betis - barcelona | el otro partido

Messi pone la música en una fiesta sin Betis

  • El argentino demostró por qué es el mejor del mundo

  • La necesidad de fichajes en la zaga, una evidencia

  • Las carencias, tras el bajón físico, a la luz

El Betis-Barcelona, en imágenes

El Betis-Barcelona, en imágenes

Al Betis le toca resetearse en Vigo ante el Celta para seguir ahí en ese grupo de equipos que luchan por acabar el curso en Europa, con la séptima plaza siempre presente. Este domingo, lo que empezó como una fiesta espectacular en el Benito Villamarín, con más de 53.000 espectadores, acabó en un 0-5 ante un Barcelona que acabó arrollando a los verdiblancos, con un físico impresionante y con el show de Messi, el mejor jugador del mundo. Un espectáculo que hasta la propia grada le reconoció. La misma que inundó de papelillos el ambiente cuando su equipo saltó al campo y todo el estadio empezó a cantar aquello de "¡Shala-la, la, la, oh Real Betis..." y que se marchó resignada por el poderío del conjunto que entrena Ernesto Valverde y enfadada, también, por ver las carencias que sigue mostrando su equipo, que lleva encajados ya ¡41 goles!, tres menos que el Deportivo (44), seis menos que Las Palmas (47) y ocho más que el Málaga, colista, a la espera de su partido de hoy en Ipurua.

La necesidad de mejorar la defensa es evidente. Ya lo era en verano y ahora más. Faltan mimbres y de calidad, que se puedan ajustar a la idea de Quique Setién. El técnico cántabro modificó su dibujo y buscó la verticalidad en las contras sin renunciar nunca a su idea, con la presión alta y los jugadores del Betis intensos hasta que el físico, al comienzo de la segunda parte, ya se vislumbraba que había decaído en los heliopolitanos, que no estaban tan frescos y duraron justo una hora, hasta el gol de Rakitic.

Ya entonces, el cuadro verdiblanco, que ya necesitaba algún cambio, acabó cometiendo fallos que con Messi en el campo te condenan, y así fueron cayendo uno tras otro, sobre todo tras el 0-2. A partir de ahí, con diez pésimos minutos, se vio un Betis desconectado que acabó firmando una segunda parte para olvidar, sin crear ninguna ocasión clara de gol, con una lectura de partido desde la pizarra muy negativa (cambios tardíos y vuelta al dibujo original también a destiempo), sin obviar la frescura de un soberbio equipo como es el Barcelona y esa leyenda mundial llamada Messi.

Ahora, el Betis acudirá a Balaídos con el objetivo de sumar los tres puntos ante un rival directo en esa pelea por Europa, objetivo por el que club verdiblanco debe aspirar, sin lugar a dudas, hasta el final del curso, después del fiasco copero. Y para ello, a los heliopolitanos les urge fichar, hacerse de refuerzos que se ajusten a la idea y al estilo de juego de Setién, que tiene convencido al vestuario de un método definido que también necesita de equilibrio, algo fundamental en el fútbol.

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