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Seis décadas de pasión y exigencia

  • El libro 'Desde Al sur del Pacífico hasta Más allá de la Luna', de Íñigo Santamaría y Xavier Martínez, repasa la presencia en España del teatro musical y recoge más de 700 espectáculos

1. Íñigo Santamaría. 2. 'Golfus de Roma', que protagonizó  José Sazatornil. 3. Cartel de 'Al sur del Pacífico'. 4. La 'Sweet Charity' de Marujita Díaz. 5. Pep Cruz y Concha Velasco, en una escena de 'Hello, Dolly'.

1. Íñigo Santamaría. 2. 'Golfus de Roma', que protagonizó José Sazatornil. 3. Cartel de 'Al sur del Pacífico'. 4. La 'Sweet Charity' de Marujita Díaz. 5. Pep Cruz y Concha Velasco, en una escena de 'Hello, Dolly'. / Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía / Lola Carrasco

Años antes que Billy Wilder, Miguel Mihura también hizo su versión de Irma la dulce para un montaje en el que Lina Canalejas abordaba el papel de la prostituta parisina. La censura había prohibido La Corte de Faraón, pero a los escenarios llegó sin embargo La bella de Texas, una adaptación de aquella obra con Nati Mistral como principal reclamo. Mayra Gómez Kemp aún no había presentado el Un, dos, tres, pero aludía, sin tener conciencia de lo que le depararía el futuro, a Chicho Ibáñez Serrador en sus funciones en The Rocky Horror Show. Entre los muchos méritos de José Sazatornil, Saza, estuvo el ser uno de los primeros actores que cantó a Sondheim gracias a Golfus de Roma. Abrir las páginas de Desde Al sur del Pacífico hasta Más allá de la Luna. Casi seis décadas de teatro musical en España, el exhaustivo recorrido por más de 700 espectáculos que firman Íñigo Santamaría y Xavier Martínez, brinda al lector un encuentro gozoso con episodios sorprendentes de la historia de las artes escénicas en este país.

"El catálogo da la misma extensión a todos los espectáculos, independientemente de si se trata de grandes producciones como Evita o pequeñas piezas de café-teatro. A nivel creativo puede ser tan importante una propuesta como otra. Y hacer un libro sobre lo que ya se conocía no aportaba mucho", explica Santamaría, que culminó un proyecto largamente anhelado por Martínez, quien no pudo ver materializado su empeño debido a su muerte. La publicación, de tres tomos y con 4.000 fotografías "que dan una idea de cómo era cada montaje, no importa el tiempo que haya pasado", se presentó esta semana en el Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía (Cdaea), en un acto en el que Santamaría estuvo acompañado por el profesor de la Universidad de Sevilla Ramón Espejo. En los tres volúmenes del catálogo, por cierto, asoman algunas creaciones andaluzas como Amores rodados o Vagón de cola.

Entre los hitos del género se encuentra la versión de 'Sweet Charity' de Marujita Díaz

"El teatro musical español adolece de una falta de continuidad en su desarrollo por lo cual, hoy, difícilmente podríamos hablar de su existencia", escribió desencantado el compositor Antón García Abril a propósito de Mata-Hari (1983), una obra en la que se embarcó junto a Adolfo Marsillach y Concha Velasco. Décadas después, Santamaría no comparte ese desaliento y sí cree que en el acercamiento al género se ha dado una insospechada constancia: "Desde el 55 no he encontrado ningún año en que no se hiciera nada", apunta.

En aquella fecha se estrena precisamente el título más antiguo recogido en este catálogo, la adaptación española de South Pacific, de Rodgers & Hammerstein. Al sur del Pacífico, que dejó tan maravillados como aturdidos a los espectadores y críticos que asistieron al Teatro de la Zarzuela, enfrentados por primera vez a un musical novedoso y moderno, "fue una apuesta personal del empresario y director José Tamayo y del barítono Luis Sagi-Vela. Utilizaron toda la maquinaria escenográfica, el talento y la capacidad que habitualmente se destinaba a hacer zarzuelas para este musical, y montaron tal producción que quienes vieron la obra en Broadway y en Madrid se quedaban con la segunda versión", cuenta Santamaría.

Entre otros hitos destacables de esta historia del musical estaría la relectura de Sweet Charity que levantó Marujita Díaz en 1967 "muy poco después del estreno de la pieza en el Palace Theatre de Broadway, en un momento en el que acceder a la información era mucho más difícil que ahora", analiza el especialista. La intérprete sevillana había cautivado al público esa misma década con Kiss Me, Kate -donde se permitía la licencia de cantar Too darn hot a ritmo de bulería- y halló en Caridad de noche una nueva oportunidad de lucimiento. "Está verdaderamente extraordinaria", celebraba Antonio Martínez Tomás en una crítica en La Vanguardia, donde destacaba "la riqueza de matices, (...) la gracia picante o el tono melancólico de que sabe impregnar en cada momento a su papel".

Aquellos eran tiempos, como recuerda Santamaría, en los que preparar una obra no implicaba que la empresa llegara a buen término. La censura interrumpió las representaciones de Castañuela 70, de Teatro Tábano y el grupo Las Madres del Cordero -quienes recuperarían aquel material prohibido ya en la democracia con Castañuela 90-; Fraga Iribarne, entonces ministro de Información y Turismo, canceló en 1963 "dos horas antes" el estreno de La ópera de tres peniques en Barcelona. El general Franco visitaba ese día la ciudad y el político consideró que "por respeto" no debía representarse a Brecht con él allí.

El musical se abrió paso en España "con altibajos y sobresaltos", como señala José María Pou, amigo de Santamaría y Martínez desde que el actor presentaba en RNE el programa La calle 42, y quien escribe el emocionado prólogo de este catálogo. Pou destaca las aspiraciones personales de algunos actores (Camilo Sesto quiso hacer Jesucristo Superstar, Concha Velasco Hello Dolly, Paloma San Basilio Evita), la "pasión" de directores y productores (Mario Gas o Jaime Azpilicueta, entre otros), la "voluntad decidida" de productoras y compañías "capaces de empeñarse no sólo en producciones cada vez más exigentes, sino también en la creación de un público nuevo (curioso al principio, entusiasta enseguida) que supiera apreciarlas, hacerlas posibles, y, lo que es más importante, mantenerlas en el tiempo hasta que resultaran rentables".

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