Un largo viaje con la mirada limpia

literatura

La jerezana Raquel Lanseros presenta en Sevilla 'Esta momentánea eternidad', su poesía reunida

La autora cree haber "ahuyentado el cinismo" en una obra que abraza la esperanza

Un largo viaje con la mirada limpia
Un largo viaje con la mirada limpia
Braulio Ortiz

06 de marzo 2017 - 02:32

Sevilla/"Mantente vivo, Ulises, / no importa lo que ocurra". De la confiada esperanza que la autora expresa en Keep Alive, el fragmento que abre Esta momentánea eternidad, el libro que reúne su poesía hasta la fecha, a la rotunda plenitud de Himno a la claridad, uno de sus textos más cercanos en el tiempo ("ante el placer de respirar me postro. / No hay verdad más profunda que la vida"), la obra de Raquel Lanseros provoca en el lector una inusual, gratificante, reconciliación con el mundo. No es casual que la escritora andaluza (Jerez de la Frontera, 1973), ganadora de premios como el Jaén o el Unicaja, titulara uno de sus poemarios Diario de un destello: Lanseros siempre ha preferido la luz, y ha sentido, así lo sostiene en la introducción de su volumen recopilatorio, que "todo lo que tiene que ver con la poesía es, de algún modo, un acto de amor".

"Cualquier persona que decide escribir está proyectando cosas positivas: su amor por las palabras, por las vivencias, por la cultura, por el paisaje o sus semejantes", opina la autora de Croniria o Las pequeñas espinas son pequeñas. Su reciente visita a Sevilla, a la librería La Isla de Siltolá, supone la oportunidad para repasar junto a ella una de las trayectorias más sólidas de la última poesía española y para entender la visión que Lanseros tiene del género. "Yo entiendo que, de alguna manera, todo ese amor, todas esas cosas buenas que uno guarda, se proyectan en la poesía, que no deja de ser una especie de conocimiento común de la sociedad que nos vamos pasando de unos a otros -prosigue-. Y que no es, además, un conocimiento de orden científico al que uno acude para entender un concepto de manera literal. Es un conocimiento mucho más emotivo, espiritual, que tiene que ver también con todas las regiones del subconsciente, con el pensamiento".

Lanseros ve la poesía como "un acto de amor: a la palabra, a la vida, a tus semejantes"La poeta ha coordinado junto a Ana Merino una antología en la que reivindica a 82 autoras

Han transcurrido 12 años desde que Lanseros se diera a conocer con Leyendas del promontorio (2005), pero la poeta siente que ha recorrido una travesía más larga. "Ulises necesitó dos décadas para completar un aprendizaje y volver con los suyos; precisamente hace ahora 20 años que dejé la casa de mis padres y me puedo sentir un poco Ulises", confiesa una "partidaria del riesgo no sólo en el papel, sino en la vida", que defiende la necesidad de "viajar, errar" y se identifica por ello "antes con Ulises que con Penélope, aunque sea mujer".

Por esa biografía en la que abundan los cambios de residencia, los desdoblamientos y las reinvenciones ("me dan ganas de ser todas esas personas que yo soy / además de yo misma", escribió en una ocasión), las conquistas pero también los fracasos íntimos ("me habría gustado amarte. Te lo juro. / Sólo que muchas veces la voluntad no basta"), Lanseros quiso reunir sus poemas del pasado manteniendo los textos como fueron publicados originalmente: aquellos versos se le antojaban un testimonio de los viajes abordados, y alterarlos sería en cierto modo un falseamiento. "Cuando una recopila su obra se pregunta inevitablemente si la corrige o no. Todas las opciones son legítimas, y ni yo misma sé si cambiaré de criterio en un futuro", admite la autora, que evitó en Esta momentánea eternidad el subtítulo de Poesía completa -prefirió reunida-"por excesiva, y porque quiero seguir publicando". En la relectura de sus páginas apreció "que muchas veces la voz que hablaba, aunque era la mía, era distinta a la del presente. Mi yo de hoy tiene otras vivencias, otras certezas, otras incertidumbres, y me pareció lo más correcto dejar tal cual estaban los poemas, porque así reflejaban mejor los momentos en que fueron escritos. Si la persona que soy ahora lo reescribiera todo, el conjunto quedaría mucho más monocorde", observa.

En los versos de Lanseros -ahí su fuerza- se advierte a una mujer midiéndose con la vida, aventurándose hacia lo desconocido, eligiendo -de nuevo- la luz. "Que no crezca jamás en mis entrañas / esa calma aparente llamada escepticismo. / Huya yo del resabio, / del cinismo", se pedía a sí misma en Invocación, un poema de los inicios. La poeta asiente con humildad, pero también con orgullo: cree que lo ha conseguido. "Que los años van volviendo a la gente más escéptica es una evidencia", expone, "pero no me he dejado malear del todo, he ahuyentado el cinismo, o al menos he hecho lo que he podido, y creo que puedo seguir leyendo ese texto. A pesar de los pesares, que los conozco como todos los que han vivido, mantengo esa voluntad de mirar con cierta limpieza, no desde esa muerte prematura de renunciar a la ilusión. He coincidido con algunas personas muy ancianas que tenían ese latido, ese brillo, eran valientes y fuertes, y de algún modo lo elegían".

Esta momentánea eternidad debe su título a una impresión que gana peso en Lanseros: la de que el tiempo corre de una manera ambivalente. "Estos años de poesía reunida son a la vez un relámpago, un instante fugaz, un destello momentáneo, y la diáfana eternidad en la que están incluidos el pasado, el presente y el futuro", señala la autora en el prólogo del libro.

Coincidiendo con Esta momentánea eternidad, Lanseros ha publicado en Visor -la misma editorial donde ha visto la luz la recopilación de su obra- Poesía soy yo. Poetas en español del siglo XX (1886-1960), una antología que coordina junto con Ana Merino, en la que reivindican el talento de 82 autoras de diferentes países que escriben en castellano. Si se fijan, el subtítulo, tan neutro, resulta de una sorprendente sutileza: no aparece nada que propicie el subrayado. "Queríamos evitar el epíteto femenino, porque hay muchas antologías que sólo reúnen a hombres y no pone nada de masculina. En la Feria del Libro, un señor muy amable nos reprochaba que el subtítulo era engañoso, y nosotras le decíamos: ¿Cuál de estas afirmaciones no es correcta? Son poetas, en español y del siglo XX", cuenta Lanseros. "Si la poesía no tiene edad ni tiempo, si nos seguimos emocionando con Jorge Manrique", concluye, "¿por qué va a tener género?".

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