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El reto de retener otro año a Vitolo

  • El definitivo asentamiento en la selección del canario y el presunto interés del Barcelona, grandes enemigos

Vitolo vuelve a estar en el candelero nacional, con el riesgo que eso conlleva para su futuro como jugador del Sevilla. El atacante canario cumple su cuarta temporada en Nervióny la pregunta que se hace cualquier aficionado de a pie es si el club blanquirrojo será capaz de retenerlo otro año más. Es una empresa harto complicada, porque el futbolista ya renovó su contrato el pasado mes de agosto, justo antes del debut en casa ante el Espanyol, de forma muy oportuna: sólo unos días antes había salido a la luz que Simeone lo quería en su Atlético y el sevillismo afilaba los cuchillos tras el episodio de Gameiro. Subió su cláusula a 40 millones de euros y firmó hasta 2020. Ahora Vitolo ha dado un paso importante en su carrera al asentarse como un fijo de Julen Lopetegui en la selección. Y ese asentamiento ha coincidido con el presunto interés del Barcelona.

Lo único que le faltaba al formidable jugador canario, todo un capitán y un líder del Sevilla de la contemporaneidad por entrega y calidad, es tener galones en la selección española para que un grande pusiera los ojos en él de forma inquietante. Vitolo debutó de forma testimonial con Vicente del Bosque, pero ha sido Lopetegui el que le dio el rol de titularidad en el primer partido de clasificación para el Mundial del Rusia, rol que no ha soltado desde entonces. El jugador ha devuelto la confianza con cuatro goles en las cinco jornadas disputadas, alguno de la importancia del que marcó a Italia en Turín, donde Vitolo ganó su primer título con el Sevilla, en su primera y fulgurante temporada.

A sus 27 años, y tras cuatro temporadas en el club que lo puso en la élite tras ficharlo de Las Palmas en Segunda División, Vitolo ha dado el último paso que le faltaba, el de la selección. Y además lo ha dado demostrando su enorme versatilidad: lo mismo sirve para el juego vertical y de irrupciones potentes de Unai Emery que para el de rápida combinación de España o para el de posesión sin fin de Sampaoli. Es un camaleón que está hecho al sacrificio de presionar, a hacer kilómetros, a batirse en el cuerpo a cuerpo y, como está demostrando, a participar en los exquisitos rondos de Silva, Iniesta y Thiago. Es lo que le faltaba para entrar de lleno en el foco del Barcelona.

"Siempre son muchos rumores -dijo en la madrugada de ayer en la Cope-. Uno no sabe lo que puede pasar, estoy tranquilo y en un equipo que me quiere mucho y estoy a gusto. El Barça es uno de los mejores equipos del mundo y a cualquier jugador le gustaría jugar allí. De momento estoy a gusto y ya veremos". El Sevilla ya ha logrado retenerlo dos veranos en los que parecía que tenía bien encauzada su vía de salida hacia el Vicente Calderón. Hombre familiar, agradecido y muy de club, está encantado en Nervión, igual que su mujer. Aquí está criando a sus hijos en las condiciones de confort que aporta Sevilla. Pero no es lo mismo que llame a su puerta el Atlético que el Barcelona. Y otra renovación es inviable.

Con el Sevilla, su rendimiento no está siendo tan visible como con España. Lleva los mismos goles, 4, pero en 20 partidos menos. Y no termina de romper como antes. "No estamos teniendo buenos resultados en este tramo final pero yo confío en el equipo y ante el Sporting de Gijón tenemos que ganar sí o sí porque es un partido clave. Ya luego se verán las cosas de otra manera seguro". Indiscutible para Sampaoli, que incluso lo ha puesto de carrilero, su mejoría debe reflejarse en la del equipo tras el parón liguero.

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