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Ganar para el perdón

  • Tras la goleada encajada en Éibar, los de Setién necesitan regresar a la victoria para serenar los ánimos

  • Tanto el Betis como el Girona llegan con problemas en la defensa

Necesita el Betis de Quique Setién una victoria ante el Girona para finalizar con optimismo el primer tercio de la competición, además de para ganarse el perdón del beticismo, que asistió el lunes a otra de esas debacles a las que no se acaba de acostumbrar pese a su reincidencia en los últimos tiempos. La goleada encajada en Éibar confirmó ese descenso en el rendimiento de los verdiblancos, que se han convertido en un equipo muy vulnerable y al que le cuesta generar ocasiones de gol.

Un triunfo en los seis últimos partidos y 18 goles en contra dejan a las claras que los de Setién atraviesan un bache que requiere de una intervención del entrenador. No parece que la intención del cántabro sea la de retocar su sistema de juego, hasta ahora inamovible hasta en los peores días, pero sí que deberá aportar una dosis extra de energía para recuperar la pelota, a la vez que también mejorar esa sincronización de movimientos que permita una salida limpia del balón desde Adán, el primero en activar el juego de ataque.

El rival, ese Girona de Pablo Machín que ofrece continuidad a todo lo bueno que ha realizado en las últimas campañas y que culminó con el ascenso, es otro de esos equipos que ejecuta una presión alta y muy bien coordinada gracias a ese 3-4-2-1 con el que viene actuando bajo las órdenes del técnico soriano. Precisamente, el Betis se ha sentido especialmente incómodo ante esos conjuntos que trataron de presionar muy arriba, y ahí están los precedentes ante Valencia, Getafe, Eibar o el propio Espanyol.

Otro inconveniente para los heliopolitanos llegará por las ausencias en la zaga, aunque en este caso su rival también acumula bajas en esa zona. A la conocida de Feddal se une la ausencia de Mandi por su expulsión en Ipurua, lo que deja a Setién con lo puesto. Si Barragán y Durmisi son fijos en los laterales, Amat y Tosca serán una inédita pareja de centrales para frenar a Stuani, un viejo zorro que ahora maneja sus artes en este Girona de Machín.

Con Javi García como fijo para el pivote, Camarasa y Guardado se antojan sus acompañantes unos metros por delante. El mexicano, suplente en la última jornada por ese descanso que Setién le ofrece tras sus partidos internacionales, se antoja decisivo para que el Betis recupere la templanza en la medular y vuelva a generar ese fútbol vistoso con el que comenzó la Liga.

Más dudas existen en el ataque. Joaquín, pese a la acumulación de esfuerzos, parece fijo ante su enorme implicación en el juego, mientras que Sergio León podría tener otra oportunidad como titular, después de que Sanabria arrastre molestias en las últimas semanas que le han impedido ejercitarse al máximo nivel en cada entrenamiento. La otra plaza queda en el aire, con Boudebouz, Tello o el propio Nahuel como alternativas, aunque tampoco habría que descartar que Setién recurriera a los dos delanteros.

Si los verdiblancos llegan con problemas atrás, otro tanto le ocurre al Girona. Con Alcalá lesionado y Bernardo sancionado, Machín ha tenido la duda de Juanpe hasta el entrenamiento de ayer, aunque finalmente el central canario pudo desplazarse a Sevilla. Ramalho, que sólo ha jugado tres partidos en esta Liga, y Muniesa serían sus acompañantes para que Timor pudiera repetir en la medular junto a Granell ante la baja por lesión de Pere Pons.

Maffeo y Aday en los laterales y Portu y Borja García por detrás de Stuani completarían el once del cuadro gerundense, una de las revelaciones del campeonato y que llega a Heliópolis en su mejor momento. Cuatro encuentros sin conocer la derrota, con dos triunfos foráneos -Deportivo y Levante-, otro en Montilivi -ante el Real Madrid- y un empate -la pasada jornada ante la Real- han aupado a los de Machín a la zona media de la clasificación, lejos de los tradicionales problemas en los que se suelen meter los recién ascendidos.

No se prevé un rival cómodo este Girona para los de Setién, aunque más allá de las virtudes del rival, los verdiblancos necesitan reencontrarse con su mejor versión, sobre todo ésa que apareció en Heliópolis en el inicio del campeonato. Posesión de balón, movilidad para ofrecerse al compañero y también la agresividad necesaria para recuperarlo cuanto antes deben regresar al manual de este Betis que quiere espantar los fantasmas de otras temporadas que siempre desencadenaron problemas para su banquillo.

Los béticos, ilusionados por lo que ofreció su equipo en el inicio liguero, quieren hoy una disculpa de los suyos tras lo de Éibar. Y eso sólo pasa por volver a ganar y así relajar el ambiente.

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