Los andamios volverán al Salvador

patrimonio histórico

Los hongos, la humedad y las deformaciones en las vigas obligan a sustituir las cubiertas de la Plaza del Pan.

Los arquitectos advierten que losdaños son graves.

Los andamios volverán  al Salvador
Los andamios volverán al Salvador
Carlos Navarro Antolín

29 de enero 2017 - 08:00

El templo del Salvador necesita obras de restauración en las cubiertas que dan hacia la Plaza de Pan para corregir patologías graves. Por este motivo, los andamios volverán a un sector del edificio, donde habrá que ejecutar demoliciones y levantar nuevas estructuras. Humedades, hongos y problemas constructivos obligan a una nueva intervención de la que ya tienen constancia las autoridades con competencia en la tutela del patrimonio histórico de la ciudad. Así lo establece el informe realizado por el arquitecto Jaime Navarro Casas, que alerta de la velocidad a la que pueden agravarse los daños detectados en caso de que no se intervenga cuanto antes. Las cubiertas afectadas son, precisamente, las ubicadas detrás del retablo mayor, justo encima del museo histórico. Navarro Casas es el conservador de la Catedral de Sevilla, por lo que también le atañe todo lo relacionado con el Salvador desde que este templo dejó de ser parroquia y pasó a estar incluido bajo el protectorado del Cabildo.

Los trabajos que se proyectan y para los que se pide licencia urbanística serán los primeros importantes desde la finalización de la "gran obra de reforma acometida entre los años 2003 y 2008", según se destaca en el informe al respecto, donde se refieren "anomalías constructivas" observadas en la inspección como justificación de la intervención.

La zona afectada es la que está situada justo detrás del retablo mayor y sobre el museo

El informe, al que ha tenido acceso este periódico, es tajante en su valoración: "De entre las anomalías más relevantes que están en la actualidad acuciando a la Iglesia del Salvador destacan unas muy concretas: las que afectan a las cubiertas de madera que cubren el actual museo histórico artístico que el templo tiene en su parte posterior, concretamente tras su retablo mayor, que evacuan las aguas procedentes de su fachada Este hacia la Plaza del Pan".

Así será la intervención en El Salvador
Así será la intervención en El Salvador

La primera visita de inspección se efectuó el pasado abril. Acudieron al templo el citado Navarro Casas y el arquitecto Eduardo Martínez Moya. Ambos apuestan por la "rehabilitación total" de las cubiertas afectadas. No tienen ninguna duda, ni plantean otra alternativa. Los dos profesionales describen que se trata de dos tramos de cubierta afectados que responden a un "sistema constructivo simple y usual constituido por pares a una sola agua, en la dirección de pendiente de evacuación hacia el exterior, en este caso hacia la Plaza del Pan. Los pares están directamente empotrados en los muros (tanto en su entronque bajo como alto) y no se percibe ningún otro elemento de reparto ni tampoco de protección o separación de humedades de las cabezas de dichos pares con dichos muros. Entre los pares -continúan- se apoya la tablazón y, sobre la misma, el tejado de teja curva cerámica tradicional, a la española, tomada con mortero. Puntualmente se alojan dos pequeñas ventanas abuhardilladas, que actúan como respiraderos, siendo el único sistema de ventilación de ambas cubiertas".

Los arquitectos alertan de que hay riesgo de un empeoramiento progresivo

La inspección efectuada permitió también detectar diversas anomalías en la estructura portante de la cubierta, relacionadas en general con la humedad y con la existencia de agentes bióticos, cuyo grado de deterioro es considerable: "La afección patológica en ambas cubiertas es bastante profunda en un número importante de las secciones de madera y está en general muy arraigada: existen pérdidas evidentes de las propiedades físico-mecánicas del material y también de las propiedades físico-mecánicas de las secciones estructurales que están trabajando". Los técnicos precisan: "Las patologías han afectado en mayor grado a la cubierta situada más al norte, aunque los daños son presentes y aparecen en las dos inspeccionadas: norte y sur".

Una inversión de cerca de 50.000 euros servirá para impedir un deterioro mayor

Las patologías y daños son en general mayores en la tablazón que en los pares (vigas)". Los arquitectos no dudan al afirmar que "el desarrollo y daño patológico es ya muy alto, y el proceso está activo. Se puede prever un empeoramiento progresivo, con un mayor ritmo de crecimiento del deterioro. La deformación de las vigas (pares) de la estructura es ya muy alta, esta situación ha tenido que modificar el diseño original de las pendientes de la cubierta, con las consecuentes repercusiones negativas respecto a los encuentros entre tejas, conllevando a su vez a las más que probables vías de entradas e infiltraciones de aguas pluviales. Es un proceso continuado que empeora de forma creciente y que es previsible que sea cada vez más acelerado".

Vista de los tejados del templo del Salvador.
Vista de los tejados del templo del Salvador. / Juan Carlos Vázquez

La intervención que se plantea se concibe en función de la "extensión y gravedad del daño, y en aras de una mayor simplicidad de ejecución y seguridad en el resultado, se ha optado por lo más recomendable: proceder a la sustitución integral de dichas cubiertas. Esto permite -continúa el informe- acometer de manera íntegra y completa todos los anteriores problemas, no sólo estructurales, también constructivos y de control y evacuación de aguas, así como garantizar la necesaria ventilación de los espacios bajo cubierta. En función de la experiencia, y en este caso concreto, se puede garantizar que el resultado final será una solución mucho más ventajosa desde el punto de vista económico y más fiable desde el punto de vista de su mantenimiento en el tiempo, que una intervención de carácter curativo".

La restauración del Salvador fue modélica por varios motivos. Primero, porque surgió con fuerza de un movimiento de la sociedad civil liderado por el abogado Joaquín Moeckel, cuyas acciones fueron respaldadas por todas las administraciones. De la jerarquía eclesiástica tuvo un papel fundamental el desaparecido canónigo Juan Garrido Mesa. El arquitecto, Fernando Mendoza, recibió un premio nacional. Y el rey Juan Carlos reinauguró el templo.

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