La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El desgarro de la muerte en el Parlamento de Andalucía
La ventana
ATROPELLANDO la razón y tratando de ir a la Moncloa a cualquier precio es lo que anda perpetrando Pedro Sánchez, ese ex jugador de baloncesto que tan contento está de haberse conocido. El mero hecho de intentar a toda costa convencer a Podemos de que le dé la llave de palacio ya es para tentarse la ropa en el temor de que ya que estamos en Guatemala podemos ir a Guatepeor. Y mientras tanto, la postura tancredista de Rajoy en la táctica de dejar que las cosas vayan pudriéndose tampoco tiene un adarme de edificante. Claro que, al menos, el registrador pontevedrés no tiene por qué ir buscándose un sueldo vitalicio que le arregle el futuro. Primero porque ya lo consiguió limpiamente hace cuatro años y después porque fue él quien ganó las elecciones. Y así, entre Pinto y Valdemoro andamos mientras a diario nos aparece un nuevo sapo en el desayuno.
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