Cultura

Amalia Vilches, alas en los versos

  • La autora debuta en la poesía con 'Poemas, plumas, pájaros', que presenta mañana en Sevilla

La escritora y profesora Amalia Vilches.

La escritora y profesora Amalia Vilches. / julio gonzález

La buena poesía suena casi a canción callada. Tiene bálsamo y enigma. Pero principalmente viene del fondo de un saber inútil sobre algunas cosas. Cosas que importan: el ser humano y sus demonios, los caminos que no se ven, el tiempo quieto que nunca se detiene. Todo aquello que hoy vale cada vez menos. Le queda a la poesía, en fin, algo de cobijo donde buscarle una razón potable al mundo.

Algo de todo eso hay en Poemas, plumas, pájaros, el primer poemario de Amalia Vilches. La escritora se asoma aquí como uno de esos autores que dan cuerda al corazón lejos de lo fácil. De ahí que el libro esté dotado de lentos alumbramientos donde es posible encontrar una verdad oportuna, un verso que cura. Ella misma lo ha dicho: "Escribir poesía es una medicina. Contar lo que sientes, te consuela".

La poesía te obliga más a abrir las puertas de tu hogar, pero todo autor lo hace en su obra de alguna u otra forma"

Porque la poesía no está ahí para inventar mundos paralelos, ni países blandos: eso, a lo mejor, es la política. La poesía es una forma de clavarse mejor al suelo. De no aceptar lo irremediable. De andar sin equilibrio. De dudar con más brío. Los versos de Poemas, plumas, pájaros (Ediciones En Huida) hablan del amor y del dolor, del amor como antídoto. Es, de algún modo, ese argumento que vertebra un libro que se presenta mañana, a las 19:30, en la Librería La Isla de Siltolá: el corazón siempre gana.

"En mi casa siempre se ha leído poesía y yo tengo cajones con cuadernos completos de poemas", asegura Vilches, quien escribió los versos de Poemas, plumas, pájaros en apenas nueve meses, "un invierno" dice, tras su jubilación como profesora de Literatura de la UNED. "Fue un momento duro", reconoce la autora, entre otros, de Fernando Quiñones. Las crónicas del hombre, la biografía del escritor gaditano.

"Claro que la poesía te obliga más a abrir las puertas de tu hogar, pero todo escritor lo hace en su obra de alguna u otra forma", explica Vilches, quien reconoce en los versos una labor casi de artesano: "No se escriben del tirón, ni todos seguidos. Son fruto de una experiencia, pero también de una profunda reflexión".

El libro se estructura en tres partes, casi a modo de descenso. En la primera parte está la plenitud amorosa. En la segunda y la tercera, el tono se vuelve más oscuro: el dolor, la tristeza y los recuerdos. "No es fingimiento, sino experiencia", valora Juan José Téllez, quien acompañará a la autora en la presentación. "Se trata, en definitiva de una celebración del afán por vivir", remata el director del Centro Andaluz de las Letras (CAL).

"Soy el tema incendiado de tu vida,/el ave que se quema/ en tus alas", concluye Amalia Vilches, a modo de biografía, en su libro Poemas, plumas, pájaros, también bendecido por José Manuel Caballero Bonald: "Me gustaría saber que va a publicar pronto un nuevo poemario. Su último libro avisaba de un creciente ascenso a esas cimas difíciles donde la sensibilidad personal se traspasa de modo admirable a la escritura". Lo ha dicho un escritor que sabe reconocer a aquellos que lanzan las palabras más lejos que la vida.

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