¿Por qué brillan en el Sevilla y fuera se estrellan?

Resulta esclarecedor y confirma la tesis de que el hábitat es trascendental para el ser humano en general y para el futbolista muy en particular. Ciñéndonos al mundo del balón conviene reparar en el caso que se da en el Sevilla, un equipo de éxito formado por muy buenos futbolistas que rinden a la perfección. Más aún que a la perfección se manejan en el Sevilla, pero resulta curioso que apenas algunos de los que se fueron han triunfado.

Exceptuando a Sergio Ramos y Daniel Alves, ninguno ha funcionado fuera como lo hizo en el Sevilla. Tampoco es cosa de enumerarlos a todos, pero si nos fijamos en los más espectaculares vamos a darnos cuenta de que en el Sevilla encuentran el hábitat adecuado para el buen funcionamiento de la cosa. Ni siquiera Reyes, que se fue muy joven la primera vez, rindió jamás como lo hizo en el Sevilla de Caparrós para poner la primera piedra de una tesorería como la actual.

Viene a cuento este asunto ante la más que posible inminencia del retorno de dos futbolistas que triunfaron a lo grande aquí y que no reeditaron sus éxitos fuera. Jesús Navas jugó algo con Pellegrini, pero apenas ha contado para Guardiola; es más, su marcha del Sevilla coincidió, incluso, con su desaparición de las convocatorias del seleccionador. Con Banega, que también parece presto para el retorno, ha ocurrido prácticamente lo mismo en el Inter, de ahí que quieran largarlo.

Pero es que la lista de estrellados fuera del paraguas sevillista es amplia. Krychowiak fue ídolo en Nervión y denostado en París, Simeone quiere quitarse de encima a Gameiro, Bacca y el Milan se miran de reojo, Aleix Vidal vivió un duro ostracismo en el Barça... Son varios, pero nos quedaríamos sin espacio nombrando a todos. ¿Por qué en el Sevilla lucen y luego se diluyen? Debe ser porque el caldo de cultivo es el óptimo para que el bueno sea un fenómeno y bueno el regular.