La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El desgarro de la muerte en el Parlamento de Andalucía
El catalejo
QUE al alcalde le gusta un sarao es un hecho probado. Le recriminan que es el alcalde de las Fiestas Mayores, porque disfruta con el encendido de la portada, en los palcos de Semana Santao en la aldea del Rocío. Con el fútbol, tres cuartos de lo mismo. El hombre, que se había privado de acompañar al Sevilla por Europa en las rondas previas, no se perdió la final por nada del mundo. En el palco de Turín estaba hecho un brazo de mar con el Príncipe de Asturias, al que trata desde hace muchos años. Y para que no digan, al día siguiente estaba ya trabajando en Sevilla a primera hora con la inauguración de Costco. De dormir, lo justo. Venía con la zoidina alta.
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