El parricida reconstruye ante el juez lo ocurrido en el lugar de los hechos

El joven dice que el intento de calmar al padre derivó en pelea

Redacción

04 de enero 2008 - 05:01

Alcalá de guadaíra/La juez de Alcalá de Guadaíra llevó ayer a cabo la reconstrucción de los hechos que acabaron, en la madrugada del 1 de enero, con la muerte de un hombre de 57 años presuntamente a manos de su hijo, de 27. Fuentes del caso informaron a Efe de que la reconstrucción tuvo lugar ayer por la mañana en el domicilio familiar de la urbanización Pinares de Oromana, en presencia de la juez, la secretaria judicial, el fiscal, el forense, el abogado defensor y miembros de la Policía.

El imputado A.D.P., de 27 años, fue trasladado en un furgón policial desde la cárcel de Sevilla, donde la noche del miércoles quedó ingresado tras declarar ante la juez, y se encontraba "muy afectado y hundido". El imputado ha ofrecido su versión de los hechos, según la cual su padre, que estaba en tratamiento por depresiones, se encontraba "muy violento y agresivo" y salió al jardín, disparando al aire con una escopeta para amedrentar a las personas que tiraban petardos.

Según el imputado, recriminó a su padre su actitud, lo que degeneró en una discusión y luego en una pelea, que terminó hacia las 5.20 en el salón, donde la víctima A.D.G., de 57 años, recibió dos impactos de arma de fuego en el tórax, otras dos heridas por arma blanca en el tórax y una tercera en el cuello. Su hijo sostiene que primero se disparó la escopeta en un forcejeo y luego apuñaló a su padre porque no cejaba en su actitud violenta. El chalé está precintado por orden judicial y la madre se ha trasladado con unos familiares, según las fuentes, que han precisado que en breve será llamada a declarar, dado que fue testigo presencial de los hechos.

El imputado es un ingeniero químico con un buen puesto de trabajo en Tarragona y se había desplazado a casa de sus padres para pasar la Navidad. El fallecido era maestro, tenía 57 años y se hallaba de baja por depresión. Cuando llegaron los policías, encontraron al joven desolado y llorando y éste les relató estos hechos. El fallecido tiene otras dos hijas. A la familia no se le conocían disputas y mantenían un comportamiento normal.

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