Ni fútbol, ni plan B, ni...

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La calidad individual rescata a un Betis sin rastro de la idea de su técnico

Ni fútbol, ni plan B, ni...
Ni fútbol, ni plan B, ni...
Juan Pinto

26 de noviembre 2017 - 02:34

El Betis lleva ya muchos partidos en caída libre. Lo sucedido en Éibar no fue un accidente, sino la continuación de una línea descendente que tuvo un nuevo exponente ante el Girona. Sólo la calidad individual de Guardado, en la falta, y de Tello, en el control y finalización, permitió al equipo verdiblanco salvar un punto, pero no ocultar que no queda ni rastro de la idea de juego de Quique Setién. Ni toque, ni plan B... Nada.

Los de Heliópolis fueron un equipo sin chispa, en muchos momentos sin intensidad y muy estáticos con el balón, de ahí que en muchas ocasiones el recurso fuera el patadón de Adán y a buscar alguna contra con los espacios a la espalda de la zaga rival, como hizo Guardado, que perdonó. Además, una vez más, el rival, en este caso el cuadro gerundense, dejó claro tener muy bien estudiado a los de Setién, que volvió en la pizarra a recibir un baño táctico, esta vez de Pablo Machín. Y otra cuestión: ¿Tiene el Betis un plan B? Respuesta fácil, no.

Defensa

El sistema defensivo del Betis de Setién no existe, y si a eso se le añade el nivel de aptitud de la zaga... El Girona, con un dibujo basado en el 3-4-2-1, presionó arriba y los verdiblancos fueron incapaces en todo el primer tiempo de sacar el balón jugado. En parte, también, por la poca movilidad de sus centrocampistas. Además, Ariday por la izquierda, Portu y Maffeo, por la derecha, entraban una y otra vez por los costados. Sobre todo, por el de Rafa Navarro, que no tuvo nunca la ayuda de Boudebouz, quedando claro, una vez más, que jugando en la banda no funciona.

La evidencia del bajo nivel de la zaga bética quedó reflejada en el 0-1, con Tosca fallando en un despeje al no golpear el balón. En la segunda mitad, la debilidad de los locales volvió a aparecer, como en el minuto 62, con tres disparos seguidos del Girona, y en el 1-2. Esta vez fue un error en la marca de Durmisi, que una vez más dejó claro que va mejor hacia arriba que en tareas defensivas.

Ataque

Guardado fue el mejor hombre del Betis. Sacó la rabia y tiró de amor propio empatando un partido que pintaba muy mal para su equipo. El doble cambio de Setién -dio entrada a Tello y Sanabria- dejó desguarnecido el centro del campo -¿por qué no Sanabria por un Joaquín inocuo?-, y la prueba es que el último cambio fue la entrada de Fabián. El otro nombre propio en la faceta ofensiva fue Tello, que llama con fuerza a la titularidad. Sergio León y Sanabria no tuvieron su noche.

Virtudes

La calidad individual y la fe para al menos rescatar un punto en la última jugada del partido.

Talón de aquiles

La idea de Setién ha quedado difuminada y sin visos de que pueda haber algún retoque o cambio. Mala lectura en los dos primeros cambios, sin variantes tácticas...

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