Menos es más, más es menos

Con más público que en los últimos conciertos, el séptimo Festival Encuentros Sonoros finalizó anoche con una singular apuesta basada en la estética minimalista para conjunto coral y diversos acompañamientos, desde los instrumentos de cuerda de las obras de Lang a la electrónica de las de Glass. La original y animada propuesta de ProyectoEle, coro caracterizado por su búsqueda de nuevos paradigmas expresivos, se complementaba con una somera pero efectiva puesta en escena e iluminación a cargo de Ana Ruibérriz, que jugó con los colores en luces y vestuario como correlato de las evoluciones de la materia sonora.

El programa permitía apreciar las diferencias y concomitancias entre las dos generaciones de compositores minimalistas y/o repetitivos. Comenzando de más moderno a más antiguo, la primera parte se centró en obras de David Lang, calificado a veces de neo-minimalista y que depura hasta el mínimo la expresión musical, jugando con el papel expresivo e interrogativo de unos silencios que nos arrastran a imaginar los sonidos que faltan entre las partes cantadas. Aquí las voces femeninas mostraron un notable empaste y una gran conjunción, con un sonido claro y transparente de excelente calidad. Las cuerdas sostuvieron con tensión el cantus firmus que Lang importa de las tradiciones medievales, creando una acuciante sensación de estatismo.

Más animada, basada en el ritmo repetitivo, es la música de Glass, en la que se degustó la maestría de Rafael Ruibérriz en la parte de flauta. Faltó aquí un mayor peso de las voces graves. Muy buena la dirección y muy en estilo pop la voz solista de Marcos Padilla.