Planeando hacia Texas

El grupo sevillano Terry vs Tory ha iniciado una campaña de 'crowdfunding' para cubrir los gastos del viaje al prestigioso festival South by Southwest

Manu Jiménez, Erica Pender, José Prieto y Pablo González: Terry vs Tory, en su formación actual.
Manu Jiménez, Erica Pender, José Prieto y Pablo González: Terry vs Tory, en su formación actual.
Francisco Camero

21 de diciembre 2017 - 08:09

Sevilla/Son de Sevilla, aunque en sus canciones -melancólicas, lánguidas, introspectivas, suaves, ensoñadoras- parece ser siempre Londres, o Manchester, o Glasgow, y parecen estar sonando en una habitación en la que ha empezado a oscurecer y el frío ha empañado el cristal de la ventana, y ahí afuera llueve desde hace horas. Todo en la música de Terry vs Tory, las atmósferas etéreas, la reverberación del sonido, las pedaleras con el delay a tope para hacer planear la electricidad contenida de las guitarras, remite al dream-pop y al shoegaze que con tanta fuerza brotaron y arraigaron en la escena británica a finales de los 80 y principios de los 90, un espectro sonoro íntimo y delicado al que el grupo añade pinceladas de los Smiths, de Orange Juice o de los Cure más pop. "Sí, definitivamente sonamos más a los Sundays que a los Ecos del Rocío", bromea José Prieto, bajista del grupo que completan los guitarristas Manu Jiménez y Erica Pender (ella también vocalista) y el batería Pablo González, que se incorporó el pasado verano tras la marcha de Rosa Ponce.

Formado a comienzos de 2016, con dos EP publicados hasta la fecha, Dream Wild (2016) y el más reciente Leap Day (el pasado febrero), el joven cuarteto ha aprovechado bien el tiempo y ha pasado ya por varias citas de referencia para bandas emergentes -la última edición del Monkey Week, por ejemplo- y ha causado un notable impacto en los mentideros del underground del indie nacional (porque sí, en efecto, por si quedase algún desavisado, el indie tal como hoy se conoce es desde hace mucho otro de tantos compartimentos del mainstream). Y con la misma velocidad de crucero, el grupo avanza ahora hacia un nuevo reto: actuar en la próxima edición de South by Southwest, una prestigiosa, exclusiva y cabría añadir que gigantesca feria profesional del sector musical independiente que se celebra anualmente en Austin, Texas, Estados Unidos, a la que acuden artistas, promotores y periodistas de todo el mundo. "Estamos muy contentos por la repercusión, pero también por nuestro propio crecimiento como grupo. Ha ido sucediendo todo muy rápido, pero sin dejar de seguir un flujo muy natural. Los conciertos que hemos ido dando en Sevilla, en Madrid, en Granada, la posibilidad de grabar en tal sitio, ahora esta invitación, todo ha ido saliendo así. No es que nos hayamos empeñado en buscarlo, la verdad es que no hemos sido machacones, pero sí, hasta ahora ha venido todo rodado", dice Prieto.

"Que hayamos llegado hasta aquí forma parte de una maduración musical, algo que experimenta cualquier persona que se dedique a esto. Estuvimos los cuatro en grupos de otros estilos, pero digamos que no iban en serio, y llegó un momento en que nos apeteció trabajar un determinado sonido. Con reminiscencias ochenteras, pero también con una base de cosas de ahora, como por ejemplo los grupos del sello americano Captured Tracks, donde están Beach Fossils, Wild Nothing o DIIV, grupos todos que nos encantan. En el panorama actual no hay muchos grupos que se acerquen a este rollo, vamos a llamarlo dream-pop, aunque a nosotros no nos gusta encasillarnos, pero bueno, así es como lo llama la gente. El referente más cercano sería tal vez Escuelas Pías, aquí en Sevilla también, aunque ellos lo hacen en español, lo que supone una diferencia importante, y en Barcelona los Zephyr Bones, y no hay muchos más en España. Tal vez -reflexiona Prieto- eso nos haya ayudado a llamar más la atención".

También lo ha hecho la evolución de su sonido. Del tono emocional de las canciones, para ser más precisos, que en este breve pero significativo trecho se han hecho más introspectivas, más de un atardecer otoñal que de uno en la playa. "Sí, el primer EP tenía un componente mucho más pastel, o más fresco y veraniego, tenía como una vibración de olas del mar. Y ahora -afirma el músico- nos estamos volcando más en la parte introspectiva, en el autoconocimiento, las canciones que estamos haciendo en este momento tratan de eso, de madurar, de aceptarse a uno mismo. Pero siempre con mucha emoción, para nosotros es fundamental impregnar de sentimiento todo lo que hacemos".

De su participación en el South by Southwest, que se celebrará del 9 al 18 de marzo de 2018, esperan, "para empezar", dice, "una experiencia vital nueva", que poco no es. "Nunca hemos tocado en el extranjero y, salvo Erica, los demás tampoco hemos estado en Estados Unidos". "Y luego está la experiencia musical de enfrentarte a un público que te es plenamente desconocido, y tú para él, porque tal vez algunos te hayan escuchado por internet, pero una vez allí tu única carta de presentación es la música que haces. Tienes que subirte a un escenario y comprobar qué apoyo recibes, que no será más que el que tú mismo te ganes. Es así de estricto, pero también está guay, claro. Y es muy enriquecedor".

Para afrontar los gastos del desplazamiento, puesto que la cita sólo selecciona e invita, pero no facilita soporte económico, el grupo ha iniciado una campaña de crowdfunding (https://es.ulule.com/terry-vs-tori-al-sxsw) que acaba el 8 de enero. Hasta hoy han cubierto alrededor del 40% de lo que esperan recaudar, unos 1.500 de los 3.500 euros que calculan que costarán los vuelos y el alojamiento en Austin.

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