. Fue en la cuarta vuelta. Guerra tiró la toalla y empezó a correr de manera inteligente, ya que aguantar el ritmo de los primeros espadas era un suicidio.

Sí que lo hizo, al menos unos cientos de metros más, Fifa, pero el cambio de ritmo de Komon hizo la selección definitiva y tras él se fueron Ayalew; el eritreo Teklemariam Medhin, otro ilustre que en su casa tiene la corona de laurel del ganador (2015); El Hassan Elabbassi, otro que en el pasaporte tiene la bandera de Bahréin; y el etíope Tafese Seboka. Cinco corredores en cabeza y cuatro nacionalidades en liza. Pocas veces antes se ha visto algo así en Itálica, sumida bajo el yugo keniano durante años.

Y precisamente fue Komon el primero en ceder ante el ataque de Ayalew, como hizo a mediados de diciembre en Venta de Baños dejando atrás al keniano Jairus Birech, que ayer no tuvo su día y acabó duodécimo. El siguiente en ceder fue Elabassi y después, Seboka. Sólo Medhin parecía aguantar, pero a Ayalew aún le quedaban fuerzas para dar un nuevo tirón y sentenciar su primera victoria en Itálica con claridad, tanto que se permitió el lujo de ir saludando a los aficionados antes de entrar en la meta.

En la prueba internacional femenina la etíope Teferi impuso su fortaleza con rotundidad sobre Jebet. Las dos africanas se quedaron solas desde el inicio de la segunda vuelta, cuando ni la española Trihas Gebre ni la portuguesa Inés Monteiro pudieron seguir su ritmo. Ambas fueron haciendo camino juntas hasta que la etíope realizó un ataque al que Jebet no pudo contestar para cruzar el arco de meta en primera posición. Por atrás Gebre se desinfló en los instantes finales. La superó Monteiro y en la recta de meta lo hizo también la madrileña Ana Lozano. Cuando Gebre cruzó la meta, literalmente, se derrumbó fatigada, teniendo que ser asistida por los servicios médicos.

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