"El proyecto de las 'Santas' es el principio de un gran museo andaluz de la moda"

Elio Berhanyer. Diseñador y Premio Nacional de Cultura 2011

El creador en activo más importante de la costura española es el director artístico de 'Devoción y persuasión'. La muestra de pintura y vestidos sobre las mártires de Zurbarán abre el 3 de mayo.

El maestro cordobés Elio Berhanyer, leyenda viva de la moda española del siglo XX.
El maestro cordobés Elio Berhanyer, leyenda viva de la moda española del siglo XX.
Charo Ramos / Sevilla

28 de abril 2013 - 05:00

Cordobés de 1929, andaluz apasionado y comprometido con la excelencia, "seguidor de la escuela de Balenciaga y que llegó a ser a finales de la década de los 60 uno de los creadores más cotizados de todo el mundo", según recordaba el acta del jurado que le concedió en 2011 el Premio Nacional de Cultura, el maestro Berhanyer ha sido también pionero en introducir la moda en los grandes museos españoles. Una aventura que ahora le acerca a Sevilla como director artístico de Santas de Zurbarán. Devoción y persuasión que, en torno a las mártires ideadas en el siglo XVII por el pintor de Fuente de Cantos, une pintura antigua y patronaje contemporáneo del 3 de mayo a mediados de julio en el Convento de Santa Clara.

-Zurbarán, como recuerda el director científico de la muestra, Benito Navarrete, atavió a sus mártires con las más ricas y elegantes vestiduras de su tiempo hasta ponerlas, literalmente, de moda. ¿Cuál es su aproximación a esas grandes sayas y capas de gloria, como las definió Caro Baroja?

-Zurbarán ha sido el diseñador más grande que ha dado España e inventó de principio a fin los trajes para sus santas. En el Barroco no tenían constancia de cómo podrían haberse ataviado estas mujeres de los siglos II o IV. Fue una audacia el que las vistiera como reinas. He investigado durante años los paños y telas de sus trajes y considero muy probable que los encargara comprar en Venecia. Con Marco Polo llegaron las primeras sedas naturales, maravillosas, que se tejían allí.

-A menudo ha citado el Museo del Prado y los óleos de Zurbarán como sus principales inspiraciones.

-En la alta costura española, durante una época, usábamos unas sedas que crujían al andar. Eso me ocurre cuando me acerco a sus lienzos, que las telas crujen al mirarlas. Nadie ha pintado las telas como Zurbarán, ni Goya ni Velázquez siquiera. Las telas en su cuadros están absolutamente vivas.

-¿Qué destaca de este proyecto expositivo que amalgama tantas artes como la pintura, el diseño textil, la danza y la música?

-La moda española necesitaba un empuje así. Los diseñadores que participan se han embarcado en algo completamente inédito y yo también. No es como hacer colecciones para Cibeles. La muestra contiene 21 trajes, además del vestido de Balenciaga que hemos incorporado como homenaje a él: 13 creaciones (entre ellas, dos mías) de los grandes modistos españoles -Devota&Lomba, Juan Duyos, Ana Locking, Francis Montesinos, Agatha Ruiz de la Prada, Hannibal Laguna, Ángel Schlesser, Victorio&Lucchino, Roberto Torretta- sobre los retratos de santas de cuerpo entero de Zurbarán; dos de Pedro Moreno que recrean sus Ángeles Turiferarios del Museo de Cádiz y ocho más basadas en las santas del obrador de Zurbarán del Bellas Artes de Sevilla que han diseñado mis alumnos de la Cátedra Elio Berhanyer de la Universidad de Córdoba. Aún están estudiando y no desfilan en Cibeles pero han hecho una maravilla que yo no habría podido de ningún modo superar.

-La primera pinacoteca española cede el lienzo de Santa Isabel de Portugal, que usted reinterpreta con un vestido en seda marrón chocolate. Aunque quizá su creación estrella sea el traje de la Santa Casilda del Thyssen-Bornemisza con el que Eva Yerbabuena baila en el auto sacramental que ha puesto el prólogo a esta cita.

-Hay Santas de Zurbarán repartidas por todos los grandes museos internacionales, como la National Gallery de Londres, que aporta Santa Margarita de Antioquía, en el que se ha inspirado Montesinos. Como creador me interesan muchísimo también sus naturalezas muertas; no sé por qué las llamamos así, porque los frutos y flores de Zurbarán están más vivos que los reales. Estuve a punto de pintar un bodegón en uno de los dos trajes pero luego cambié de opinión. En el que viste Eva Yerbabuena, sobre la enagua de tul, he superpuesto pétalos de rosas porque Santa Casilda hizo el gran milagro de las flores [los alimentos que llevaba a los prisioneros cristianos de su padre, el rey musulmán de Toledo, se convirtieron en rosas al ser descubiertos]. Yo he querido aproximarme en mis dos creaciones lo máximo posible al espíritu de Zurbarán pero había una total libertad. Me impresiona, por ejemplo, la visión que de los ángeles ha dado Pedro Moreno, porque ha reinterpretado las alas de un modo muy original.

-En 2008 el Museo del Traje reconoció su amplia trayectoria con una exposición retrospectiva pero antes fue el primero en llevar la moda a los centros de arte con la exposición que dedicó a Pertegaz.

-Me costó tres años de lucha hacer que la moda entrara en el museo y lo logré en 2004 con la exposición de Pertegaz que comisarié para el Museo Reina Sofía. Luego se abrió el Museo Nacional del Traje en Madrid pero entonces no existía.

-¿Para cuándo veremos un Museo Berhanyer en Córdoba?

-Sevilla, como dice mi amigo Antonio Gala, es la gran trincona de Andalucía porque su Semana Santa es la más importante, la Feria es la más importante... [ríe con cariño y una pizca de ironía]. La idea de esta exposición ha sido maravillosa y ahora todos estos trajes se quedarán en Sevilla, donde Zurbarán tuvo su taller en el siglo XVII. El proyecto de las Santas es el principio de un gran museo andaluz de la moda que espero que se enriquezca con nuevas aportaciones y se agrande. Yo ahora no vivo más que para hacer cosas en mi tierra. Resido aquí y tengo mi Cátedra en la Universidad de Córdoba. Sin embargo, ahora no hay dinero para hacer un Museo Berhanyer en Córdoba, eso costaría muchísimo.

-¿Cómo sufren las marcas de la moda española esta crisis?

-El país está muy mal y hay mucho gorrón y ladrón. Un horror. Supongo que algún día pasará esta crisis que nos atañe a todos: no se venden coches, no se venden trajes, no se vende nada. Pero lo malo es que haya gente que no tiene trabajo y que esté pasando hambre, eso es lo más triste. Personalmente creo que en los momentos de crisis hay que hacer cosas hermosas. Esto que se está haciendo en Sevilla levanta los ánimos porque es arte y el arte es lo único que ahora no está en crisis.

-¿Qué es para Elio Berhanyer la elegancia?

-La elegancia no tiene nada que ver con lo que hacemos los diseñadores. Nosotros podemos vestirlas muy bien pero la elegancia la pone la mujer, y una mujer elegante puede serlo con un trapajo viejo.

-Eva Yerbabuena ha logrado que veamos en movimiento sus diseños. ¿Le gusta el flamenco?

-Todo. Me gusta mucho. Ahora se le llama flamenco pero en mi época era el cante jondo. Con Ava Gardner íbamos todas las noches en Madrid a escuchar a los grandes cantaores: a Pericón de Cádiz, Juanito Barea, Rafael Romero El Gallina... pero a todos se los ha llevado el viento. Ese viento que nos llevará a todos al final.

-¿Fue Ava Gardner su clienta más elegante?

-No ha sido la más elegante pero sí la más guapa de todas, que es algo distinto. Y el mejor cuerpo que he vestido fue el de Cyd Charisse, que era bailarina y tenía las piernas aseguradas por millones, pero no era tan guapa como Ava.

-También vistió a Doña Sofía, ¿cómo definiría su guardarropa?

-La vestí durante 14 años, en sus primeros viajes oficiales: Addis Abeba, Francia... La Reina se viste de una manera muy discreta y no le puedes imponer nada porque tiene muy claro cómo quiere aparecer.

-Pertegaz diseñó el traje de novia de Doña Letizia. ¿La ha vestido ya?

-No, la Princesa pertenece ya a otra época. Le ha hecho vestidos muy bonitos, preciosos, Caprile.

-La princesa de Asturias no duda en frecuentar Mango y Zara.

-Hoy a nadie le importa comprar en esas tiendas porque ahora son más importantes los accesorios que antiguamente, es muy curioso. Puedes ir con un vestido de Mango y un bolso de Vuitton.

-En 1960 presentó en Madrid su primera colección y una década más tarde su marca llegaba a los escaparates más cotizados del mundo, de Londres a Nueva York.

-En la época dorada de la alta costura y hasta 1978, en que me dediqué exclusivamente al prêt-à-porter, hemos vendido en todos los grandes almacenes americanos. Tuve por ejemplo un contrato de tres años en los prestigiosos almacenes Bergdorf Goodman, junto al Hotel Plaza de Nueva York, y he prestado mis colecciones a instituciones de muchos países.

-En 1980 compartió el Premio Campioni, uno de los máximos reconocimientos internacionales, con Cardin y Courrèges, con los que le unió durante años el gusto por los volúmenes.

-Depende del aire que quieres darle a un traje: si deseas que se mueva mucho debes ir a la gasa. Los volúmenes se logran con telas mucho más duras. Ninguno hemos podido usar aquí las telas de Zurbarán, porque aún en Venecia las hay pero son carísimas. Hemos usado lo que tenemos a mano todos los diseñadores: telas de hoy.

-De formación autodidacta, fue de los primeros en firmar colecciones de accesorios y perfumes.

Un diseñador debe controlar todos los elementos de sus colecciones: los peinados, el maquillaje, los zapatos, los bolsos, las joyas. Y se puede ser famoso en todo el mundo diseñando sólo zapatos, como ha demostrado Manolo Blahnik.

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