Una investigación abierta pero sin pistas fiables. Esta próxima madrugada se cumplirá un año del robo en el almacén de la Hermandad de las Siete Palabras en el que se sustrajeron las antiguas caídas del palio de la Virgen de la Cabeza, dos águilas y una cartela del canasto del paso del Nazareno de la Misericordia, todas piezas de plata de ley de gran valor económico y artísticos. Un año después poco o nada se sabe del paradero de los enseres. Apenas transcurrido un mes del robo la hermandad, así se lo aseguraba la Policía, se mostraba confiada en la recuperación de su patrimonio. La situación ahora ha cambiado. La Policía mantiene abierta la investigación, pero todavía no ha podido dar con el paradero de los enseres. En la hermandad confían en la resolución del caso.

"En principio todo estaba muy claro y ahora parece que no hay nada", explica el hermano mayor, Antonio Sánchez Padilla. El robo, a pocos meses de la Semana Santa y el día antes de que la hermandad celebrara cabildo de elecciones, cayó como un auténtico jarro de agua fría. Máxime cuando se conoció que los enseres robados carecían de seguro, aunque la corporación había intentado asegurarlos en varias ocasiones.

La Policía Nacional se hizo cargo de la investigación y, como reveló entonces el hermano mayor, "se lo tomó con mucho interés". Parecía que pronto se daría con el paradero de las piezas y se detendría a los autores. Las primeras pesquisas, así lo reconoció Sánchez Padilla, apuntaban a que las piezas no habían sido fundidas. Los agentes mantenían dos líneas de investigación abiertas y una parecía que pronto daría sus frutos.

La luz de aquellos días se ha transformado ahora en resignación. La investigación sigue abierta, aunque parece que no hay datos fiables. El hermano mayor, todavía afectado por lo sucedido, no quiere perder la esperanza: "Todo está igual. No desesperamos porque la Policía sigue trabajando. Yo confío en ellos. Imagino que no es una tarea fácil. No me gustaría perder la esperanza. Espero un día llevarme la alegría y la ilusión de que aparezcan".

El robo de las bambalinas no afectó a la procesión de Semana Santa puesto que la Virgen de la Cabeza dejó de sacarlas en 1997 . El paso del Nazareno de la Misericordia sí se vio afectado. Procesionó sin las dos águilas traseras y la cartela. La hermandad recibió incluso ofrecimientos de otras cofradías para dejarle sus andas procesionales, aunque optó por salir en su paso con el hueco que dejaron los ladrones.

La hermandad no proyecta, al menos de momento, sustituir las piezas robadas. "No nos lo planteamos. Es un coste muy grande que la hermandad no puede asumir en este momento. Hay que esperar un poco más a ver qué sucede con la investigación y si finalmente da los frutos que todos esperamos".

Después del robo la corporación dejó el almacén que tenía que la calle Medalla Milagrosa, en la zona de la Cruz Roja, para trasladarse mucho más cerca de la Parroquia de San Vicente, su sede canónica. Hace poco más de un mes inauguraron la nueva casa de hermandad en la calle Baños y también han alquilado un nuevo almacén para los enseres en la calle Pascual de Gayangos. "Hemos ganado mucho en este sentido. Los priostes lo tienen ahora todo mucho más a mano, a apenas 50 metros de la iglesia". La hermandad también ha incrementado todas las medidas de seguridad.

Si la Policía no lo remedia, el paso del Nazareno volverá a salir este año sin dos de sus águilas y una cartela. En la hermandad no quieren resignarse a perder para siempre este patrimonio y aguardan con esperanza la resolución del caso.